CRONISTA DE ENSENADA
SERGIO LEAL GUERRA+
(un amante del Teatro )
Febrero 2009
Heberto J. Peterson Legrand.
Estaba yo de director de la Casa de la Cultura de Ensenada, durante la administración del químico Cesar Mancillas, cuando me fue anunciada la visita de Sergio Leal Guerra y Juan Antonio Llanes quienes venían de la ciudad de Mexicali.
Antes de recibirlos me habían dicho que eran algo especiales, medio difíciles, de manera que los recibí con cautela...
En cuanto vi a Sergio recordé que lo había conocido en Mexicali. De inmediato nos identificamos, ellos se abrieron y me expusieron su propuesta: Iban a impartir cursos sobre teatro y requerían de espacio para llevarlos a cabo. De inmediato nos pusimos de acuerdo y sin problema alguno se pusieron a impartir sus cursos, la Casa de la Cultura los apoyo y ellos comunicaron sus conocimientos y talento y sé que hoy hay frutos.
Sergio-lamentablemente falleció, y con ello Baja California pierde a un artista que se entregó en cuerpo y alma a su arte, dejando la huella de su paso y la memoria de su talento en los escenarios que se enriquecieron con las obras presentadas.
Para ofrecer una semblanza de Sergio acudí a dos personas que lo conocieron muy bien: mi estimado amigo, Francisco Sandez, que actuó en algunas de sus obras y Doña Aída Guevara que también me honra con su amistad, quien lo conoció muy bien y participo, plasmando su talento, en varias de ellas.
Con la autoridad e información de sus amigos, compañeros y colegas, escribo estas líneas para seguir alimentando el recuerdo de un hombre cuya vida dio frutos como actor, escenógrafo, productor y director teatral:
Sergio nació en Linares, Nuevo León, la segunda ciudad en importancia, pero desde muy pequeño llegó a radicar con su familia a Mexicali, B.C., con sus padres Don Rafael Leal y Doña María del Carmen Guerra y sus hermanos: Cristina, Jorge, Roberto, Carlos, Javier y Rafael.
Siendo aún muy joven despertó en él la vocación teatral y comenzó a incursionar en grupos experimentales logrando destacar en las obras: “ La mala semilla”, “ Una esfinge llamada Cordelia “, “ La maestra milagrosa “.
El año de 1966 la obra “ El diario de Ana Frank “ fue presentada en el teatro Comonfort de la ciudad de México, con motivo del festival de primavera, en la cual ganó Sergio los premios en actuación y escenografía. En 1967 “ Donde los árboles “ de Jorge Esma; en 1969 “ Viaje de un largo día hacía la noche “, de Eugene O’Neil “ Nosotros somos Dios “ para un festival. En 1971 el estreno Latinoamericano “ El tuerto es rey “ de Carlos Fuentes, donde alterno con Doña Aída Guevara, contando con la asistencia del autor quien quedó muy satisfecho con la calidad histriónica de los actores. Esma dirige también “ La noche de los asesinos “ de José Tríada.
Como actores invitados de La Casa de la Cultura de Hermosillo, Doña Aída y Sergio, bajo la dirección de Jorge Esma presentan la obra de Guillermo Shmidhuber “ Los héroes inútiles “, la cual presentan en el puerto de Acapulco en la muestra nacional de teatro con gran éxito y una crítica muy favorable.
Sergio fue actor fundador de la Compañía Estatal de Teatro, Director fundador de la Compañía de Teatro de Ensenada caracterizándose junto con Antonio Llanes, un hombre muy conocedor y artista consumado, por su entusiasmo y experiencia.
En Ensenada dirigió obras infantiles como el “ Sastrecillo Valiente “, “ Aladino y la lámpara maravillosa”. Obras de teatro para adultos como “ Vida estamos en paz “ de Urtusástegui; “ No hay ladrón que por bien no venga”.
Hombre temperamental, intenso, se sentía profundamente orgulloso de sus hijos: Sergio Gabriel y Laura Alejandra, y de quien fue su compañera por 40 años, su esposa Yolanda Aguirre.
El mejor homenaje que el teatro en Ensenada puede tributarle es seguir presentándonos esas excelentes obras que hemos disfrutado para seguir transitando el camino de la maduración y crecimiento artístico.
Para quienes fueron sus amigos, sus colegas, sus compañeros y tuvieron tantas vivencias durante los ensayos, las presentaciones, las tertulias, Sergio ha de representar una etapa de la vida que queda grabada en el rincón de los gratos recuerdos con imágenes que tocan la sensibilidad propia de los artistas.
Termino imaginándome a Sergio montando alguna obra, no lo imagino Quieto.
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