jueves, 7 de mayo de 2009

A Mauricio Gomez Morín-- que aqui vivio

CRONISTA DE ENSENADA

RECIBE UN FUERTE ABRAZO...

Heberto Peterson Legrand

“! Recibe un fuerte abrazo de este bajacaliforniano que mucho te quiere...!”, fueron las últimas palabras que le dirigí a Mauricio Gómez Morín, sin imaginarme que eran las palabras finales a un hombre que me obsequió con su amistad.
Fue en Semana Santa cuando le hablé para saludarlo, saber de él y de Elenita, su fina esposa, una dama que siempre ha comunicado amor hacia los demás y que en Ensenada dejaron el grato recuerdo de su generosidad y amistad sincera.
Hoy te digo Mauricio: ¡ recibe un abrazo espiritual ¡ me quedo con el fecundo recuerdo de esos encuentros que me dieron la oportunidad de escuchar tus vivencias, conocer tu cosmovisión, tu preocupación por este México que amaste tanto...
Anoche que recibí la triste noticia de tu partida no pude conciliar el sueño, me venían a la mente aquellos diálogos, aquellas imágenes que transitaban en el tiempo y que sin embargo se agolpaban para aflorar el entusiasmo de tus proyectos...
En tus manos quedo el archivo de Don Manuel Gómez Morín, lo cuidaste como un tesoro, te diste a la tarea de que fuera debidamente clasificado, lo abriste a la investigación y de seguro en un futuro inmediato se verán los frutos, bueno, de hecho ya los ha de haber pero yo los desconozco...
Recuerdo que con vivo interés fuiste impulsor de las mesas redondas que sobre el Banco de México se organizaron los días 28,29 y 30 de agosto de 1995 con motivo del setenta aniversario de su fundación, del cual tu padre fue fundador y primer presidente y cuyas ponencias se publicaron en un libro que me obsequiaste titulado: “ El Banco de México en la Reconstrucción Económica Nacional”, publicado por editorial Jus y con el patrocinio del Centro Cultural Manuel Gómez Morín , el Archivo del mismo nombre que tu atinadamente dirigiste y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) que tiene el resguardo de la biblioteca de Don Manuel.
También conservo el libro que amablemente me diste y que recopila las ponencias de las mesas redondas titulado: “ Cuando Por La Raza Habla el Espíritu”, que da testimonio de la rectoría de Don Manuel Gómez Morín, con el patrocinio además de los anteriormente enumerados el del CESU, Centro de Estudios sobre la Universidad, periodo trascendente en que se rescato a la universidad...
Como tu sabes, yo admiraba a tu padre, había leído su biografía, sabía de su trayectoria, mucho me hubiera gustado el haberlo conocido, yo no era militante partidista pero admiraba al hombre, al intelectual, al hacedor de instituciones, al forjador del México moderno, pero a través de ti y de Elenita conocí aspectos que no vienen en los libros y que me permitieron valorarlo mejor. Recuerdo cuando recién te conocí y que me dijiste: “ lo que no quiero es que endiosen a mi padre, él era un ser humano como otros...”, no te dije nada, me quede callado pero reflexionando tus palabras vi que tenías razón, pues si lo desnaturalizamos dejamos de conocerlo y nos formamos una idea equivocada y dejamos de valorarlo en su justa dimensión.
Que bueno que Dios te permitió presenciar el acto en que el Cementerio de Mexicanos Ilustres fue honrado con la colocación de los restos mortales de tu Padre con quien te habrás de encontrar en esa otra dimensión que sólo Dios conoce y te imagino dialogando con él porque tu carácter inquieto de seguro le habrá de cuestionar sobre muchas cosas, eras un inconforme, nunca un conformista, te imagino siempre abriendo puertas para ver que hay más allá...
Recibe de este Bajacaliforniano un abrazo fraternal en el espíritu y Dios quiera nuestros camino se crucen en el más allá para seguir dialogando y aprendiendo de Ti...
Antonia y yo guardamos de Ustedes el más grato de los Recuerdos.

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