Las Playitas. Doña Guadalupe Caloca de Legaspy

CRONISTA DE ENSENADA

LAS PLAYITAS Y...
Heberto Peterson Legrand

Las ciudades van cambiando su rostro poco a poco, más en unos lugares que en otros y transitan por ellos muchas personas sin imaginarse lo que allí existía antes...
Donde actualmente se encuentra el Hotel Coral Marina estaba el campo turístico denominado “Las Playitas” propiedad de la señora Doña Guadalupe Caloca de Legaspy.
Lupita como cariñosamente le llamaban mis padres era una mujer buena como el pan, era toda bondad, murió en California casi a los 100 años de edad, creo que tenía 96.
Estaba casada con Don Gabriel Legaspy, hermano de Don Miguel Legaspy quien trabajo muchos años en el Banco del Pacifico ubicado en la calle Ruiz y segunda, allá a finales de la década de los 40’ e inicios de los 50’ y casado con Doña Elisa Acosta, familias muy conocidas y queridas en nuestro puerto.
Recuerdo durante mi niñez que íbamos de visita a las “Playitas” y siempre fuimos muy bien acogidos por la familia, acudíamos: Mi padre Leo, mi Madre María, mis hermanos Leo, Olga, Olivia, Humberto y yo así como mi cuñado el Dr. Elpidio Berlanga casado con Olga y sus hijos Teresa, Myrna, Elpidio y Cynthia.
La Mamá de Doña Lupita quería mucho a mi cuñado así mismo Mini, hermana de Lupita y sus hermanos el Güero y Armando Caloca.
La relación familiar venía de muchísimos años atrás, desde la juventud de mis padres, de allí el gran afecto que nos dispensábamos.
Recuerdo que la playa era muy distinta a lo que hoy podemos apreciar: era un lugar más modesto, una belleza más natural pero las instalaciones se veían ya afectadas por el paso del tiempo, requerían de hecho una remodelación...
Yo creo que Doña Lupita debió haber vendido sus propiedades algunos años antes para que hubiera podido disfrutar pero yo creo que su mundo estaba allí, los afectos le han de haber hecho difícil tomar una decisión final...
Para muchas personas que por allí transitan el lugar no les dice nada, ni se imaginan quien pudo haber vivido en ellos; para otros que tuvimos la suerte de conocer el lugar años atrás y tuvimos el grato placer de tratar a tan finas personas nos da un dejo de nostalgia y afloran tantos recuerdos que nos vienen vivamente y con una claridad meridiana.
Ya todos ellos dejaron de existir: aquí latieron sus corazones, vivieron sus alegrías y fueron invadidos por momentos de tristezas y nostalgias. Fueron amigos en el sentido más amplio de la palabra, siempre nos prodigaron cariño y tuvieron mil detalles para expresarnos sus sentimientos de amor hacia nosotros.
Este modesto artículo es un homenaje a tan lindas personas que tuvieron un alto sentido de la amistad, la cual siempre supieron cultivar.
Cuando mi vida se apague también se apagara la memoria de mis recuerdos y es a través de estas líneas que dejo el testimonio de aquellos encuentros.
Así como las “Playitas” dejaron de existir, otros lugares del rostro de nuestra ciudad también van cambiando paulatina o bruscamente y sólo las fotografías conservaran aquellos tiempos idos y atraparan los instantes en que fueron captados por el lente...
También cuando platicamos a nuestros hijos sobre aquellos lugares y personajes borrados por el hombre y el tiempo de alguna manera conservamos y rescatamos algo de ellos.
Recuerdo el camino hacia la playa, la casa de los Legaspy, el jardín, las instalaciones del campo turístico, me veo caminando y corriendo por ellas...!que tiempos aquellos!.
Desfilan ante los ojos de mi memoria el rostro de todos esos personajes con quienes reí, platique, los abrace y bese...es una maravilla la memoria pues nos permite revivir y recrear un pasado que nos fue tan Grato.