CRONISTA DE ENSENADA
EL SEÑOR ALCALDE
Evaristo Bonifaz Gómez
2004
Heberto Peterson Legrand
“ para el buen amigo Heberto Peterson con el afecto del autor”, junio 23 de 1973, fue la dedicatoria que tuvo a bien escribir el Lic. Don Evaristo Bonifaz Gómez al obsequiarme su novela política “ El Señor Alcalde”, novela que guardo como un grato recuerdo de quien me ofreció su amistad y a quien mucho le aprendí...
Han pasado 31 años y recuerdo vivamente muchos de los momentos en que pude convivir con el. Era un caballero en toda la extensión de la palabra, de fino trato y profundo respeto para todos, veía en los demás su dignidad de personas y no su condición económica.
Yo desde muy joven había oído hablar sobre el Lic. Bonifaz a mi Padre quien se expresaba de el muy elogiosamente, lo estimaba mucho.
Fue el año de 1973 cuando tuve la oportunidad de tratar a Don Evaristo, desde que cruce con él las primeras palabras sentí el calor de su personalidad, me sentí aceptado a pesar de la diferencia de edad, el tenía 73 años y yo 31. Me atrajo su cordialidad, su cultura y la apertura para con un hombre que tenía 42 años menos.
Comencé a buscarlo, le invité un café, después fui el invitado y así comenzó una muy grata amistad que duró hasta su muerte el 21 de enero de 1984.
Cuando nos reuníamos yo disfrutaba enormemente de sus pláticas, el tenía facilidad para comunicar sus ideas, sus pensamientos y las experiencias vividas que desde muy joven fueron modelando su carácter. Me lo imagino desde temprana edad muy maduro, tomando siempre muy en serio la vida. ¡Cómo le aprendí! ¡cómo me aconsejo!...allí estaba el joven con pocas vivencias, sabiendo escuchar y preguntando para aprender de un agudo observador de la vida...
Estuvimos juntos en el Seminario de Cultura capitulo Ensenada y recuerdo que a veces iba por el para irnos a las reuniones...todo mundo lo quería mucho.
Lamenté mucho su partida, pero, me dejó el recuerdo de su amistad, sus libros que contienen mucho de él, aquellas charlas salpicadas de tantas anécdotas y de los personajes que conoció en ese transitar de su existencia.
La ingratitud es pecado de los pueblos, la gratitud es virtud que no se debe perder y digo esto porque siendo Don Evaristo originario de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde dejó la huella de quien siembra sus caminos de bien, fue objeto, en días pasados, de un homenaje que el pueblo de San Cristóbal le rindió por su novela “ El Señor Alcalde” que es testimonio de su paso como alcalde de esa bella ciudad colonial por la que mucho hizo y, además una de sus avenidas lleva su nombre a partir de este mes. Don Evaristo también fue diputado por aquella entidad y Procurador de Justicia del Estado. Pues, bien, a pesar de que dejó aquella ciudad con la cual siempre mantuvo filial contacto, desde 1941, fecha en que llegó a radicar a Ensenada, fue justamente reconocido.
En Baja California y para orgullo de los Ensenadenses aquí también dejó la huella inolvidable de su amor por esta tierra y el fruto de sus obras.
Fue Don Evaristo, Diputado Constituyente del Estado de Baja California y dada su capacidad y vasta experiencia sus aportaciones fueron decisivas; miembro de la Sociedad Mutualista, miembro del Seminario de Cultura; miembro del Club Rotario; Presidio el comité de campaña para construir el edificio de lo que sería la “Preparatoria Ensenada” y fue su primer director; presidente de la Cruz Roja; catedrático en distintas instituciones educativas...
Autor de varios libros: Impresiones de Viaje; Así son las gentes-iguales y diferentes; Del Jamelgo a la Carreta; Lunares y Verrugas; Proceso de un Presidente; La política-memorias de un político Bisoño y la del Señor Alcalde, editada cuatro veces y presentada por el ayuntamiento de San Cristóbal de las Casas y otras importantes Instituciones.
Fue Don Evaristo un agudo observador, hecho que se reflejaba en sus conversaciones y en sus obras...
Tenía un alto concepto de la política y su pensamiento: “ No es la política la que corrompe a los hombres, sino los hombres los que corrompen a la política”, muchos hoy en día deberían reflexionar sobre ello para buscar el deber ser de la política y con ello ayudar a la verdadera transición democrática que es corresponsabilidad de todos.
Que bueno que San Cristóbal sabe de gratitudes y ha rescatado la memoria de uno de sus hijos.
Que bueno que el periódico el “ Vigía” hace su aportación con la publicación del día de ayer a tan merecido homenaje.
Yo, que me sentí honrado con su amistad, con estas modestas líneas mantengo vivo el recuerdo del hombre culto y caballeroso que se entrego a esta tierra que también debe saber de Gratitudes...
martes, 5 de mayo de 2009
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