domingo, 3 de mayo de 2009

Fray Felipe de Jesús López

CRONISTA DE ENSENADA

FRAY FELIPE DE JESUS LOPEZ
(recordándolo)
Heberto Peterson Legrand


Recuerdo aquella misa de 12:00, en su amado Santuario de Guadalupe, le dimos el último adios a Fray Felipe de Jesús López, extraordinario fraile franciscano cuya vida fue un intenso apostolado que sembró sus caminos del amor cristiano.
Estuvimos allí tantos viejos amigos y amigas que militamos en la A.C.J.M. y en la J.C.F.M., las lagrimas recorrieron nuestras mejillas, nuestros corazones sintieron el doloroso desprendimiento del amigo y guía espiritual que se nos iba y de seguro en nuestras mentes habrán pasado tantos recuerdos del “padre Felipe” como le decíamos cariñosamente. Allí estabamos: Melesio Villegas, Jorge Pérez, Victor Islas, Ernesto Pedrin, Amelia Gonzalez de Jauregui, Sonia Pardo y otros más que lo tratamos desde que eramos unos jóvenes miembros de organizaciones católicas….
Hace dos años que regresamos Antonia Guadalupe, mi esposa, y yo a Ensenada y lo primero que hicimos fue ir a visitar al padre Felipe. Nos recibio pero no se acordaba de nosotros, el hecho a mi me impacto mucho porque vivimos tantas experiencias juntos, sin embargo, el decía:” no se quien eres pero se que nos conociamos muy bien,eramos muy buenos amigos y juntos hicimos muchas cosas” y luego nos pregunto: “…era yo un buen sacerdote?, le preocupaba no acordarse y el quería sentirse digno. Nuestra respuesta fue desde luego la siguiente: “ fue Usted un sacerdote ejemplar, un verdadero apóstol que hizo mucho bien y se gano el amor de todos nosotros sus feligreses…” la respuesta le produjo alegría. Nos despedimos con cierta tristeza y frustración porque mucho nos hubiera gustado que nos reconociera y haber recordado juntos los viejos y hermosos tiempos…
Recuerdo allá por 1954 cuando eramos miembros de la A.C.J.M., primero vanguardias, después aspirantes y luego acejotemeros. Eramos un grupo de jóvenes muy entusiastas, muy entrones y solidarios que buscabamos la constante superación. En ese tiempo nos daban conferencias sobre Doctrina Social de la Iglesia; historia de México, Civismo, Religión, apologética, cultura general etc. Organizabamos muchos eventos junto con la J.C.F.M..
Recuerdo en aquellos años a un Fray Felipe lleno de vida, de energías, ejerciendo un liderazgo entre los jóvenes. Frente a cualquier obstáculo se crecía, nunca se doblegaba, nunca se le veía cansado y no se a que horas descansaba…
Fue junto con Don José Luis Fernández Bandini, Don Miguel Lanz Pérez, Don Raúl Dominguez, Don Guillermo Dominguez, Don Manuel Reyes Retana, Don Guadalupe González y otros más fundador del Consejo de Caballeros de Colón.
Fue fundador de otras organizaciones católicas y Constructor, entre otras obras, del Santuario de Guadalupe y de la Escuela Fray Junipero Serra.
Siendo yo Escudero de Colón allá por 1957 y mi muy querido amigo, ya fallecido, José María Jauregui, Caballero de colón, recuerdo que el padre Felipe nos presto el salón del Santuario que esta en la esquina de la calle sexta y allí instalamos un cine, Pepe Jauregui me enseño a operar el equipo y proyectabamos peliculas ( muy viejas, pero muy buenas) los sábados y domingos.
En ese tiempo radico en Ensenada la familia Roqueñi. El licenciado era el jefe de la oficina de hacienda. Una familia muy querida y que cultivo una amistad muy estrecha con el padre Felipe y sus hijos e hijas pertencian a las asociaciones de jóvenes de ambos sexos antes mencionadas. Malena, una de las hijas se hizo religiosa y Antonio el hijo mayor es abogado y sacerdote.
Fueron muchas las vivencias tenidas con Fray Felipe y por donde quiera que paso dejó la huella de su quehacer con obras en distintos Estados tanto de México como de los Estados Unidos.
Conservo con mucho cariño dos cartas que me escribió en 1988. Me dice en una de ellas que la oración que escribi sobre “ La Morenita del Tepeyac” y que le obsequie impresa en metal, la colocó en la sala del Instituto Secular de María Inmaculada del cual fue fundador, me siento muy honrado por ello. En otra me dice del dolor inmenso que le provocó el sisma de Monseñor Lefebre y por otro lado su emoción porque estaba próxima la beatificación de Fray Junipero Serra, misionero de ambas californias.
Me exhorta a que como escritor católico trate de hacer el bien con mi pluma y me dice que le pide a Dios para que tenga espacios en los periódicos para escribir…tomo las cartas entre mis manos, veo su firma y me despierta un sentimiento de amor…
Estoy seguro que muchos hoy en el Santuario habremos pedido que sea nuestro abogado para que a pesar de nuestras deficiencias y flaquezas la misericordia de Dios nos llegue.
Hoy aquel su santuario se ha convertido en Catedral para albergar a nuestro primer Obispo en la persona de Don Sigifredo Noriega Barceló. El, estoy seguro, estaría feliz y de seguro quienes lo conocimos sentimos que en cada rincón esta él amando su iglesia, amando su Obra.

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