domingo, 10 de mayo de 2009

Caballeros de Colón...

CRONISTA DE ENSENADA

CABALLEROS DE COLON

Heberto Peterson Legrand

La orden de los Caballeros de Colón, se fundó en el año de 1882, respondiendo a una exigencia apremiante de la época, en la entonces pequeña ciudad de New Haven, del Estado de Connectitut, a iniciativa del Revererendo Miguel Mc. Givney, que reunido con fervientes católicos luchaban por mantener en las filas del catolicismo a los pocos y desanimados inmigrantes que profesaban la religión católica.
El protestantismo puritano, es decir, Calvinista, prevalecía en el nuevo país formado por las colonias de Inglaterra, y por si fuere poco la intransigencia socioreligiosa, que esta y otras denominaciones imponían.
El primer Consejo llevó el nombre de “ El Salvador”, en recuerdo del mismo nombre que Cristóbal Colón, diera a la primera tierra descubierta por él, Consejo que aún subsiste con el número uno.
Bajo el patrocinio de Santa María de Guadalupe, se funda el primer Consejo al que correspondió el número 1050.
Fue en el año de 1928 en que se celebró la primera Convención en que se dio forma al Consejo del Estado Mexicano y se eligió al primer Diputado de Estado que fue Don Miguel García.
En Ensenada el Consejo de Caballeros de Colón se formó el 21 de marzo de 1954, y la organización de los Escuderos de Colón inició el año de 1957.
Los Caballeros de Colón, son una organización social y cívica. Los fines de la orden son prestar ayuda pecuniaria a los miembros y beneficiarios; prestar ayuda mutua, promover entre los miembros intercambio social e intelectual, realizar para la comunidad obras educativas, caritativas y religiosas.
Los Caballeros de Colón, de acuerdo con la tónica del Concilio Vaticano 11, deben trabajar en bien de la iglesia, de las familias y de la comunidad, de allí que sus lemas sean: Caridad, Unión, Fraternidad y Patriotismo.
Hay en el mundo más de 1,600,000 miembros y entre otros países se encuentran Consejos en: Estados Unidos, Canadá, México, República Dominicana, Guatemala, Puerto Rico, Las Filipinas, Guam y el Caribe.
Ha sido una organización siempre fiel al PAPA, que trata de responder a los retos de los nuevos tiempos, que siempre ha fomentado en sus miembros el sentido del patriotismo y amor a la patria, ha fomentado entre ellos el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia para que en el medio donde se encuentren en su calidad de seglares sean promotores de la justicia, la paz y la solidaridad entre los hombres, que sepan encarnar su catolicismo dentro de las distintas culturas en que se desenvuelven.
La unidad de la familia es preocupación central de la orden porque estando sana el tejido social estará sano. Mientras al interior de las familias no se rescaten y promuevan los valores humanos y trascendentes la desintegración pone en peligro a las naciones, de allí que la orden de Caballeros de Colón, junto con las Isabelinas y Escuderos de Colón cuidan el no convertirse en un club social donde se conviva pero no se tenga una misión trascendente que incida favorablemente en las familias.
Como toda obra en lo humano ha tenido momentos de gran lucidez, de intensa actividad, ha contado entre sus miembros con hombres y mujeres que han destacado en los diversos campos del quehacer humano: Político, intelectual, profesional, religioso, cultural, etc., y también ha tenido sus momentos, como toda organización, donde su actividad ha sido más apagada, menos intensa, una organización formada por pecadores, por hombres y mujeres iguales a todos los demás, que se confiesan, cometen errores, piden perdón y perdonan, hechos del mismo barro que todos los demás....
En fin una organización que trata de responder a los nuevos retos que nos ofrece este tercer milenio donde el tener parece ser más importante que el Ser; donde una cultura de consumismo nos ha envuelto y la falta de valores esta contribuyendo a la desintegración de la familia; donde los medios de comunicación están formando un nuevo hombre y una nueva mujer que se esta deshumanizando; donde el narcotráfico está acabando con la vitalidad de las naciones...
Para encarnar los valores que darán respuesta a las necesidades del mundo de hoy, sus hombres y mujeres se están preparando para entender y responder al llamado de Juan Pablo 11.

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