Las Viejas Calles

CRONISTA DE ENSENADA

LAS CALLES VIEJAS

Heberto Peterson Legrand

Testigos mudos son aquellas viejas calles de mi ciudad, de mi pueblo…
Escucharon los más diversos pasos como diversas las personas que las transitaron: pasos que produjeron diferentes sonidos, unos más intensos, otros débiles por el peso y los tacones que impriman sus huellas, unas visibles, otras invisibles.
Quedaron impregnadas en sus edificios las risas, los gritos, las voces de quienes las transitaban y dialogaban mientras las recorrían un día si y otro también.
Fueron testigos de ese mestisaje racial y cultural que se dio a través del tiempo y por ellas caminaron: noruegos, alemanes, norteamericanos, rusos, ingleses, italianos, españoles, franceses, japoneses, chinos, y otras razas que aquí echaron el ancla y se fusionaron física y espiritualmente con los mexicanos aquí residentes para formar los hogares que han ido en el tiempo delineando ese tejido social que hoy conforma nuestra comunidad, nuestra sociedad…
Han pasado 126 años y el rostro de nuestras calles ha cambiado como cambia el rostro de los hombres y mujeres que las han habitado; también ellas se han maquillado como se maquillan nuestras damas para cuidar su imagen…
¿Cuántas generaciones han pasado por ellas? ¿cuánto habrán escuchado?…
Vieron y sintieron el paso angustiado y precipitado de quienes las recorrían apresurados porque iban tarde a la cita; el paso tranquilo de quienes las caminaban haciendo su paseo diario para encontrarse con los conocidos, saludarlos y platicar con ellos…
Sintieron el paso firme y seguro de personas jóvenes que las transitaban por los más diversos motivos. También con el tiempo el paso de personas ya no erguidas sino encorbadas, cansadas, de pasos inseguros que por años y años en forma rutinaria las caminaron.
Fueron el escenario de muchísimos carnavales y pudieron presenciar los carros alegóricos, disfrutaron de la música de las bandas, los más pintorescos disfraces y la alegría que invadía los espacios.
En sus inicios se acostumbraba desparramar gran cantidad de harina y las calles lucían blancas, el confetti se convertía en alfombra al ser lanzado sobre los transeúntes que gozosos las recorrían brincando y bailando.
Si esas viejas calles hablaran que no nos dirían, hay tanto que vieron que ni nos imaginamos; fueron testigos de muchas muestras de amor donde las jóvenes parejas se expresaban y los hombres declaraban su amor quizá recitando algunos versos: en aquella época se estilaba que los novios o pretendientes en forma florida expresaran su sentir, hoy no, el lenguaje de muchos es tristemente muy pobre, muy limitado, muy superficial, desde luego con sus excepciones; son otros tiempos y de ello también son testigo las mismas calles.
También los desfiles cívicos y militares han dejado el recuerdo de su marcialidad y el cada día mayor contingente de niños y jóvenes que se multiplican conforme la ciudad va creciendo.
Calles viejas que son parte y testigos de la historia de Ensenada. Ellas también sintieron los pasos de un José Vasconcelos que aquí estuvo el año de 1918; los pasos de aquellos soldados que las recorrieron cuando salieron rumbo a Tijuana en 1911 para combatir en contra de los filibusteros; los pasos de Don David Zarate, de Don Eulogio Romero, Dr. Bertram Peterson; Capitan Rafael Legrand; Don Miguel Legazpi; Don Walther Hussong; Don Antonio Ptanick; Don José Guiza; Prof. Don Héctor Migoni, Doña Amanda Cadena…y otros caballeros y damas que aquí vivieron y donaron a esta tierra su amor y en cuyo regazo descansan sus mortales restos…
Las fotografías antiguas nos trasladan a las distintas épocas: han detenido el tiempo y en ellas vemos a personajes pasados, los edificios, los automoviles, las modas, todo ello congelado en esas bellas fotos de color sepia que son testimonio de ese ayer que nuestras viejas calles vieron cuando aún tenían vida: los corazones latían, se escuchaba el ruido de motores o de carruajes, las sonrisas y las voces que comunicaban a unos y otros…
!Hay calles, si pudieran contarnos todo lo que han visto y escuchado!…Nos sorprenderíamos de todo lo que Ignoramos…