domingo, 3 de mayo de 2009

Primer Obispo de Ensenada. Don Sigifredo Noriega Barceló

CRONISTA DE ENSENADA
PRIMER OBISPO DE ENSENADA
DON SIGIFREDO NORIEGA BARCELO

Heberto Peterson Legrand

La ciudad más Antigua del estado, Ensenada, y su municipio, por fin ya cuentan con su primer Obispo en la persona de Don Sigifredo Noriega Barceló…
Tierra de misiones, Baja California fue evangelizada por jesuitas, dominicos y franciscanos que aquí sembraron la palabra de Jesucristo, el Dios encarnado, abriendo las puertas de la trascendencia a sus habitantes en su calidad de hijos de Dios.
En Ensenada se fundo el primer seminario y fue el detonante para que llegaran sacerdotes del Espíritu santo y contemos hoy con los Diocesanos, entre otras ordenes más que aquí han venido a traer la buena nueva.
En extensión geográfica le corresponde a Don Sigifredo el municipio más grande, cuenta con pocos sacerdotes y frente a él con un gran reto.
Estoy seguro que sabrá despertar el compromiso de los seglares de su diócesis que hoy día deben o debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad y estar abiertos y dispuestos al servicio de nuestros hermanos.
Este día es un parteaguas en la historia religiosa de Ensenada, es un nuevo amanecer donde habremos de alimentar la esperanza que da sentido a nuestras vidas.
Espero que Don Sigifredo, desde el primer día, perciba y sienta el calor de esta comunidad que lo recibió con los brazos abiertos y siente que su horizonte de posibilidades se dilata y le extiende la mano hermana para en esa comunión que nos solidariza decirle que cuenta con nosotros en la entrega y el servicio a los demás.
En estos difíciles días que vivimos, donde la cultura del consumismo, el relativismo y el utilitarismo han perneado las estructuras sociales en las que estamos inmersos incluso los creyentes, nos hace falta la voz de un guía con autoridad moral para que la civilización del amor y de la vida ocupen los espacios que hemos cedido y que los amantes de la cultura de la muerte han ocupado.
Vivimos en una sociedad plural donde hay distintas visiones, muchas muy respetables, pero en medio de ellas hay que dar testimonio de la nuestra para comunicarla y compartirla a los otros.
Estoy seguro que Don Sigifredo será un impulsor decidido de la Doctrina Social de la Iglesia que mucho tiene que decir y aportar para el bien de la sociedad.
Hay muchos hombres y mujeres cuya existencia es de búsqueda, que desean encontrar rumbo y orientación en sus vidas para conocer la felicidad y realización plena.
También los católicos debemos crecer y madurar nuestra religiosidad preparándonos mejor y con nuestro ejemplo predicar empezando hacia el interior de nuestras familias para a partir de allí ir abriendo el circulo hacia nuestro campo de influencia para hacer el Bien.
Comí en Tijuana con Don Sigifredo y la impresión que de él obtuve fue la de un hombre de Dios sencillo, culto, pastoral, deseoso de comunicarse con los demás y dispuesto a entregarse plenamente a su labor pastoral, un hombre que es de todos y para todos.
Desde luego en estas modestas líneas nuestro agradecimiento a Don Emilio Berlie Belaunzaran y a Don Rafael Romo que dejaron en su calidad de Obispos la huella de su entrega y las orientaciones que fortalecieron los cimientos de nuestra Iglesia.
Don Sigifredo, sea Usted bienvenido, se que lo primero que nos pediría son el tenerlo en nuestras oraciones para que Dios le de fortaleza frente a los retos por venir. Tenga la seguridad que así es y que cuenta con el apoyo de estos católicos-nosotros- que con todas nuestras limitaciones lo recibimos en un abrazo fraternal y con los más vivos deseos de felicidad en esta su nueva Grey.

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