CRONISTA DE ENSENADA
RECUERDOS DE DON BENJAMIN NOVELO SILVA
(Programa artístico para el Ejercito Mexicano en Ensenada, 1942)
Heberto J. Peterson Legrand.
A las 10:00 horas llegué puntualmente a la cita en el Estero Beach con Don Benjamín Novelo Silva, él ya estaba esperándome sentado frente a una de las mesas externas del restaurante desde donde se disfrutaba la belleza del estero y de un clima envidiable.
Con esa amabilidad y fino trato que le caracteriza a quien fuera nombrado Forjador de Baja Californias y de Ensenada, me recibió y después del intercambio de salutaciones y platica previa sobre otros temas, entramos en materia...
Como es de muchos conocido, durante la Segunda Guerra Mundial, artistas de Hollywood se dieron a la tarea de acudir a los lugares donde se encontraba la tropa, ofrecerles programas artísticos con el propósito de convivir con ella, motivarlos y levantar su moral en esos tiempos difíciles donde el futuro era incierto y no tenían la certeza de regresar a sus hogares.
México se vio envuelto en dicha guerra como aliado de los Estados Unidos de Norteamérica debido al hundimiento de los barcos petroleros mexicanos: “Potrero del Llano “ y “ El Faja de Oro”.
Pues bien, allá por inicios de la década de los ’40 del siglo pasado y siguiendo la tónica de presentar funciones artísticas, vinieron a Ensenada muy afamados artistas, de primera línea, con el propósito de divertir a soldados mexicanos...
Escarbando en la memoria de Don Benjamín que en aquel entonces tenía alrededor de 12 años y debido a la emoción de haber presenciado el espectáculo, su memoria fue estimulada, y los recuerdos salieron a flote y ello permitió rescatar para la historia de Ensenada ese pasaje que retrata una época.
Me comentaba Don Benjamín a quien muchos conocemos como “Mincho” como le dicen sus amigos cariñosamente, que él le insistió a su papá Don Antonio Novelo Cervera- inspector de Espectáculos- que lo llevara porque estarían presentes nada más ni nada menos que el “Gordo y El Flaco” ( Oliver Hardy, de nacionalidad inglesa y Stanley Laurel de nacionalidad estadounidense respectivamente y la emoción desbordaba e insistencia de aquel niño que admiraba a esos talentosos cómicos convenció a su Señor Padre.
Recuerda Don Benjamín que acudieron además de los soldados que fueron ubicados en la sala principal: En galería, Su Padre Don Antonio, su Madre Doña Guadalupe Silva de Novelo, así como él y las Señoras Emma Navarro y su hermana Julieta Navarro de Robles y oficiales mexicanos y estadounidenses.
Siguió comentándome que todos los artistas llegaron en un autobús especial excepto Joan Bennet que llegó en un Cadillac negro del año, mujer de gran belleza que capturo la atención de todos los curiosos que presentes en las afueras del cine presenciaban la llegada de los ídolos del séptimo arte quienes arrancaban aplausos y hacían que afloraran las emociones de sus admiradoras y admiradores.
El Cine Maya se vistió de gala con la presencia de James Cagney, excelente bailador y actor quien trabajó, entre otras, en películas haciendo el papel de “ganster”, una de sus famosas actuaciones fue en la película “Yankee Doodle Dandy”; también participó en el espectáculo artístico Dick Powell con su esposa Joan Blondel quien después se casó con Mike Todd, quien falleció en un accidente aéreo y fue esposo de Liz Taylor; actuó Joel McKrea famoso cowboy; Lucile Ball junto a su esposo el cubano Desi Arnaz con ese talento que les caracterizaba bailando y tocando, ella coqueteando con los soldados y el supuestamente muy enojado...eran una pareja muy simpática que en los inicios de la televisión tuvieron ese famoso programa de comedia I Love Lucy que tuvo una audiencia extraordinaria.
También se presentó la famosa Mary Martín que interpretó bellas canciones. Esta distinguida actriz fue reconocida como la Reina de Brodway y en otra ocasión junto con el famoso cantante italiano Ezio Pinza participó en la famosa obra musical South Pacific. Mary Martín fue mamá del actor Larry Harriman quien hizo el papel de un famoso millonario en la serie de televisión “ Dallas”.
Además se engalano la sala del cine con la presencia y actuación del mexicano Arturo de Córdova a quien en esa ocasión le pidieron que cantara y él dijo ser locutor y actor, pero ante la insistencia del publico canto Rancho Grande, fue muy aplaudido y le pidieron la repitiera, lo hizo, pero alguien del público grito: “ No te vas hasta que te la aprendas”,,, Arturo de Córdova era un hombre de excelente voz quien hizo muchas películas de corte dramático.
Lupe Vélez, mexicana talentosa que incursiono en el cine de Hollywood, imitó extraordinariamente bien a Katherine Hepburn. y a Dolores del Río, además estuvo Rosita Moreno de nacionalidad argentina que trabajo en cine con Carlos Gardel el rey del Tango; Deleitaron también al público los famosos bailarines negros, hermanos, conocidos como los Nícolas Brothers, excelentes bailarines de taps.
La actuación de los cómicos el Gordo y el Flaco arrancaron las carcajadas del público que feliz gozaba de sus ocurrencias, fue una pareja formidable cuya fama recorrió el planeta y sus películas llenaban las salas de cine.
Al término de la función se cantaron los himnos de los Estados Unidos de Norteamérica y el himno de México y fue una muy grata sorpresa cuando los asistentes escucharon la bella voz de una soprano que interpretaba el himno de México y acudieron los oficiales a felicitarla efusivamente. La soprano era la Señora Guadalupe Silva de Novelo, madre de Don Benjamín.
Quiero agregar-desobedeciendo a Don Benjamín-, que su Mamá Doña Guadalupe escribía poesía y libros de superación personal con el seudónimo “ Hermana Soledad” y su obra fue para beneficio de un orfanato, además era virtuosa del piano y tocaba muy bonito, indudablemente una mujer de gran sensibilidad artística y humana. Por otra parte el abuelo y abuela materna de Don benjamín tuvieron una compañía de opera allá por la época de la Revolución, la abuela Aurora Prado y Fagoaga, era soprano y el abuelo Felipe Max Silva, barítono.
Una anécdota que me contó mi entrevistado fue la siguiente: Estando sus abuelos en San Antonio Texas, donde presentaron una opereta un 16 de septiembre, su abuela cantó bellamente, llorando y envuelta en la emoción se abrazo de la bandera, provocando tal reacción en el público que la tomaron en hombros y decía ella: prendí el fuego y no supe como apagarlo.
Don Benjamín platicaba con un dejo de nostalgia y emoción sobre aquellas vivencias que ya pertenecen a la historia personal y social y que hoy en éstas líneas rescatamos para que futuras generaciones de Ensenadenses sepan que una pléyade de artistas de primera línea en aquel contexto de la Segunda Guerra Mundial, aquí estuvieron obsequiando con su talento a nuestro Ejercito Nacional.
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