DR. BERTRAND H. PETERSON
Víctor M. Lozano Montemayor*
Daremos inicio a esta charla con una aportación del estimado señor Heberto Peterson Legrand, nieto de nuestro biografiado, quien nos proporcionó amablemente una explicación del significado de la palabra Peterson. La palabra Peterson significa hijo de Pedro, varía a Petersen y Pettersen (con doble te), dependiendo del país. En la Edad Media, Peter fue un nombre propio muy popular en la península escandinava, este nombre tiene una raíz etimológica latina “Petrus” y una griega “Petros” que significa roca. El apellido Petersen proviene de los germanos que se establecieron en la península escandinava todo hace suponer que el apellido original del Dr. Bertrand H. Peterson era Petersen . Respecto al nombre de pila, también se requiere una explicación. El documento más antiguo al cual hace referencia Heberto Peterson Legrand es la fe de bautizo que data del 14 de marzo de 1852 en la cual está escrito el nombre de “Bertram Ovidius” , en su acta de matrimonio, expedida en Arizona en 1881 ya sólo es “Bertram”, en las actas de nacimiento de sus hijos su nombre de pila varía: “Bertrane”, “Bertran”, “Beltran” y “Beltrán”. Generalmente él firmaba “B. H. Peterson”, sin embargo en las actas de sus hijos Bertrane y Alfonso su firma está escrita con su nombre completo y es “Bertrane”. En el certificado de ciudadanía mexicana del año 1895 su nombre es nuevamente “Bertram”. En los documentos de los archivos históricos su nombre varía, aunque en los últimos años se utilizó más el nombre de “Bertrand”, tal vez por su semejanza con el nombre estadounidense. Más tarde, cuando diversos autores mencionan al Dr. Peterson en los libros de historia de Ensenada, tal vez por costumbre o posiblemente por evitar tanta variedad y confusión de palabras, lo nombran “Bertrand” .
Hacemos esta aclaración porque de hecho el nombre de pila del doctor es “Bertram”, y aunque a la conferencia le hayamos denominado Bertrand H. Peterson, con el nombre que sea, para todos nosotros fue un médico extraordinario y un hombre honorable y generoso.
El Dr. Bertrand H. Peterson era originario de Arendal, Noruega, ciudad en la que nació el 22 de diciembre del año de 1851 . Arendal es la ciudad capital de Aust Egder la cual se encuentra situada al sudeste de país y a orillas del río Skager-Kak, es un puerto activo desde hace más de ocho siglos. La actividad comercial más importante es la construcción de barcos y la metalurgia. Interesante es saber que entre otros productos minerales, de sus minas se extrae un silicato de alúmina de hierro y cal que recibe el nombre de arendalita en honor a la ciudad .
La historia de este interesante e importante personaje, pionero de Ensenada, se remonta al siglo XVIII, época en que sus abuelos radicaban en la ciudad de Trondheim en Noruega , esta ciudad es la capital de la provincia de Sör-Tröndelag que en la antigüedad y hasta el siglo XVI se llamaba Nidaros, está situada en la desembocadura del río Nid en el fiordo del mismo nombre. En su catedral, que fue construida en el siglo XI, son coronados los reyes de Noruega desde tiempos ancestrales. Se considera la capital espiritual de Noruega y actualmente es muy atractiva ciudad por sus tantas iglesias medievales, la isla de los monjes y la fortaleza de Kristiansen construida en el siglo XVII. Su importancia comercial está sustentada por la fabricación de pulpa de madera y la elaboración de alimentos en conserva, ya sea enlatados o salados .
Pues en este próspero y bonito puerto de Trondheim nacieron y se casaron Peter Bjertesen y su esposa; por otro lado, otra pareja formada por Johan Hegge y Ranni Olsdatter también se casaron, esas cuatro personas fueron los abuelos de nuestro biografiado. Su abuelo paterno era agricultor de Lesja y su abuelo materno era sombrerero, de esos dos matrimonios nacieron varios hijos y dos de ellos se casaron: Bjert Petersen, nacido en la parroquia de Lesja en 1820 y Ovidia Henrikka Hegge quien nació el 27 de septiembre de 1822, ambos originarios de Trondheim. Los padres de nuestro personaje se casaron en la iglesia de Domkirken en Trondheim el 15 de febrero de 1846, en el mismo lugar en que 24 años antes fue bautizada Ovidia Henrikka el 24 de diciembre de 1822. Esta información acerca de la familia Petersen Hegge me fue proporcionada por el estimado amigo Heberto Peterson Legrand quien en su texto hace una aclaración que es justo mencionar aquí: los datos fueron obtenidos en los registros originales por María Cristina Maxwell de Suárez, bisnieta de nuestro biografiado y nieta de doña María Guadalupe Peterson de Salazar, durante su estancia en Noruega en el año de 1973 .
Un hermano del padre del Dr. Peterson llamado Ole, que era sastre en Trondheim, se casó en la iglesia de Van Frue el 14 de octubre de 1847 con Reguline Jonette Hegge, hermana de la mamá del doctor, es decir: dos hermanos se casaron con dos hermanas . En la familia Peterson hay dato interesante y curioso: en la época actual existen otros dos Peterson, Leo y Enrique, hijos de Alfonso Peterson Gutiérrez, y nietos de nuestro principal personaje en esta noche, que están casados con dos hermanas, Carmen y Lilian Salvatierra. La historia se repite, en la misma familia se ven dos casos iguales con una diferencia de más de ciento cincuenta años y una gran distancia entre Ensenada en México y Trondheim en Noruega.
La capital de Noruega, Oslo, fue fundada en 1048, en el año de 1814 el territorio noruego pasó al dominio de Suecia y en 1905 la unión Sueco-Noruega fue disuelta. En la década de los veinte del siglo XVIII, cuando nacieron los padres del Dr. Bertrand H. Peterson, el rey de Suecia y Noruega era el mariscal Juan Bautista Bernardotte, quien subió al trono con el nombre de Carlos Juan y su dinastía ha continuado a través de los años. Actualmente el país está dividido en 19 condados y el tipo de gobierno es, desde hace siglos, una monarquía hereditaria constitucional por sucesión masculina. Los factores principales de su economía son: la agricultura, la ganadería, la pesca, el petróleo crudo, la marina mercante y la industria electrometalúrgica. Tiene aproximadamente cuatro millones de habitantes y el idioma oficial es el noruego .
Volviendo a la familia Peterson Hegge, Bjert y Ovidia se trasladaron a Arendal para radicar ahí en el año de 1850 y al año siguiente nació su hijo Bertrand quien fue bautizado el 14 de marzo de 1852, con el nombre de Bertram Ovidius Petersen Hegge para esta fecha ya tenía un hermano: Johannes Randers nacido el 6 de enero de 1847 y bautizado en la iglesia de Var Frue en Trondheim el 7 de marzo del mismo año el certificado fue expedido por el ministro H. Angell el 19 de noviembre de 1849, también tuvo una hermana llamada Regna de la cual no se tienen muchos datos, sólo que vivió en San Diego, California y ahí murió alrededor del año de 1927 .
Para ubicarnos en el tiempo y hacer un poco de historia, es bueno saber que mientras el Dr. Peterson era un infante, por este rumbo las autoridades de Baja California estaban preocupadas por la falta de armas para combatir las invasiones norteamericanas que amenazaban con llegar a atacar a la península. El 3 de noviembre de 1853 William Walker llegó en barco a la ciudad de La Paz y capturó al gobernador Rafael Espinosa, enarboló su bandera de tres barras: dos rojas y una blanca con dos estrellas que representaban a Baja California y Sonora y asumió el título de presidente de la república de Baja California. Como los invasores fueron atacados por el teniente Manuel Pineda y su tropa, se retiraron a Cabo San Lucas y de ahí partieron a Ensenada. Walker llegó a esta tierra el 29 de noviembre de 1853, en ese tiempo Ensenada era un rancho con unos cuantos habitantes que se dedicaban a la crianza de ganado, pero para el filibustero era un sitio muy estratégico por su cercanía con San Diego de donde podía obtener refuerzos. Estableció su base de operaciones en la casa de Pedro Gastélum, que estaba ubicada en lo que hoy es la esquina de las calles Gastélum y Tercera y a la que llamó Fuerte Mc Kibbin, mandó una proclama que se publicó en el periódico San Diego Herald el 3 de diciembre y en San Francisco el día 8 del mismo mes en la que decía que declaraba la libertad, soberanía e independencia de la república de Baja California. El 4 de diciembre el comandante Castillo Negrete y Antonio Meléndrez con 58 hombres de Santo Tomás le hicieron frente en un arduo y largo combate en el que varios hombres del invasor desertaron. Walker decidió cambiarse a San Vicente, pero Antonio Meléndrez y su gente lo siguieron y luego de varios enfrentamientos lo obligaron a salir del país .
En 1857, cuando Bertrand H. Peterson tenía 6 años de edad, se promulgó la Constitución Mexicana durante la presidencia de Ignacio Comonfort. Durante la década de los años sesenta del siglo XIX el territorio de Baja California estaba dividido en dos partidos: norte y sur, la población total de la península era de aproximadamente doce mil quinientos habitantes, concentrados en su mayoría en el Partido Sur. En el Partido Norte no existían lo que se pueden denominar pueblos, eran pequeños ranchos que se habían establecido donde antes estaban las misiones y Santo Tomás era la cabecera del Partido Norte .
Los padres de Bertrand se trasladaron a Estados Unidos de Norteamérica debido a un contratiempo económico, en un libro sobre la historia de la ciudad de Arendal escrito por Frethjol Foss en 1893, hay una nota sobre Bjert Peterson que dice que el maestro panadero “compró una casa en Polonia, pero cuando hubo bancarrota se trasladó con su familia a América” . Eran los tiempos de las grandes migraciones de personas de Europa a los Estados Unidos buscando vivir con más libertad y comodidades. La migración de europeos durante todo el siglo XIX dio lugar a que los Estados Unidos progresaran, tanto en las ciudades como en el campo. Durante la década de los cincuenta del siglo XIX llegaron a Estados Unidos los esposos Petersen Hegge con sus tres hijos Johannes Randers, Regna y Bertrand quien era un niño, nos comunicó su nieto Héctor Peterson que cree haber escuchado a su abuelo decir que eran cuatro hijos y nos contó también que radicaron un tiempo en San Luis, Missouri y posteriormente se fueron a vivir al estado de Dakota del Sur donde el padre de nuestro personaje trabajó como granjero. Dakota del Sur, se ha caracterizado desde hace muchos años por ser una región muy importante por la ganadería, la agricultura y la minería, especialmente las minas de oro , y es evidente que el Sr. Peterson era muy trabajador y se adaptaba con facilidad a las nuevas situaciones.
Posteriormente, el joven Peterson inició sus estudios profesionales en el Colegio de Medicina de San Luis Missouri y mientras nuestro personaje se preparaba para ser médico, en México se vivía la época entre 1867 y 1876, que se le ha llamado de la República Restaurada, porque el imperio de Maximiliano, que pretendió terminar con la república juarista fue finalmente vencido por ésta. Esta época se caracteriza por la grandeza de sus hombres: eminentes periodistas, juristas, historiadores, políticos, pintores, militares y un grupo de ilustres médicos que viajaban a París para instruirse en los últimos avances de la medicina moderna. En ese mismo tiempo, Sebastián Lerdo de Tejada pasó a ser el presidente de la República Mexicana después de haber acaecido la muerte de Benito Juárez el 18 de julio de 1872. En septiembre de 1873 las Leyes de Reforma fueron incorporadas a la Constitución y el 13 de noviembre de 1874 se estableció la Cámara de Senadores. Durante el gobierno de Lerdo de Tejada se impulsó extraordinariamente la educación primaria y superior . Ya existía la Escuela de Medicina en la ciudad de México fundada por decreto del presidente Valentín Gómez Farías el 23 de octubre de 1833 (Día del Médico), pero durante la década de los setenta del siglo XIX se reestructuró, la educación médica para mejorar la calidad del servicio al paciente .
En esta tierra de Baja California también ocurrían cosas importantes. En el año de 1870 en el Valle de San Rafael se encontraba el señor Ambrosio del Castillo, este personaje que merece una historia aparte, se dedicaba a la búsqueda de minas y de oro de placer y se encontró unas pepitas de oro que fue a vender a San Diego, California, la noticia cundió, en el mes de junio se publicó en los periódicos y la fiebre de oro se desató, llegó gente de muchos lugares. En Santo Tomás, en subjefe político del Partido Norte de Baja California, Manuel Clemente Rojo, fue informado de los hechos y viendo como crecía el poblado llamado Real del Castillo, en el verano de 1872 empacó sus archivos y trasladó el asiento de gobierno a ese nuevo pueblo minero que floreció como una verdadera capital. En 1875 ya contaba con una población de mil quinientas personas y, en ese año, el Dr. Peterson, con 25 años de edad, ya tenía su título profesional de médico, expedido en 1874 por el Colegio de Medicina de San Luis, Missouri .
Esa época fue de franca prosperidad para los Estados Unidos de Norteamérica, los ferrocarriles abarcaban todo el territorio y la industria y la agricultura se desarrollaban potentemente, la cifra de habitantes y el número de los estados aumentaron en grandes proporciones. El estado de Missouri, era productor grande de ganado vacuno y de trigo, además de su industria más importante que era la del tabaco . A finales del siglo XIX, en los Estados Unidos sólo había cuatro escuelas médicas, en 1847 se había formado la Asociación Médica Americana que era la defensora de las mejoras en la educación médica. La Universidad de Harvard instituyó en 1871 que la graduación de médicos sería a los tres años de estudio y además un curso académico de nueve meses con implantación de exámenes orales y escritos; poco después, las demás escuelas adoptaron la misma línea, entre ellas el Colegio Médico de San Luis, Missouri donde estudió el Dr. Peterson. Se acostumbraba en el vecino país que los médicos preparaban y vendían los medicamentos y a veces cosméticos. Como recientemente se habían inventado las bebidas gaseosas, los médicos agregaban en su consultorio una fuente de sodas para vender al público y para ofrecer a sus pacientes mientras que les llegaba el turno de la consulta médica .
Respecto a la medicina, en las primeras décadas del siglo XIX la profesión se ejercía de forma muy semejante al siglo anterior, dos hechos, la anestesia y el descubrimiento de los microorganismos como causa de enfermedad, cambiaron mucho el curso de la historia médica. Hacia 1831 los tres agentes anestésicos eran el éter, el óxido nitroso gaseoso y el cloroformo, fue hasta 1846 cuando se abrió una nueva etapa para la cirugía con la demostración pública hecha por el odontólogo William Morton, (1819-1868), discípulo del Dr. Horace Wells (1815-1848), utilizando el éter sulfúrico con gran éxito, su uso se popularizó en los Estados Unidos y en Europa. Cambió el concepto de enfermedad, los métodos terapéuticos y las prácticas higiénicas con las aportaciones de Lister y Pasteur. Hubo otras contribuciones importantes como el concepto de célula como unidad anatómica fundamental con la teoría desarrollada por Matthias Scheiden (1804-1881) y Theodor Schwann (1810-1882), con su enunciado de los principios fisiológicos que fue estudiado y publicado por el fundador de la fisiología experimental Claude Bernard, la introducción de nuevos métodos de diagnóstico clínico y la farmacología investigada por químicos alemanes, franceses, ingleses y norteamericanos quienes descubrieron y aislaron diversas substancias como la morfina, la estricnina, la quinina, la atropina y otros alcaloides y antipiréticos . Bertrand H. Peterson, el joven estudiante tuvo el privilegio de estudiar la profesión médica con todos estos adelantos y muchos más.
Ya titulado, el Dr. Bertrand H. Peterson, quien contaba con veinticuatro años, eligió el territorio de Arizona como residencia y dio inicio a su trabajo Tucson, luego en Nogales, para después residir en el condado de Cochise en la ciudad de Charleston. Todavía en la década de los setenta, estando en uno de esos lugares, un buen día lo fue a buscar el señor teniente Toribio Gutiérrez para que fuera a atender a su hija Guadalupe que se encontraba enferma en Nogales, Arizona. A partir de esa visita médica nació entre ellos un amor que culminó el 3 de mayo de 1881, ese día en la ciudad de Charleston, condado de Cochise, estado de Arizona, el Dr. Bertrand H. Peterson contrajo matrimonio con la señorita Guadalupe Gutiérrez originaria de Ures, Sonora. Al casarse ella tenía 18 años y él 30. Los padres de Guadalupe eran el teniente Toribio Gutiérrez y la señora Dolores Padilla. En el acta de matrimonio aparece el nombre del juez de paz: James C. Burnett y firmaron como testigos: Samuel Katienstein, José María Elías y Walter Renaut. Todo hace suponer que para esa fecha el padre de Guadalupe ya había fallecido porque Doña Esperanza Peterson de Loyola me mostró un documento fechado en 1878 en el que se lee que Guadalupe Gutiérrez era acreedora a la pensión que le otorgaba el ejército mexicano al que sirvió su padre , aparentemente su mamá también había muerto porque ella recibía doscientos pesos mensuales que, para ese tiempo, era una cantidad bastante considerable tomando en cuenta que en la década de los ochenta un terreno de veinte por cincuenta metros en la calle Ruiz de Ensenada costaba entre 25 y 30 pesos.
En el estado de Arizona nacieron sus dos primeros hijos: un varón, Bertrane, el 13 de marzo de 1882 a las 2 de la tarde y una mujer, Ovedia, en Palominos, Arizona a las 10 de la mañana del 9 de agosto de 1884, ambos fueron registrados en Ensenada el 16 de mayo de 1890 . Parece ser que en ese tiempo, el Dr. Peterson, además de dedicarse a la medicina, también trabajaba en la oficina de correos . El 8 de agosto de 1883, antes de que naciera su hija Ovedia, el Dr. Peterson obtuvo una certificación de su matrimonio en Tombstone, Arizona, firmada por el pastor P. J. Gallapher en la que precisa que no hay impedimento en el matrimonio de Bertrand H. Peterson y Guadalupe Gutiérrez por tener diferentes religiones, los testigos fueron Leo Korner y Josefa Gutiérrez , hermana de Guadalupe.
Casi al mismo tiempo de estos acontecimientos tan importantes en la familia Peterson Gutiérrez, en esta tierra también había cambios. El 15 de mayo de 1882, por decreto presidencial, la capital del Partido Norte de Baja California se trasladó de Real del Castillo a Ensenada de Todos Santos. Ensenada era un poblado de tres a cuatro casas y la aduana. Los Gastélum iniciaron la venta de terrenos a quienes lo solicitaron y así empezó a formarse esta ciudad. Ante la expedición de una nueva ley de colonización realizada por el presidente de México, Manuel González, en 1883 se formó la Compañía Internacional de México, comúnmente llamada la Compañía Americana, la cual fue autorizada para “adquirir, poseer, explotar, comprar o vender propiedades de todo género”. Pronto se estableció en Ensenada el señor Maximiliano Bernstein, quien por instrucciones de su jefe, el señor George Sisson, fue el encargado de comprarle los terrenos a Pedro Gastélum y vendérselos a la Compañía Americana, que a su vez los vendió a muchos nuevos colonos que llegaron atraídos por la propaganda tan grande que se hizo en la prensa estadounidense en la que se ponderaba la riqueza minera, la tierra fértil, la belleza del paisaje y el clima tan agradable de esta nueva capital del Partido Norte .
Antes de que el Dr. Peterson y su familia se trasladaran a Ensenada radicaron un tiempo en San Francisco o San Diego, California . Tal vez su decisión de venir con la familia a radicar en este puerto haya sido influenciada por la propaganda que aparecía en los periódicos.
El día primero de enero de 1888, el Partido Norte de Baja California cambió de categoría y se convirtió en Distrito, además de dejar de depender de La Paz, el gobierno central nombró al general Luis Emeterio Torres Jefe Político del Distrito Norte de Baja California . En el censo ordenado por el nuevo jefe político aparece el nombre de Bertrand H. Peterson con edad de 36 años, de nacionalidad noruego, estado civil casado, con profesión de médico y con domicilio en la calle Ryerson. Cabe mencionar que en los documentos consultados es la primera vez que aparece su nombre. No sabemos por qué causa no aparecen los nombres de su esposa e hijos, tal vez aún no llegaban de San Diego, pero los que si aparecen son los que suponemos son sus hermanos: Tomás Peterson, de 30 años, noruego, soltero, agente de terrenos radicado en San Quintín, y Ragua Peterson de 30 años, noruega, casada y con dirección en la calle Ryerson; Regna es el nombre que nos fue proporcionado por Heberto Peterson y la familia la llama Reina. También está anotado en el censo su padre: B. Peterson de 60 años, noruego, viudo, hacendado y con domicilio en la calle Tercera , aunque no coincide la edad con lo mencionado en las actas de certificación del nacimiento de sus nietos hecha en 1890, año en el que tenía 67 años y por lo tanto en la época del censo contaba con 65 años, pensamos que es casi seguro que se trata de él.
Justo es mencionar que además del Dr. Peterson, aparecen en el censo de Ensenada otros médicos: J. L. Foinneans, francés de 43 años, Pedro Tamés, mexicano de 45 años y el que probablemente fue el primer médico titulado que llegó a Baja California, Francisco Rouquette, francés de 45 años.
Respecto a la medicina, ya se planteaba firmemente la etiología microbiana de ciertas enfermedades y se tenía cuidado de practicar la cirugía con los métodos de antisepsia.
El Dr. Peterson llegó a Ensenada antes de 1888, por eso está considerado como pionero de esta ciudad. Como dijimos anteriormente, no sabemos si llegó atraído por la propaganda que se hacía en los periódicos del vecino país o porque llegó contratado por la Compañía Americana. Respecto a la casa de la familia Peterson Gutiérrez, la primera casa estaba ubicada en la calle Ryerson, la segunda casa junto al consultorio del Dr. Carlos Gallegos, luego llegó su casa de madera, la trajeron desarmada desde San Diego, California y estuvo ubicada en Gastélum 701, esquina con calle Séptima, posteriormente fue trasladada a la esquina de las calles Cuarta y Gastélum, donde hoy está ubicado el mercado Hereford, ahí nacieron Leo y Rubén Peterson Cota, hijos de Alfonso y nietos del Dr. Peterson . Luego la casa se trasladó a la calle Décima 225, entre las calles Obregón y Moctezuma. Actualmente la casa se encuentra en muy buenas condiciones y la habita el Sr. Morquecho .
Las aficiones del Dr. Peterson, desde su juventud eran la minería, la cacería, el juego de baraja, la carpintería y la lectura de buenos libros .
Para alegrar más a la familia Peterson Gutiérrez y afianzar más las raíces en esta ciudad, nació su tercer hijo, Jorge Leo, el 2 de febrero de 1888 a las 8 de la mañana, fue registrado en Ensenada el 16 de mayo de 1890 .
Al mes siguiente del nacimiento de Jorge Leo, en el periódico La Voz de la Frontera publicado el día 24 de marzo de 1888, aparece el anuncio de la Botica de Ensenada, propiedad del Dr. Bertrand H. Peterson, que dice: “Botica de Ensenada. Drogas, productos químicos, artículos de tocador, jabones, perfumes, puros, etc. Las principales medicinas de patente. Las recetas en todos los idiomas preparadas con el mayor cuidado y a precios razonables. Dr. B. H. Peterson propietario”. La botica y el consultorio estaban situados en la calle Ruiz entre las calles Primera y Segunda al lado oriente . Al principio la botica del Dr. Peterson era atendida por un farmacéutico de apellido Braim, también noruego, luego se asoció con el Dr. Leander Y. Ketcham quien atendió la botica hasta avanzados los años veinte del siglo XX, tiempo después el Sr. Noris abrió su Botica Central en la calle Ruiz con un consultorio médico atendido por el doctor Manuel Cortés y también se inauguró la botica del Dr. Power En ese periódico La Voz de la Frontera, cuyo editor era el Lic. Francisco P. Ramírez y que aparecía todos los sábados por la mañana, se encuentran notas muy interesantes: además del anuncio del Dr. Peterson, está el del Dr. Pedro Tamés, profesor en medicina y cirugía de las facultades de México y Guadalajara, también se anuncian Charles Bennett con su tienda El Progreso en la calle Tercera con la novedad de los alimentos conservados en cajas de hoja de lata; la tienda de Jorge Ibs en la calle Gastélum; Rivera y sucesores, importadores de abarrotes, mercería, ferretería, puros y licores en la esquina del las calles Ruiz y Tercera; la Compañía de vapores del Pacífico de la Compañía Americana; en la calle Ruiz entre Tercera y Cuarta se encontraba el depósito de vinos de Sonoma, California a cargo de Antonio Pirani; el anuncio del molino de harina de Ricardo P. Eaton; la carnicería de Felipe Crosswaithe; los anuncios de la agencia aduanal de A. C. Flores y F. Palacio .
En el Periódico Oficial número 9 con fecha de 22 de junio de 1888 se publicó la cuenta por la festividad del 5 de mayo en la que aparece el nombre del Dr. Bertrand H. Peterson con una aportación de cinco pesos. Algunos meses después, el Dr. Peterson inició su trabajo como médico legista de Ensenada, ciudad cabecera del Distrito Norte de Baja California.
El 1889 el movimiento económico de California sufrió una recesión que se vio reflejada en Ensenada, ya que la quebrantada situación financiera obligó a la Compañía Americana a vender sus intereses a la Compañía Mexicana de Terrenos y Colonización, que se le conoce comúnmente como la Compañía Inglesa. Esta nueva compañía concesionaria llegó a Ensenada a finales del año 1889 y la ciudad volvió a surgir, la compañía se dedicó a la administración de sus líneas de vapores, a sus propiedades mineras, a la recolección y exportación de granos y a otras actividades igualmente productivas.
El señor Héctor Peterson Cota, nieto de nuestro destacado personaje, me facilitó unos interesantes documentos manuscritos que amablemente me permitió copiar, los cuales nos dan a conocer que el 1 de julio de 1889 el Dr. Peterson presentó ante el administrador principal del timbre de esta ciudad de Ensenada, Carlos Güijosa, un libro talonario que contenía 20 hojas para su legalización y registro en el libro respectivo. Se trata de un talonario con timbres, nombres, fechas y el importe dado a la oficina del timbre por la cantidad correspondiente dependiendo de los honorarios. Ahí aparecen los nombres de: Pedro Miramontes, del capitán Pineda, del licenciado Espíndola, del general Bonifacio Topete, de Salvador Gastélum, del Dr. Francisco Rouquette quien aparece en varias fechas y que fue médico francés posiblemente el primer médico de Baja California, fallecido en 1899. Están anotados también el cañonero Demócrata, Salvador Z. Salorio, Maximiliano Bernstein, Francisco Andonaegui, Tomás Lamadrid, el licenciado Pedro Rendón, Miguel Ormart y otros.
La familia Peterson Gutiérrez aumentó en los siguientes años, tuvieron dos hijos más: Alfonso, quien nació a las 11 de la noche del 20 de febrero de 1890 y fue registrado el 16 de mayo de 1890 y María Guadalupe nacida el 26 de agosto de 1892 a las ocho y media de la mañana y fue registrada el 12 de julio de 1893 ante los testigos Carlos A. Güijosa y Francisco Núñez . En ese año de 1893, el Dr. Bertrand H. Peterson, además de atender su consultorio particular, hacer visitas domiciliarias a sus pacientes y ejercer la labor de médico legista inició su trabajo con el cargo de médico de puerto . En el año de 1895 Ensenada contaba con aproximadamente mil quinientos habitantes.
En el año de 1899, se publicó el libro Baja California Ilustrada, su autor J. R. Southworth nos deleita con una interesante y bella descripción de la Ensenada de Todos Santos, las cualidades de la bahía y del puerto, las bondades del clima, los atractivos naturales, además de explicar que la ciudad contaba con luz eléctrica y “todas las mejoras modernas de las principales ciudades americanas”. En su artículo menciona a los comerciantes más famosos y en esa lista está incluido el Dr. Peterson como médico de puerto y propietario de la única droguería americana, dice que es el médico de mejor práctica profesional, que desde 1893 desempeña el cargo de Médico de Puerto, que su botica está en la calle Ruiz entre las calles Primera y Segunda y está al frente de ella un farmacéutico recibido. Dice también que uno de los atractivos de la droguería es una “hermosa fuente de aguas gaseosas que proporcionan bebidas frescas durante los meses de verano”. Y para finalizar su artículo menciona que el Dr. Peterson está interesado en minas y que tiene varios prospectos en El Álamo y que “es una persona emprendedora y de las que más se interesan en el bien público” . También le gustaba la cacería e iba con regularidad a practicar ese deporte.
En el Catálogo del Archivo de Minería de Ensenada, constan los denuncios de minas hechos por Bertrand H. Peterson, la primera fue “La Descubridora”, mina de oro en Santa Catarina denunciada el 31 de agosto de 1889, al siguiente año denunció las minas de oro “La Luz” y “Portland” y en 1893 la mina de oro “Azteca”. De 1894 a 1897 realizó los denuncios de las minas: “Jacalitos”, “San Juan de Dios”, “Guatal”, “La Mexicana”, “La Unión”, “Standard”, “Alicia”, “Pioche”, “Juárez” y “Agua Dulce”. En 1900 continuó con los denuncios de las minas: ‘Confragosa” de oro en Real del Castillo, y las de cobre “Vasta”, “Máxima” y “Suprema” situadas en el mineral de Los Cochis .
Cuando la familia Peterson Gutiérrez gozaba del privilegio de ser padres de cinco hijos, el más grande de 12 años y la más pequeña de dos, sucedió una desgracia: el 1 de octubre de 1894 a las seis y media de la mañana falleció doña Guadalupe Gutiérrez de Peterson, en el acta de defunción dice que se presentó el Dr. Bertrand H. Peterson, de origen noruego, de 40 años, médico legista de Ensenada ante el juez del estado civil Federico Palacio. El Dr. Peterson presentó el certificado expedido por el profesor en medicina Fernando Silva a las ocho de la mañana del mismo día. Falleció en su casa de tuberculosis pulmonar, en el acta de defunción aparecen los nombres de dos testigos que fueron: Carlos Güijosa, empleado, nativo de la ciudad de México y Julio Núñez nativo de Guanajuato, preceptor de instrucción primaria, El acta especifica que la inhumación se verificará en el panteón de Ensenada . Su nieto Leo me comunicó que su abuelita sí padecía de tuberculosis pulmonar pero que además, dos días antes de morir, dio a luz a su sexto hijo que nació muerto .
La tuberculosis pulmonar era una enfermedad prácticamente incurable. Roberto Koch, médico alemán, anunció que había descubierto la cura contra esta enfermedad en 1891, la tuberculina, vacuna obtenida a partir de bacilos atenuados, que en muchos casos era eficaz. La tuberculina tardó varios años en llegar a estos rumbos. Respecto al tratamiento con antibióticos, en ese tiempo no existía, la penicilina fue descubierta por Alexander Fleming en 1929, pero fue hasta 1941 que Howard Florey y Ernst Chain demostraron en Inglaterra su efecto antibiótico y dos años más tarde la industria farmacéutica de Estados Unidos la empezó a comercializar en grandes cantidades; el efecto de las sulfas descubierto en Alemania en 1917 se introdujeron al mercado hasta 1934, las estreptomicinas, que actualmente se recetan para curar la tuberculosis, fueron descubiertas en 1944 y la isoniacida es de uso aún más reciente .
La señora Josefa Gutiérrez, hermana de la esposa del Dr. Peterson, se dio a la tarea de atender a los niños que habían quedado huérfanos de madre. Ella era viuda y vivía con su hijo Ramón Martínez de cerca de 20 años de edad. Doña Josefa se casó con el señor Korner . Sobre Ramón Martínez, nos platicó el señor Heberto Peterson que era militar y que un hecho triste marcó su vida, le tocó la mala suerte de tener que fusilar a su amigo íntimo obedeciendo las órdenes de su superior, ese mismo día había cenado con él. Nunca se recuperó de esa experiencia dolorosa.
Doña Josefa Gutiérrez de Korner adquirió una casa y huerta que vendió a los señores Romo el 5 de julio de 1890, posteriormente adquirió la casa que estaba situada en la esquina de las calles Octava y Gastélum, la cual heredó a su sobrino-nieto Jorge Leo .
En el archivo judicial de Ensenada aparece el documento de intestado de la señora. Peterson. La propiedad fue comprada por ella a la señora Lackey el 16 de febrero de 1890. Debido a que la herencia consistía en la mitad indivisa de la propiedad que estaba a nombre de Guadalupe Gutiérrez de Peterson, son varios los escritos que el Dr. Peterson entrega a las autoridades correspondientes, siempre acompañado de su abogado el licenciado Pedro Rendón, sólo mencionaremos algunos de estos documentos: con fecha 31 de diciembre de 1894, el Dr. Peterson entregó una carta en la que notifica la muerte de su esposa dejando cinco hijos menores de edad y una propiedad, el lote 8 de la manzana 47 con casa en él construida, era una casa de madera de 8 piezas, un molino de viento, un tanque de madera y bomba respectiva. Por lo tanto una mitad indivisa era para él y la otra mitad le correspondía a sus hijos. Debido a que sus hijos eran menores de edad y él extranjero, solicita ser el interventor mientras se nombra el albacea y tutor interino de sus hijos. Hay otro oficio con fecha 3 de enero de 1895 en el que se da por radicado el juicio y se ordena su publicación en edictos por el juez de primera instancia, licenciado Alejandro Guerrero y Porres, al día siguiente el licenciado Genaro Lamadrid declaró que el asunto se puede resolver en el juzgado y nombró al licenciado Francisco P. Ramírez como perito para cotejar los documentos. Otro oficio es el de la declaración del señor Ismael Sánchez, está fechado el 5 de enero de 1895 y este señor dice que conoció a la finada señora Guadalupe Gutiérrez de Peterson desde que era soltera y que vivía en Guaymas, Sonora y que conocía a toda la familia y tenía amistad con ellos. Los edictos se publicaron en el periódico y se nombró tutor provisional de los niños al Sr. Eulogio Romero. El Dr. Peterson quedó como albacea provisional de la herencia. Otro oficio del 5 de julio de 1895 en el que el licenciado Pedro Rendón, como abogado del Dr. Peterson solicita que se haga constar cuándo concluye el término para tener derecho sobre la herencia y su cliente sea nombrado albacea definitivo. El 11 de septiembre de ese mismo año se remataron los bienes, el 23 de octubre el Dr. Bertrand H. Peterson recibió la carta de declaración de ciudadanía mexicana a su favor firmada por el presidente de México Porfirio Díaz y el secretario de relaciones exteriores Ignacio Mariscal y el 28 de octubre se extendió la escritura a favor de Eulogio Romero ante el licenciado Guerrero y Porres. Ya después, el 4 de noviembre, se inscribió la venta de la mitad de los bienes de la finada Guadalupe Gutiérrez de Peterson hecha por Eulogio Romero, tutor de los menores, a favor del Dr. Bertrand H. Peterson, de la otra mitad no se dijo nada. Una copia de este documento fue presentada ante el juez de primera instancia por el Dr. Peterson con un oficio en el que solicita que la mitad indivisa de la que no se dijo nada, se le conceda por ser heredero de esos bienes y que se le extienda el documento para su inscripción en el registro público de su propiedad, por increíble que parezca esta petición fue hecha el 13 de julio de 1932, 38 años después de que falleció su esposa. El 18 de julio de ese mismo año el juicio se resolvió a favor del Dr. Peterson .
Respecto a otras propiedades, en los primeros años del siglo XX, el Dr. Peterson compró el lote 1 de la manzana 47, los lotes 3 y 4 de la manzana 68, el lote 7 de la manzana 47. Después, en marzo de 1910 realizó la venta de los lotes 7 y 8 de la manzana 85, el lote 2 de la manzana 65, el lote B de la manzana 26, los lotes 7 y 8 de la manzana 44, los lotes 1, 2 y 3 de la manzana 21, y los lotes 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de la manzana 21, todos con las casas ahí construidas, la venta de las propiedades fue hecha a favor de Víctor Wankowski, quien a su vez las vendió a Félix Wirbser y a Ensenada Real Estate. El 1912 el Dr. Peterson compró la manzana 301, adyacente a Ensenada a la Compañía Internacional .
Un dato muy interesante narrado por el profesor David Acosta Montoya dice: “Entre las personas más famosas que le tocó atender al Dr. Peterson, destaca la figura del insigne maestro y ciudadano ejemplar, que no obstante ser extranjero, dio ejemplo de acendrado cariño a esta su patria adoptiva, nos estamos refiriendo al Lic. Manuel Clemente Rojo, a quien atendió hasta su muerte de éste, que aconteció a las nueve de la noche del día nueve de julio de 1900. En el acta respectiva, don Federico Palacio, juez del estado civil de este distrito, hace constar que don Eulogio Romero, compareció ante él y presentó el certificado expedido por el profesor en medicina Bertrand H. Peterson, en el cual hace constar que en su domicilio de la calle Ruiz, entre Tercera y Cuarta falleció el licenciado Manuel Clemente Rojo”
El ejercicio de su profesión y el negocio de la botica siguió en franco progreso y cada día aumentaba el cariño y el respeto que la comunidad sentía hacia el Dr. Peterson. El semanario El Progresista que se publicó de 1903 a 1904 y cuyo gerente era el señor Carlos R. Ptacnik, nos da una idea de cómo se vivía esa época en Ensenada, leerlo nos hace reconstruir con la imaginación la Ensenada en la que vivió sus años más productivos nuestro biografiado. Era una pequeña ciudad que contaba con una cantidad aproximada de mil setecientos habitantes que vivían en un ambiente amable y tranquilo, era la cabecera del Distrito Norte y por lo tanto concentraba a la mayor cantidad de gente. El jefe político, Celso Vega, residía en esta ciudad en la que se encontraba la Sección de Guerra al mando del capitán primero Mariano Valdovinos, el presidente municipal era el apreciado señor Eulogio Romero, ejercían sus trabajos los elementos de la Comandancia de Policía, del Juzgado de Primera Instancia, del Juzgado de Paz, del Juzgado de Distrito, de la Delegación de Instrucción, de la Agencia de Minería, de la Agencia de Terrenos y Colonización y también de la Delegación de Sanidad a cargo de su delegado, el Dr. Bertrand H. Peterson .
El estimado caballero don Hesiquio Treviño, que en paz descanse, hace una descripción del Dr. Peterson que me parece es oportuno agregar: “El Dr. Peterson fue una persona sumamente estimada entre todas las clases sociales de Ensenada, en primer lugar porque era muy buen médico, y en segundo porque a la gente de escasos recursos los consultaba gratis y a muchos hasta les regalaba las medicinas” .
El Dr. Peterson y su familia eran ampliamente conocidos y respetados en esta ciudad y eso se comprueba al observar que en la corta vida del periódico “El Progresista” fue mencionada más de 15 veces la hija del Dr. Peterson, Ovedia. Las notas fueron por diversos motivos, por ejemplo: cuando fue candidata a reina de la belleza de Ensenada y luego reina de la fiesta taurina, cuando iba o regresaba de sus viajes, cuando asistía a bailes de gala y banquetes, cuando participó como actriz en obras de teatro, cuando un admirador le dedicó dos pensamientos, uno en verso y otro en prosa, en sendos ejemplares que eran votos razonados a favor de la candidata a reina de la belleza Ovedia Peterson, quien, por cierto, le fue otorgada una mención honorífica. También aparece el nombre de Leo Peterson anunciando su arribo a Ensenada después de haber estado en Los Ángeles, California. El 10 de abril de 1904 se menciona también el nombre de Alfonso Peterson quien participó en un partido de béisbol como jardinero central .
En esos primeros años del siglo XX el Dr. Bertrand H. Peterson además de su consultorio, sus visitas a domicilio, sus cargos públicos y su botica, atendía el hospital que se encontraba frente al ex Cuartel de la Compañía Fija junto con el Dr. Power y daba consulta a los integrantes de la colonia rusa que llegó a Ensenada alrededor de 1905 y se instaló en el valle de Guadalupe .
Desde noviembre de 1902, el puerto de Mazatlán fue cerrado para que no se propagara la peste bubónica, la población de Ensenada estaba muy temerosa del contagio. Durante todo el año 1903 y parte del siguiente, en el periódico El Progresista aparecían noticias de Mazatlán: nuevos casos de peste bubónica, grupos de ayuda que compraban ratas a 15 centavos cada una y ofrecían incinerar la ropa contaminada y las medidas sanitarias en los muelles para evitar la epidemia. Al mismo tiempo también hubo casos aislados en San Francisco, California y en las costas de la república de Chile. Cuando se publicó la nota de que ya se había abierto a la navegación el puerto de Mazatlán, las autoridades de Ensenada protestaron porque estaban enterados de que había casos muy recientes de enfermos y se alertó a la población, sobre todo a los comerciantes que se surtían de las mercancías que traían los barcos de Mazatlán. Al mismo tiempo el ayuntamiento de Ensenada, seguramente por recomendación de su Delegado de Sanidad, el Dr. Peterson, solicitó al Consejo Superior de Salubridad en México una estufa de desinfección como parte de las medidas para evitar el contagio de enfermedades y recomendó observar una estricta vigilancia en el cargamento y los pasajeros que llegaran de Mazatlán a este puerto . La peste bubónica tiene un causante, el bacilo llamado Pasteurella pestis el cual generalmente es transportado por dos agentes: la rata y la pulga, las ratas, que les gusta viajar en los barcos, son las portadoras del agente real que son las pulgas. Una persona picada por una pulga contaminada puede caer enferma durante las siguientes 48 horas, después de la fiebre y malestar, aparece una inflamación característica de los nódulos linfáticos de la ingle, o bubones.
Todo lo anteriormente dicho y más, era del conocimiento del Dr. Peterson que pugnaba porque hubiera mejores condiciones de higiene. La gentil señora Cristina Maxwell de Suárez, bisnieta de nuestro biografiado, nos platicó que en una de tantas charlas con su abuelita, le contó que en esa época el Dr. Peterson dispuso, como medida preventiva contra la peste bubónica, que las mujeres le cortaran un trozo o levantaran el dobladillo a sus vestidos para evitar que al caminar levantaran la tierra con sus faldas largas porque esa tierra podía contener a las pulgas portadoras de la enfermedad .
En el libro de registro para la contabilidad de la aduana marítima de Ensenada autorizado por el presidente municipal, Don David Zárate Zazueta se encuentra el dato del nombramiento del Dr. Bertrand H. Peterson el 4 de marzo de 1920 para ejercer nuevamente el puesto de perito médico legista de la ciudad en compañía del otro médico el Dr. José Sanromán. En el año de 1924 los sueldos de los dos peritos médicos legistas era de cinco pesos diarios .
El 24 de abril de 1906 el Dr. Peterson compareció ante el juez del estado civil del Distrito Norte de Baja California para notificar el fallecimiento de su padre el señor Bjert Peterson, el acta de defunción fue expedida por el Dr. Ketcham, quien hace constar que falleció a las 12 horas en esta población, que contaba con 86 años de edad, ocupación comerciante y estado civil viudo .
Antes de pasar a describir brevemente la descendencia del Dr. Peterson, quiero informarles que el estimado caballero Heberto Peterson Legrand con la amabilidad que le caracteriza, me otorgó el privilegio de tener en mis manos un libro que es un verdadero tesoro familiar, lo escrito en él data desde 1841. En la contraportada tiene adherido un sello de la casa comercial que dice: “Bogbinderie. Carl Sellander. Trondhjem”, es un libro pequeño, rectangular en el que algunas personas escribieron en noruego antiguo con una letra muy bien cuidada y adornada, es una lástima no entender el idioma porque se aprecia muy bien un poema fechado en abril de 1841, otro poema sin fecha de algún personaje de apellido Wilster, otro firmado por Claudius Rosenhoff y otro poema que no está fechado ni firmado. Entre las hojas del libro hay dos hojas sueltas, una doblada a modo de tarjeta con un adorno en la esquina superior izquierda con la letra J, está dirigida a Mel y tiene fecha de 24 de septiembre de 1858 y la otra con un poema firmado por Sophie Hegge, quien supongo era hermana de Ovidia Henrikka y de Reguline, madre y tía de nuestro biografiado. Las cubiertas son duras y tienen grabado: en el anverso las iniciales J A H, y en el reverso 1848; en el lomo están grabadas figuras resaltadas que no se alcanzan a distinguir bien .
De su familia sabemos que su primogénito Bertrane fue ingeniero y que en la época de la revolución se alistó en el ejército, viajó a Salina Cruz y no se volvió a saber de él .
Su hija Ovedia se casó con el señor Luis H. Del Río, que era el administrador de la Aduana Marítima el 14 de febrero de 1904, ella tenía 19 años y el 43, Luis H. Del Río era mexicano, originario de Aguascalientes, sus padres eran Luis del Río, finado en la fecha del matrimonio, y Refugio Castañeda . Este matrimonio compró y vendió varios terrenos en esta ciudad y Luis H. Del Río fue socio de la Compañía Agathe Wirbser y de la Compañía Minera Friz . Ovedia Peterson y Luis H. Del Río tuvieron siete hijos: María Luisa (La Pichi), Josefina quien falleció a los 16 años, Gastón, Raúl, Héctor, María del Refugio y Teresa (La Tití) . El 16 de enero de 1934, Doña Josefita le vendió a Ovedia la mitad del lote C de la manzana 27 con casa ahí construida .
Jorge Leo estudió en la universidad de San Ignacio de Loyola en Los Angeles, fue contador y ejerció su profesión por muchos años aquí en Ensenada, precisamente fue el contador de este inmueble histórico, la cantina Hussong. Se casó con Doña María Luisa Legrand, hija del capitán de puerto don Rafael Legrand Valle y doña María Moreto de Legrand, Tuvieron 5 hijos: Jorge Leo, Heberto, Humberto, Olga y Olivia . Jorge Leo Peterson Gutiérrez era veinte años mayor que su esposa María Luisa Legrand, tanto así que él fue el que llevó a su papá a atender el parto de la que sería su suegra cuando dio a luz a la que luego sería su esposa . Otro dato que encontramos fue que el 16 de enero de 1934 le compró a su tía, Josefa G. De Korner, el lote 5 de la manzana 47, y posteriormente en 1940, se lo vendió a David A. Moreno.
Alfonso se casó con Esperanza Cota, hija de Enrique B. Cota y Estéfana Osuna. Compraron varios terrenos en esta ciudad y junto con Melquiades Verdugo, Ezequiel González y Jesús Ojeda firmaron, en 1929, la escritura de la constitución de la Compañía de las Playas del Pacífico, S. A. Doña Josefa le vendió dos lotes en 1934. Alfonso Peterson y su esposa Esperanza procrearon ocho hijos: Bertrand (El Tany), María Esperanza (La Kití), Alfonso Enrique, Héctor (El Chipy), Rubén (El Güero), Leo, Enrique y Guadalupe quien falleció a los 11 años.
María Guadalupe Peterson Gutiérrez se casó con Roberto Salazar y tuvieron seis hijos: María Josefina, Roberto, Guadalupe Beatriz, Telma, Rolando y Norma. La tía abuela Josefita le vendió a María Josefina dos lotes de la manzana 84 el 22 de enero de 1934.
Los hijos del Dr. Bertrand H. Peterson y Doña Guadalupe Gutiérrez de Peterson Ovedia, Jorge Leo, Alfonso y María Guadalupe crecieron, se casaron, tuvieron muchos hijos, envejecieron y fallecieron. Si la historia se hubiera terminado ahí, tal vez no estaríamos en este lugar dando esta plática. Son 26 nietos, más de 100 bisnietos, más de 130 tataranietos y más de 40 choznos. Actualmente la cifra es superior a los 350 integrantes y es claro e irrebatible que no cesará el incremento constante de la dinastía Peterson.
Antes de terminar, con mis respetos a la elocuencia de su nieto Heberto Peterson Legrand y con su permiso expreso, me permito citar textualmente un poema dedicado a su abuelo el Dr. Bertrand H. Peterson:
De la tierra de hermosos fiordos,
profundos valles e imponentes glaciares,
llegaste descendiente de vikingos
a conquistar tierras americanas.
En Sal Luis Missouri medicina estudiaste,
sus campos de roca flora y fauna conociste,
sus caminos recorriste
y en busca de ricas vetas minas denunciaste.
En Charleston Arizona te casaste
con hermosa mexicana,
oriunda de Ures Sonora
y dos hijos engendraste
A México te llevó el destino
y tres nuevos hijos procrearon,
y en la Ensenada de Todos Santos
en definitiva las raíces sembraron.
La cacería y las minas fueron tu pasión,
la carpintería, lectura y cartas tu distracción,
pero fue la medicina
tu amor y verdadera vocación.
Jefe de sanidad fuiste,
de los rusos médico querido,
primer médico legista y boticario,
y del pueblo galeno muy solicitado.
Bendito cielo, que hizo de nosotros
por la herencia,
en los genes conteniendo tu presencia,
trascendencia que ilumina la existencia.
Al desdoblar los pliegues de la historia ensenadense,
la huella impregna las páginas del puerto,
aquí echaste el ancla del destino,
y dejaste un árbol de fecunda descendencia.
De tu tronco original, fusión de dos razas,
mestizaje que sus ramas multiplican,
en frondosa amalgama que enriquece,
fecundas semillas brotan de otras razas.
para en hermosa convergencia de caminos,
y a través del encuentro en el amor
se proyecte en maravillosa síntesis
un abrazo fraternal de descendientes .
Don Bertrand H. Peterson envejeció y se retiró de la profesión aunque no totalmente ya que debido a su generosidad y a sus amplios conocimientos médicos, la gente lo iba a consultar a su casa y él amablemente la atendía . Todos los días se vestía con sus trajes oscuros y salía a caminar por las calles del centro de Ensenada, compraba el periódico y saludaba a las personas a su paso.
Ya casi para celebrar su cumpleaños número 82, el honorable señor doctor Bertrand H. Peterson presintió la muerte. Ese día del presentimiento se bañó, se rasuró, se arregló, se vistió de traje oscuro y se acostó en la cama dispuesto a recibir la muerte que llegó a su domicilio, Gastélum 701, el día 3 de octubre de 1933 .
Meses después falleció doña Josefa Gutiérrez de Korner, la abuelita Josefita .
Algunos libros de medicina que pertenecían a Don Bertrand Peterson actualmente están en muy buenas manos, en las de dos de sus bisnietos: Olga, hija de Alfonso Peterson Cota y Leo, hijo de Leo Peterson Cota, ambos son médicos y poseen una herencia de enorme valor sentimental .
Hace 150 años nació Bertrand H. Peterson, son muchos los descendientes del distinguido personaje al que hemos dedicado esta charla. Espero que este trabajo sea de su agrado y sirva para sembrar la inquietud de investigar más del pasado de quien gracias a su interesante historia estamos reunidos hoy aquí.
Caballero honorable, generoso y de conducta ejemplar. Médico talentoso, honesto, amable y gentil, ése fue el doctor Don Bertrand H. Peterson, un hombre de bien que merece nuestro profundo respeto y nuestra gran admiración.
MUCHAS GRACIAS
Víctor M. Lozano Montemayor
Octubre 2001
AGRADECIMIENTO
Buenas Noches, les agradezco su presencia y antes de iniciar la plática quiero decirles que en esta ocasión me siento especialmente emocionado porque se me han otorgado muchos privilegios. Uno de ellos es el de ser quien completa diez años de estar en el mes de octubre en este inmueble histórico exponiendo la biografía de un pionero de Ensenada. Otro privilegio es el de hablar de un hombre que fue y sigue siendo admirado y respetado por la comunidad de esta ciudad, el Dr. Bertrand Peterson.
Gozando del privilegio de tener la palabra, quiero expresar mi más profundo agradecimiento a todas las personas que hicieron posible que este trabajo se presente ahora.
A nombre del Seminario de Historia y del mío propio quiero dar las más efusivas gracias al Lic. Ricardo Hussong Thomas, al señor Miguel Angel Meléndrez y a todos y cada uno de los integrantes del equipo de trabajo de esta Cantina Hussong por sus atenciones, su entusiasmo, su apoyo y su colaboración al permitirnos, una vez más, que convirtamos este local en un sitio cultural, cosa que sucede una vez al año.
La generosidad y la gentileza que caracterizaban al Dr. Peterson fue bien heredada a su honorable familia que me brindó su tiempo, su apoyo y sus recuerdos. A la apreciable señora María Esperanza Peterson de Loyola, quien habla de su abuelito con un enorme cariño, le expreso mi respeto y mi grande agradecimiento, ella me abrió las puertas de su casa y reunió a sus hermanos para que juntos platicáramos del Dr. Peterson, las entrevistas fueron muy agradables y en ellas me proporcionaron datos, copias de documentos, fotografías y la emoción de la charla acerca de las anécdotas vividas con su abuelo.
El señor Don Alfonso Enrique Peterson Cota me dio muy valiosa información que le agradezco mucho manifestándole mis respetos. A sus hermanos: Leo, Héctor (El Chipy) y Enrique, quienes estuvieron presentes en las entrevistas aportando información muy interesante e importante para la realización de este trabajo, les doy las gracias de todo corazón. La apreciable señora Cristina Maxwell de Suárez, con su característica simpatía y generosidad, me hizo favor de proporcionarme información de mucha importancia, por sus finas atenciones, muchas gracias. A la señora Angelina Backoff le agradezco mucho sus respuestas amables a las dudas que tenía respecto a la descendencia Peterson. También a las señoras Mariella Alicia González de Carmona y Norma Vera de Hernández, bisnietas del Dr. Peterson, les agradezco mucho sus valiosas informaciones, así como al Dr. René Andrade Peterson y a la señora Gloria Salazar Hussong de Tesada quienes aportaron significativos datos de sus familias, que ampliaron la información sobre la dinastía Peterson.
Además de los datos de los miembros de la familia del célebre biografiado, muchas de las bases para preparar esta conferencia me fueron proporcionadas por varias personas. Por ser un hombre íntegro y generoso y por tratarse del nieto de nuestro distinguido personaje mencionaré primero al señor Heberto Peterson Legrand, estimado amigo que desafortunadamente no puede estar hoy con nosotros debido a que se encuentra convaleciente de una intervención quirúrgica. Desde aquí le expreso mi genuino y afectuoso agradecimiento por toda la inapreciable, substanciosa y valiosa información que me proporcionó cordial y amablemente. A mis compañeros del Seminario Hilaria Heath, Fernando Araujo y José Estrada les doy las gracias por su apoyo y colaboración. Las copias de los documentos que me proporcionó Hilaria Heath son muy provechosos y de fundamental importancia para la realización del texto, y los datos y las fotos que me facilitaron Fernando Araujo y José Estrada son muy útiles y valiosos.
A todos ellos y a muchas otras atentas personas que con un dato o un detalle han contribuido a enriquecer este trabajo les expreso mi respeto y mi más profundo agradecimiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario