Seminario
de Historia
de Baja
California
EL COMANDANTE JESUS SOBARZO CORTES
Jorge Serrano González
Seminario de Historia de Baja California
Quien escribe una biografía, un testimonio o una crónica, busca entender lo que ha experimentado o está viviendo a través de la recopilación de los datos La comprensión permite dar sentido a la existencia y es entonces que el sujeto adquiere identidad, al irse desenvolviendo y darnos a conocer su papel y la trama en la que actúa.
También ayuda al lector porque le da elementos para realizar su propio proceso de interpretación.
Como nos lo explican los investigadores Mario A. Magaña y José Alfredo Gómez, la información se busca en libros, periódicos y especialmente en la fuente no escrita, conocida como la historia oral.
Por supuesto esta recreación del pasado de la realidad es mucho más emocionante cuando en vez de acceder a textos escritos o impresos lo hacemos con la ayuda de una voz viva que nos cuenta las vivencias, anécdotas y experiencias propias o ajenas en torno de un personaje.
A través de estos relatos volvemos a reencontrar las emociones y sentimientos del protagonista elegido, en esta ocasión nos toca conocer un poco de la vida de Don Jesús Sobarzo Cortes quien tuvo una acción directa y dinámica con la comunidad.
Se tiene conocimiento de que fue oriundo de Hermosillo, Sonora, nace en 1894 en pleno porfiriato y por supuesto su juventud la vivió en la convulsión del movimiento armado de 1910.
Sus Padres fueron Don Jesús Sobarzo García y Doña Cenobia Cortés Figueroa.
Parece ser que únicamente terminó la instrucción primaria oficial que era de cuatro años en el puerto de Guaymas.
Desde muy joven se reclutó en la Brigada Ortega perteneciente a la División del Norte del Gral. Francisco Villa llevando a cabo operaciones militares en Sonora y parte de Baja California Sur durante el movimiento armado de la revolución en la primera década del siglo XX, de allí su amor y pericia en el manejo de los caballos que siempre lo distinguió.
Al terminar este capitulo histórico militar nacional, lo encontramos en San Ignacio Baja California Sur de donde salió en septiembre de 1915 con destino a Ensenada haciendo cuatro largos meses de caminata a caballo y a pie tras miles de peripecias, recordemos que en partes existían algunas brechas y veredas y en otras partes era puro monte.
En San Quintín lo recibió Don Julio Dunn, llegando precisamente en la navidad, allí se le hizo entrega de su nueva comisión propuesta y recomendada por el mismo Coronel Esteban Cantú en estas tierras, su nuevo destino la Aduana Fronteriza de Tijuana.
Llegó a este punto de la frontera a principios de 1916 tomando posesión de su nuevo puesto siendo compañero de trabajo en ese entonces Don Manuel Legrand tío de nuestro estimado Heberto Peterson Legrand.
Aquí se casa con la Srita. Herolinda García Mendoza quien muere durante el parto, su hija mayor Maria Sobarzo García aun vive en Estados Unidos.
Al iniciar los años veinte, tras una serie de revueltas internas quedó en la nueva administración de gobierno el Gral. Abelardo L. Rodríguez como consecuencia salió al destierro el Coronel Esteban Cantú con todos sus allegados y colaboradores entre los que contamos al Sr. Sobarzo.
Se refugió en los Estados Unidos, vivió posiblemente en el área de San Diego desde donde apoyaba al grupo de la resistencia en ciernes,
Una vez pasada esta tormenta política asentado y calmado el gobierno del Gral. Rodríguez el Sr. Sobarzo regresó y trabajó en la ciudad de Mexicali laborando en el Cine Iris.
En esta ciudad se casó en febrero de 1925 con la Srita Matilde Real Leyva originaria del puerto de Guaymas.
Srita. Matilde Real Leyva
En esta ciudad capital fungió como presidente de la Cámara del Trabajo (formado por todos los sindicatos separados de la CROM) y como Procurador de la Defensa del Trabajo con un sueldo mensual de $ 240.00.
En 1937 intervino en el “Asalto a las Tierras” reparto agrario en el valle de Mexicali, colaborando activamente con el equipo del Gral Cárdenas.
Es entonces que en 1938 el Tte. Corl. Rodolfo Sánchez Taboada lo comisionó de nuevo en un nuevo escenario: el puerto de Ensenada, que vino a cambiar en un giro de 180 grados completamente su vida aquí llegó y aquí se quedó por el resto de su vida.
Vale recordar que la casa que ha ocupado desde siempre toda la familia, la “Casa Sobarzo” en la Ave. Obregón 245 en el centro histórico está considerada como monumento histórico en el Catalogo de Monumentos Históricos del INAH, no ha sufrido modificaciones, salvo algunas composturas necesarias.
Este bello inmueble decimonónico de dos aguas construida en madera, es de las que se mandaban por partes de San Francisco y eran armadas aquí que por cierto y por desgracia solo quedan unas cuantas ya que se ha perdido y destruido la mayor parte de nuestra identidad porteña por negligencia, prepotencia, ambición e ignorancia de unos cuantos.
La casa Sobarzo, bella edificación de madera
Que tanto mas tendremos que esperar para que cuando sea demasiado tarde no podamos recuperar esta perdida irreversible?
Don Jesús llegó en 1938 con el nombramiento de Presidente de la Junta Permanente de Conciliación girado por el Tte. Corl. Rodolfo Sánchez Taboada Gobernador en turno del Territorio Norte de Baja California., con un sueldo mensual de $ 300.00
La evolución del puerto de Ensenada de los años cuarentas tomó un auge completamente inusitado por la presencia de las empacadoras de pescados, mariscos y tomate. Se formaron nuevas colonias, con el arribo de nuevos pobladores y por supuesto esto trae por consecuencia los problemas que presenta un nuevo núcleo poblacional como son la seguridad pública, el tránsito, los servicios públicos, con una población aproximada de 5000 habitantes y con un crecimiento muy acelerado.
Nombramiento Oficial
Esta presión urbana y económica se debió principalmente a una vinculación comercial y social con el sur de California y también al incremento en el mercado interno.
Participó en la fundación del Sindicato de Burócratas del Territorio, Sección Ensenada en los años cuarentas, como secretario estaba Don Mariano San Juan
Ave. Ruiz, corazón comercial de Ensenada
Desempeñó diversos cargos como funcionario del entonces territorio.
En 1940 perteneció al Comité pro candidatura a la presidencia de la República del Gral. Ávila Camacho y posteriormente a la de Don Miguel Alemán
En ese mismo año de 1940 durante el gobierno de Sánchez Taboada perteneció al nuevo comité Pro-Estado junto con los Sres. Miguel Santos Torres y Jaime S. Pardo.
También en 1940 empezó a promover la formación del cuerpo de bomberos de Ensenada, teniendo como compañero a su siempre amigo Don Miguel Santos Torres, una necesidad muy urgente que tenia la nueva población por el avance desmedido de sus construcciones sobre todo de madera.
Le tocó vivir la etapa de la segunda guerra mundial cuando se creó la segunda zona militar en el Ciprés y con la comandancia militar instalada en los terrenos del Hotel Playa bajo el mando del Gral. Cárdenas.
Conformó desde 1941 al Comité de la Defensa Civil, perteneciente a la 2da zona militar, junto con el Prof. Migoni, proceden a llamar a la ciudadanía a la formación de un cuerpo de civiles que estuviera listo y preparado para auxiliar en todo lo posible al ejército en caso de alguna invasión extranjera, llegando a ser presidente del mismo hasta 1945 que terminó la segunda guerra mundial.
Fue en ese entonces que se vivieron los famosos “apagones” que se realizaban entrada la noche con la intención de evitar ser detectados por aviones enemigos.
Sobre este hecho tenemos algunas noticias cuando algunos ciudadanos rebeldes hacían caso omiso de las indicaciones al no utilizar mantas oscuras al interior en las ventanas de sus casas y negocios, por lo que se optó por apagar completamente la ciudad, dejando sin servicio la planta generadora de luz, sin previo aviso. Así se daba cumplimiento a la disposición militar de ese momento.
La colecta de los fondos para la formación del cuerpo de bomberos se logra con éxito y en diciembre de 1945 se traslada a Tijuana para recoger la bombera “America-La France” modelo 1928 y traerla a este puerto, se acondiciona la entrada del viejo edificio de la Compañía Fija, hoy Museo Histórico Regional como la primer estación de bomberos de Ensenada, aunque solo fue por unos cuantos meses, es una anécdota muy curiosa para la historia de este vetusto edificio.
Se cuentan entre los primeros bomberos a los Sres. Alfredo González Cossío y Alejandro Domínguez Orozco.
H. Cuerpo de Bomberos
Para enero de 1946 ocupan de manera definitiva el edificio de la avenida Obregón a un lado del templo católico, en donde queda instalada de manera definitiva la Estación del Cuerpo de Bomberos de Ensenada, actualmente se encuentra colocada una placa en su honor en este edificio, para recordar este acontecimiento.
Placa conmemorativa
Cabe señalar la falta urgente por contar de un archivo apropiado que contenga los documentos y fotografías sobre el acontecer de este Cuerpo de Bomberos en este edificio que por derecho les pertenece además seria muy satisfactorio la formación de un pequeño museo en donde se resalte sus actos heroicos y valiosas hazañas que forman parte de la historia de nuestra Ensenada.
Se recuerdan los incendios por su trascendencia en el puerto:
1945: El edificio de la Delegación de Gobierno en la Calle 3ra y Gastélum. Sede de las oficinas centrales del Delegado de Gobierno de Ensenada, bella edificación de madera.
1947: La Industrial de Ensenada de los Salazar, que se localizaba en la entrada del puerto a un costado del Paseo Hidalgo en la vieja salida a Tijuana.
1950: La Industrial de Ensenada II que se localizaba en la Calle Granada y 2da en la Colonia Granados.
1954: La Pesquera del Pacifico del Sr. Rodríguez en el Sauzal.
1959: El Mercado Reforma de los Hermanos Carranco que se localizaba en la Avenida Ruiz, entre 3ra y 4ta., con su revolucionario concepto de autoservicio, al ser el primer mercado con anaqueles acomodados en pasillos y donde la clientela podía escoger frutas, verduras algunos productos enlatados o empaquetados.
Incendio del Mercado Reforma
En 1946 Don Ricardo Romero Savín ocupó el puesto de delegado de gobierno de Ensenada y contaba como colaborador a Don Jesús como comandante de la policía.
En 1946 el Ing. Enríquez que se encontraba sustituyendo en la Delegación de Gobierno en Ensenada al Sr. Braulio Maldonado, destituye a la mayoría del personal sindicalizado y durante los festejos del primero de mayo de ese mismo año hubo una serie de protestas publicas, en pancartas y mantas piden la reposición del Sr. Sobarzo en la Junta de Conciliación, cosa que se hace de inmediato debido a estas presiones políticas.
Manifestación del 1º de mayo de 1946
Con esto queda demostrada su gran simpatía ante la comunidad que de esta manera expresaba su inconformidad ante este suceso considerado injusto y fuera de lo normal que atentaba en contra de la libertad y mostraba una vez más la imposición y caprichos del gobernante en turno.
Colaboraba activamente con el periódico El Mexicano en la sección dominical en donde aparecían una serie de anécdotas y memorias sobre la revolución mexicana, sobre personajes como la verdadera historia de Joaquín Murrieta, y otras de carácter personal donde muestra una vez otra faceta de su vida, al deleitarnos con estas charlas y experiencias.
Fue comisionado para repartir los terrenos de la nueva colonia Empleados por el rumbo de la calle Ámbar, los entregaban sin costo a los empleados del gobierno, jamás se apoderó de ninguno a pesar que correspondía un lote para cada uno, para esa época este nuevo asentamiento urbano se encontraba muy retirado del centro de la población
Perteneció a la Logia Hidalgo No. 14 y se retira al poco tiempo, en la que encontramos a prominentes ciudadanos ensenadenses como:
Don Santos B. Cota
Prof. Jorge Olguín
Jaime S. Pardo
Miguel Santos Torres
Wadi Saad
David y Francisco Zarate
Héctor A, Migoni
con quien sostuvo lazos muy estrechos de amistad a través de los años.
Posteriormente se regulariza en la Logia Occidente en 1964.
Debido a que perteneció y participó activamente en el PRI, fue coordinador de campaña de Don Santos B. Cota.
Al tomar posesión Don Santos como presidente municipal de Ensenada en el periodo 1956-1959 lo nombró Comandante de la Policía.
La comandancia se encontraba en mismo edificio del Cuerpo de Bomberos y de la Dirección de Tránsito.
En esta época fue muy comentada su actuación por su férrea disciplina y rectitud. Presentó una dura lucha en contra del pandillerismo aunque sus castigos no eran precisamente de la llamada línea “dura”
Cualquier vándalo, ratero, buscapleitos, o pachuco –aun no se conocía el efecto cholo-, los mandaba a pelar o mas bien a rapar en la peluquería del Sr. Espinoza de ahí se quedó el mote de “te agarró Sobarzo” cuando alguien se presentaba con el pelo demasiado corto.
Para ese entonces asolaba a la población las bandas de “Los Cuervos”, los “rivernain”, los “playeros”, los de la “cachanilla”, los de la “independencia” los “hieleros” solo por mencionar los principales y sobre todo los mas pesados y bravos los de la colonia de la “aduana”.
Fue miembro activo del PNR, que luego se formó como PRM antecesor del PRI, participando activamente dentro del Comité Municipal del PRI llegando a ser Secretario General del mismo.
En 1960 en la administración de Don Eligio Esquivel el Oficial Mayor de Gobierno era don Francisco Zarate Vidal y le encomendó a Don Jesús la Jefatura en la Inspección de Trabajo y ese fue su último trabajo en las fuerzas administrativas del gobierno que duró hasta 1971.
Ese año de 1971 tuvo complicaciones de salud por problemas renales que hicieron mella en su organismo.
Sus últimos momentos los pasa en su casa rodeada de sus seres queridos en su inolvidable “Casa Sobarzo”, fallece el 1º de julio de 1971.
Su sepelio fue muy concurrido y siempre estuvo escoltado por el cuerpo de bomberos cuyas sirenas lo despidieron en el panteón como un lamento triste y melancólico que conmovió a todo el puerto.
Llegada al panteón
Entra en ese momento a la memoria del pueblo llenando una página completa dentro de la historia de la Ensenada que tanto cuidó y amó.
Vaya hacia su familia nuestra admiración y respeto por ser herederos de tan ilustre apellido y a quien rendimos este pequeño homenaje:
Agradecemos las facilidades que otorgó el Dr. Fernando Araujo Cota del Seminario de Historia por permitir el uso de su acervo fotográfico personal para el apoyo visual de esta presentación.
Pero principalmente a la comunicación verbal proporcionada por Yolanda, auxiliada por Jesús y Lidia Sobarzo quienes de manera desinteresada proporcionaron datos muy valiosos y personales de Don Jesús.
A la buena disposición para hacer uso del material grafico, tanto de las fotografías como documentos que forman parte del “Archivo personal de la familia Sobarzo” que obra en su poder y que es celosamente custodiada.
Su familia:
Hijos:
1.- Jesús Renato(†) apadrinado por el Corl. Cantú
2.- César casado con Maria Guerra Ceceña
Nietos:
2.1 César Francisco
Bisnietos:
2.1.1 Adriel
2.1.2 Elizabeth
2.2 Ricardo Arturo,
Bisnietos:
2.2.1 Ricardo
2.2.2 Virginia
2.2.3 Alejandra
2.3 José de Jesús (Sacerdote)
2.4 Luís Antonio (†)
3.- Lidia casada con Alfonso Ruiz Yepis (†)
Nietas:
3.1 Vilma Argelia (†)
3.2 Maria Lidia (†)
4.- Yolanda
5.- Jesús Manuel casado con Sonia Placier Allingson
Nieta:
5.1 Sonia Maria Elena
Bisnietos:
5.1.1 Jesús Germán
5.1.2 Germán
6.- Renato casado con Linda Almeida Ritchie
Nietos:
6.1 Francisco Andrés
Bisnieto:
6.1.1 Carlos Andrés
6.2 Jesús Renato
Don Jesús en su segundo matrimonio procreó 6 hijos, 9 nietos y 8 bisnietos al 2008 son tres generaciones
Bibliografía:
Araujo, Fernando “Profesor Héctor A. Migoni: una vida muy bien empleada” en: MEMORIA 2002, duodécimo ciclo de conferencias, SHBC, IIH- UABC, Ensenada.
Araujo, Fernando “Archivo de la colección fotográfica Araujo” Ensenada.
Gómez. J. A. y Magaña, M. A. ENSENADA DESDE LA MEMORIA DE SU GENTE, Instituto de Investigaciones Históricas, UABC, Mexicali, 1999
Samaniego, M. A. “El cardenismo en Ensenada: establecimiento del Estado corporativo”, en: ENSENADA, NUEVAS APORTACIONES PARA SU HISTORIA, UABC. Mexicali, 1999.
Sobarzo. Yolanda Comunicación personal y “Archivo personal de la familia Sobarzo”, Colección privada del acervo fotográfico y de documentos familiares, Ensenada.
miércoles, 7 de octubre de 2009
jueves, 1 de octubre de 2009
CAPITAN RICARDO P. EATON
Seminario
de Historia
de Baja
California
EL CAPITÁN EATON: UN PERSONAJE EN
LA HISTORIA DE ENSENADA
AUTOR:Jorge Serrano González
Introducción
Como es una costumbre anual, el Seminario de Historia retoma este lugar y lo sacraliza, deteniendo el tiempo un instante para deleitarnos sobre la vida y obra de alguno de sus forjadores. Aprovechamos el entorno muy especial y personal que nos ofrece este histórico recinto para prepararnos a escuchar de nuevo una historia muy nuestra.
Señoras y señores, bienvenidos sean al Centro Cultural Hussong.
Los actores que han intervenido en la historia de la península provinieron de los más variados puntos del mundo; algunas veces de lugares cercanos y otras de sitios muy alejados. Es difícil imaginar que durante el siglo XIX se presentara una afluencia migratoria sin límites y que nuestro territorio fuera unos de los escenarios seleccionado para recibirla. Estos hombres que de alguna manera escogieron a la Baja California y en especial a Ensenada como su hogar, son los forjadores y pioneros que cimentaron las bases de un inicio que no fue fácil de realizar.
Recordando lo que alguna vez indicaba David Zárate, nuestro entrañable amigo, las personas que aparecen en nuestra historia son gente común y corriente, que no intervinieron en ninguna batalla, ni fueron grandes héroes, sino que morían de alguna enfermedad común como la gripe, de vejez o en algún infortunado accidente, como todos los mortales, pero que realizaron verdaderas hazañas que rayan en lo heroico. En ocasiones nos parecen seres irreales o ficticios, narrados en alguna novela de aventuras.
Dentro de este marco de referencia me permito presentar a ustedes la fascinante historia de un personaje de nuestro tiempo, que en un corto periodo jugó un papel muy importante en la comunidad. Me refiero al capitán Ricardo P. Eaton.
Su procedencia
El apellido Eaton tiene sus raíces en el Reino Unido. Según los últimos datos recabados de buena fuente y proporcionados por sus familiares, nuestro personaje nació en 1838 en el puerto de Southampton, localizado al sur de Inglaterra. Sus padres fueron Robert Eaton y Catharine H. Lane, y se sabe que tuvo dos hermanos, Frank Richard y Robert Eaton. Realizó sus estudios en ese puerto, graduándose como capitán de la Marina Mercante de Su Majestad y de ingeniero en instrumental mecánico.
Salió de Inglaterra en el buque mercante registrado, el S.S. Queen of Southaven con la bandera británica, y siguió la ruta del Atlántico tocando puertos de Canadá, Estados Unidos y América Latina. Posiblemente en alguno de estos viajes, su hermano Frank Richard desembarcó en el Mar de Plata para dirigirse a Uruguay.
En ese país recibió tierras y cabezas de ganado para instalarse en el Gran Chaco. Su descendencia, Eaton Miller, reside actualmente en Filadelfia, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos.
El buque daba la vuelta al continente americano por Tierra de Fuego y se dirigía nuevamente hacia el norte bordeando las costas del Pacífico y tocando puertos en los que se intercambiaban mercaderías diversas. Su destino final era el puerto de San Francisco, en California.
Es posible que haya decidido quedarse a radicar en los Estados Unidos, tomar la nacionalidad norteamericana y vivir en Wayne, Michigan. Los primeros datos que se tienen para 1873 proceden de San Diego, California. Poco tiempo después, lo vemos de lleno actuando en el espacio peninsular.
Entorno histórico
Antes de entrar de lleno en el desarrollo de la vida activa de nuestro homenajeado, debemos de hacer una referencia al entorno que se presentaba durante la década 1870-1880, que fue una de las más activas y turbulentas en la vida económica, política y social en la Frontera del Partido Norte.
Según los “Apuntes” escritos en 1870 por Manuel Clemente Rojo, subjefe político, el Partido Norte contaba con una población de 500 personas distribuidas en unas 25 localidades: Santo Tomás, con 23 familias, sumaba unas 89 personas quienes ocupaban ocho casas de adobe.
Ensenada para ese entonces estaba compuesta por dos casas de adobe y madera pertenecientes al rancho Gastélum. Sobrepasaban apenas una docena de personas. La casa principal se situaba en lo que actualmente es la esquina de la calle Tercera y avenida Gastélum. En este mismo lugar, durante la invasión filibustera de William Walker en 1853-1854, se instaló el fuerte McKibbin de triste recuerdo en nuestra historia. Actualmente, la comunidad académica y estudiosa de la historia de nuestra ciudad propugna por que sea reconocido como Sitio Histórico por excelencia. En ese predio fue construido el hermoso edificio de madera que albergó al Palacio Municipal de Ensenada, mismo que fue incendiado décadas después.
Para el Valle de San Rafael, Clemente Rojo reportó la existencia de unas cuarenta personas entre los que se contaba a don Ambrosio del Castillo, minero, quien encontró algunas pepitas de oro al norte del valle. Logró reunir una buena cantidad de este preciado material, de una excelente calidad y pureza, se trasladó a San Diego para venderlo y con eso se desató la noticia como reguero de pólvora sobre la existencia de grandes yacimientos auríferos en el Valle de San Rafael.
Con el inicio de la ‘fiebre de oro’ se propició un alud incontenible de migrantes, compuesto por aventureros, mineros, comerciantes y familias provenientes de diversas partes. Se empezó a conocer al Valle de San Rafael como Real del Castillo. Ya reunida una población que sobrepasaba el centenar de almas, solicitaron al presidente municipal de Santo Tomás, Antonio L. Sosa, terrenos de siembra y vivienda y, además, que se declarase el fundo legal de este Real para otorgar lotes a las familias de los migrantes.
Sosa hizo llegar esta solicitud al subprefecto Manuel Clemente Rojo, quien aprovechó la ocasión para reactivar la crisis económica que enfrentaba el Partido a su cargo, por lo que dio su aprobación de inmediato. En casa del señor Francisco Arenas, reunidas las principales autoridades civiles, se fundó Real del Castillo el 2 de octubre de 1870.
Durante los primeros años se produjo un auge económico y crecimiento poblacional acelerado con familias provenientes del sur de la península, de Santo Tomás, Sonora y la Alta California. La afluencia de inmigrantes extranjeros fue enorme, algunos de ellos llegaron con el objeto de introducir mercaderías necesarias para la nueva población aprovechando los beneficios de la minería. Hacia 1871, Real del Castillo empezó a funcionar como la nueva sede de la subprefectura del Partido Norte.
A través de las fuentes encontramos referencias de periodos prolongados de sequía. Uno de ellos abarcó desde 1864 hasta principios de 1872, año en que se reportaron las primeras lluvias. Desde esa época notamos en la península los efectos del fenómeno climatológico cíclico de “la niña”, con una duración de hasta diez años seguidos.
Dentro de este movimiento de personas, ajuares, mercaderías, maquinaria y animales, se hizo necesario buscar mejores alternativas por lo que Ensenada comenzó a despuntar en un nuevo marco. El comercio y movimiento de mercancías que debían de ser trasladadas por vía marítima desde San Diego hizo que se involucrara a Ensenada como punto clave en estas nuevas perspectivas.
Un comerciante de apellido Wentworth se asoció con Pedro Gastélum, propietario del rancho Gastélum de Ensenada, y construyó una bodega frente a la bahía. Trasladaba las mercancías desde San Diego en un buque de vapor para surtir las necesidades de la población de Real del Castillo y de los campos mineros aledaños.
Al mismo tiempo, desde tres años antes, Pedro Gastélum fungía como comisario de la policía y juez de campo de la jurisdicción de Ensenada, lo que nos habla de un importante movimiento de colonos por esta región. Cabe destacar que para esta época, ya se menciona la presencia de varios comerciantes en la zona, entre los que encontramos a: James A. Van der Voort, residente de San Francisco, quien realizaba sus compras de mercancías en San Diego para después venderlas en las minas del norte del Partido; Jacob Wagner, uno de los comerciantes más prósperos del Real del Castillo, trasladaba las mercancías en dos y tres carretas bien repletas y surtidas desde San Diego. Otros comerciantes para esta misma época eran John Powers, George Furlong y Louis Mendelson, quienes además eran inversionistas en las minas.
William Sargent puso en funcionamiento una línea de diligencias. Éstas iban tiradas por cuatro caballos y se hacía el viaje en tres días desde San Diego a Real del Castillo, con escalas en Guadalupe y en Ensenada, que se aprovechaban para descansar, cambiar caballos y reaprovisionarse.
Aparece en escena el capitán Eaton
Retomando de nuevo nuestra historia, después de esta pequeña y rápida visión del panorama histórico que se desarrollaba en la región –ya que sería muy largo enumerar y profundizar toda la serie de acontecimientos políticos, económicos y sociales– encontramos en esta región al capitán Eaton.
Según información recabada en datos dispersos, debemos pensar que aproximadamente a la edad de 35 a 37 años (entre 1873 y 1875), Eaton se instaló en California, posiblemente San Diego, que es donde empieza a aparecer como residente de ese puerto.
A partir de 1873, empezó a realizar algunos viajes a la región norte de Baja California, sobre todo a las minas que acaban de ser descubiertas y que se encontraban en producción. Realizaba sus actividades como comerciante, representando a Thomas McLeavy, dueño de la tienda Packet Ship de San Diego.
En nota fechada 30 de noviembre de 1873, el San Diego Union menciona que el capitán R.P. Eaton ha estado visitando las minas de Japá, localizadas 50 kilómetros al este de Real del Castillo en Baja California, por varias semanas, y hace algunas observaciones muy importantes sobre los campos mineros. Posteriormente, el San Diego Union vuelve a publicar una carta de Eaton, el 6 de febrero de 1874, procedente de las minas de Japá. En sus comentarios, el capitán Eaton menciona que la compañía de Rollins obtiene de $50 a $100 dólares por tonelada al día en sus minas del cañón Smoky Jack. Este cañón mide como cinco millas de largo y existen unos cien denuncios, y parece que a todos les ha ido muy bien. También hace mención de que Felipe Ochoa y Compañía obtienen $40.00 dólares al día por tonelada.
Existen discrepancias en cuanto a la inicial que aparece en el nombre de Eaton. En un principio su nombre aparecía como Ricardo B. P. Eaton: la ‘B’ es de Bernard y la ‘P’ de Patrick. Con el tiempo hubo un cambio, posiblemente al hacer la trascripción en los documentos fue desapareciendo la ‘B’ para quedar en la forma como le encontramos posteriormente. Lo mismo sucede con respecto a la nacionalidad, ya que algunas veces aparece como ciudadano estadounidense, otras como canadiense y al final, como ciudadano mexicano. Un dato adicional es que de manera inmediata, se castellanizaban los nombres propios de los extranjeros que se asentaban en la localidad, quizá con el ánimo de darles confianza y asimilarlos a la naciente sociedad.
Su estancia en Real del Castillo
Los primeros datos oficiales que se tienen y que pertenecen a su aparición en la vida social de esta localidad, se remontan al 4 de julio de 1877, día en que se casa con Josefa Severiana Cota Amador.
Josefa Cota nace el 22 de noviembre de 1858, pertenece a una de las familias más prominentes y antiguas de la península, procedente de Todos Santos, Baja California Sur, y vive en el Real del Castillo desde 1870.
Al estar revisando los documentos originales del Fondo Histórico Documental del Registro Civil de Ensenada, se encontraron las actas levantadas antes del enlace civil del señor Ricardo P. Eaton y la señorita Josefa Severiana Cota. Un requisito que contemplaba la ley en aquel tiempo era que, para poder contraer nupcias, se necesitaba solicitar el Acta de Presentación de los contrayentes ante el juez del Registro Civil y dos testigos de cada parte para que después de quince días poderse casar en caso de no existir ningún impedimento. Esto funcionaba como una especie de amonestación: se fijaba una copia de esta acta en algún lugar visible durante ese tiempo para hacerlo del conocimiento público.
El Acta de Presentación de Ricardo P. Eaton y Josefa Severiana Cota en Real del Castillo se celebró el 3 de julio de 1877 a las nueve de la noche en casa del señor Santos Cota. Fueron testigos por parte de Eaton los señores Jorge Furlong, comerciante de la región, y Francisco Arenas, personaje muy conocido, ya que fue en su casa donde se firmó el acta de Fundación de Real del Castillo en 1870. Por parte de la novia, los testigos fueron el señor Jesús Silva y la señora Pudenciana López de Moreno.
En el acta especial de ‘dispensa de publicata’, pide dispensa del término de quince días que marca la ley y en su texto dice que: ‘…al esperar dicho término le resultarían graves perjuicios en sus intereses supuesto que tiene que atender a ellos en el extranjero que es donde se habilita para sus compras mercantiles y demás créditos que tiene pendientes y que si se demora quince días más para ir a atender a ellas, le vendría en detrimento de su crédito…” Esta acta se levantó el mismo día 3 de julio de 1877, a las diez de la noche, en casa de los Cota.
El matrimonio de Ricardo P. Eaton y Josefa Cota se celebró en Real del Castillo, cabecera del Partido Norte de la Baja California, el 4 de julio de 1877, a las once de la noche en el mismo domicilio de la familia Cota. En el documento consta que Ricardo P. Eaton tiene 39 años de edad, de profesión es comerciante, originario del estado de Michigan, Estados Unidos, hijo legítimo de Roberto Eaton y Catarina H. Lane, domiciliado en Real del Castillo. Josefa Cota, por su parte, tiene 19 años, hija legítima de Santos Cota y de María Antonia Amador, naturales del Territorio, domiciliados en este lugar. El juez que intervino fue el señor Jesús Legaspy y como testigos firmaron Mauricio Willheim, Jesús Silva, Emilio Legaspy, Enrique León, Pudenciana López de Moreno, Refugio Arce de Silva, Palemón Villarino y Merced Cota.
Revisando los documentos posteriores, en ese mismo legajo notamos la participación del capitán Eaton en la vida social y económica de Real del Castillo, pues para el 27 de septiembre de 1877 aparece como testigo de la boda del señor Hugo Davidson y la señorita Leonor Cosío.
Los datos que aparecen en los documentos indican que Eaton radicó en Real del Castillo aproximadamente desde 1876 y permaneció en esa localidad por algunos años, dedicándose al comercio. El 20 de mayo de 1878 nació su primer hijo, Ricardo Bernardino Eaton Cota. En el acta de registro, se vuelve a constar su actividad como comerciante.
El 30 de octubre de 1881, fue testigo en el matrimonio del señor Güarello y la señorita Hilaria Acebedo. Tiene en ese momento 46 años y aparece como capitán de buque y vecino todavía del Real del Castillo.
En 1879 se le concede licencia para registrar “fierro de herrar ganado”, a nombre de Ricardo P. Eaton, firmada por el juez primero de Paz, Pedro Duarte de Santo Tomás. La expide el presidente del ayuntamiento del Partido Norte, Manuel Moreno. La forma del fierro era una “E” sencilla, sin marco de forma manuscrita mayúscula.
Su estancia efímera en Santo Tomás
Al iniciarse la decadencia y abandono de las minas y del poblado de Real del Castillo, comenzó la búsqueda de nuevas perspectivas por lo que encontramos a nuestro personaje viajando hacia otros sitios de la comarca, haciendo su aparición por muy corto tiempo en el valle de Santo Tomás. Aquí adquirió algunos terrenos, al parecer para dedicarse a la crianza de ganado y a las actividades agrícolas. Lo anterior lo inferimos debido a que en este lugar nació, el 15 de octubre de 1883, su hija Josefa Eaton Cota. Eaton aparece en el acta de nacimiento respectiva como natural de Estados Unidos y de profesión agricultor. También se tiene constancia de que su hija fue bautizada como Sara Josefa.
Ensenada, destino final
Para 1884 Eaton residía en el puerto de Ensenada de Todos Santos. En el año de 1886 se encuentran registrados a su nombre los lotes “C”, “D”, “E” y “F” de la manzana no. 15 de la nueva traza de la ciudad, en el Registro Público de la Propiedad, compra que le hizo a Pedro Gastélum. También adquirió, en esa misma fecha, el lote “B” de la manzana 26; posteriormente, obtendrá otras posesiones. Se sabe que estuvo viviendo en la calle Tercera y Gastélum, frente al cuartel, y que su taller de herrería y obrajes lo tenía en un local vecino a la cantina Hussong.
Siguió realizando algunas compras de terrenos para siembra en Santo Tomás. En octubre de 1885, compró el rancho Alisitos y el paredón Colorado, situados en la ex misión de Santo Tomás, con una superficie de 2,500 hectáreas. Esa compra la hizo al señor Maximiliano Bernstein, comisionado del gobierno. También fue propietario del rancho San Rafael en el valle del mismo nombre. Quizá tenía en vistas sembrar trigo para surtir el molino que instalaría poco después en el puerto.
Su último hijo, Roberto Eaton Cota –‘Chapo’– nació el 28 de agosto de 1884 en Ensenada. En el acta de nacimiento respectiva, aparece Eaton como originario de Canadá. No se menciona su profesión, aunque podemos pensar sin temor a equivocarnos que se haya dedicado nuevamente al comercio, o a iniciar el taller de herrería y herrajes o a instalar el molino de trigo que tenía en mente.
Un dato muy importante que debemos de tomar en cuenta es el cambio de la subprefectura al puerto de Ensenada, convirtiéndose este lugar en la nueva cabecera política del Partido Norte el 15 de mayo de 1882. Los motivos por los cuales se proponía a Ensenada como la cabecera política del Partido Norte era su incremento poblacional, su actividad económica, la facilidad marítima con La Paz, en ese momento capital de la península, y la presencia permanente de las fuerzas armadas. Todos estos elementos hacían de Ensenada el lugar propicio para este cambio.
No debemos olvidar la actuación de la Compañía Internacional, empresa colonizadora de capital estadounidense, que realizó la traza urbana de nuestro puerto y que influyó como el principal factor en el auge económico y político de la naciente población, cosa que ha de haber aprovechado el capitán Eaton al tomar la decisión de cambiar su residencia y posteriormente, su nacionalidad.
Por lo tanto, podemos inferir que su traslado y residencia final en nuestra localidad ocurrió por el año de 1884. Aquí en Ensenada, intervino directa y activamente en la vida pública, social y económica del puerto.
Prueba de ello es, por ejemplo, su aparición en los acontecimientos sociales del pueblo. En el periódico La Voz de la Frontera, en abril de 1887, se reseñó la crónica de un baile que organizó la Sociedad Filarmónica en casa del capitán Pedro Miramontes. El señor Manuel Clemente Rojo participó en la parte oratoria y se menciona, entre los asistentes al baile, a varias personalidades que incluían a Ricardo P. Eaton.
Un año antes, aparecía en el mismo periódico varios anunciantes de los más variados giros comerciales, hoteles, farmacias, ferreterías, panaderías, entre otros, y un molino de trigo, propiedad de Ricardo P. Eaton y ubicado dentro del poblado. Además, recordemos que poseía varias hectáreas de terrenos en Santo Tomás y el rancho San Rafael, donde sembraba trigo.
En el censo levantado en 1888, Ensenada tenía 1,280 habitantes. Entre ellos, venía anotada la familia Eaton:
Ricardo P. Eaton, de 50 años, mexicano, casado y de ejercicio molinero.
Josefa Cota, mexicana de 30 años, y sus hijos:
Ricardo Bernardino, de 9 años
Alfredo, de 7 años
Federico, de 6 años
Josefa, de 4 años
Roberto, de 2 años
Asimismo, es curioso observar en una nota que aparece en el Periódico Oficial del 22 de junio de 1888, el informe que rinde el tesorero de la Junta Patriótica de Ensenada, al hacer el corte de las cantidades recolectadas para las festividades del 5 de mayo de 1888. Aquí se menciona al señor Ricardo P. Eaton con una aportación de cuatro pesos hecha el 1° de mayo de 1888.
Durante estos años se presentó un crecimiento acelerado y un auge económico poco usual para la época y la región. Las empresas se multiplicaron y para 1887 Carlos Bennett manejaba dos molinos de harina que, juntos con el de Ryerson y el de Eaton, sumaban cuatro molinos que procesaban el trigo de la región.
No olvidemos que Ricardo Eaton tenía conocimientos en instrumental mecánico, por su preparación como ingeniero, habilidad que siempre se le reconoció, ya que al no tener las refacciones de la maquinaria existente, las elaboraba forjándolas en la herrería. Este dato se ha venido trasmitiendo de generación en generación, ya que sus actuales familiares han hecho referencia de que era reconocido como muy ingenioso e inventor de herramientas, implementos de labranza y herrajes, que nunca se le dificultaba nada. Sus conocimientos le sirvieron para montar la maquinaria y el molino de harina dando servicio, mantenimiento y asesoría a otros molineros, además de efectuar personalmente las reparaciones.
En cuanto a la organización política y administrativa, Ensenada –que funcionaba como cabecera del Partido Norte– estaba en sus inicios y se encontraba en una etapa de gestación política, desarrollando incipientes movimientos para emanciparse de la sujeción administrativa y política de La Paz. Había un subprefecto que dependía del jefe político de La Paz; un cabildo compuesto por el presidente municipal y seis regidores; una aduana marítima; un capitán de puerto; un juez de primera instancia; un juez de registro civil; una oficina de telégrafos y de correos; una escuela pública; un comité de salud que trabajaba en coordinación con la capitanía de puerto para el control sanitario de las embarcaciones que fondeaban en la bahía, bajo las órdenes de un médico; y la presencia de la compañía fija en el cuartel militar.
Su actividad política y social en Ensenada
Debido a los acontecimientos políticos que se habían presentado en la región, el 14 de diciembre de 1887 se expide el decreto que cambia el Partido Norte a Distrito Norte de Baja California, con dependencia directa del gobierno federal. Ensenada en esta ocasión se convirtió en la capital del Distrito Norte.
Ricardo Eaton, junto con otras personalidades de la sociedad porteña, formó parte de la junta patriótica del general Torres, organismo que inició una serie de actividades tanto sociales como cívicas y posteriormente, políticas. Entre los personajes que formaban parte de esta junta estaban el licenciado Pedro Rendón, capitán de puerto Juan B. Verde, don Eulogio Romero, próspero comerciante, doctor Fernando Silva, don Miguel Ormart, importante empresario, don Manuel Riveroll, el señor Luis Mendelson, síndico municipal, don Maximiliano Bernstein, agente de la Compañía Internacional, el capitán Girón, don Carlos Bennett y muchos más.
Esto ayudó para que se le conociera y tomara en cuenta, en su nueva relación con los personajes que en ese momento actuaban dentro de los círculos de la administración pública y política de Ensenada. Su vida tomó un nuevo sesgo al competir en las primeras elecciones municipales de 1888.
Las elecciones políticas se realizaron el 2 de diciembre de 1888. Los resultados dados a conocer el 16 de diciembre mencionaban como regidores electos a Miguel Santos, Carlos Guijosa, Juan E. Montenegro, C.R.F. Cota, Fernando Silva, Manuel Riveroll y como presidente municipal, Ricardo P. Eaton. Este nuevo cabildo tomó posesión el 1° de enero de 1889.
Nuevo boom minero en El Álamo
En este año se presentó un acontecimiento que vino a sacudir de nuevo la vida porteña. En el distrito de El Álamo se hizo un hallazgo de mineral de oro. En esos momentos se pasaba por una crisis económica con gente sin trabajo en ambos lados de la frontera. Esto fue la mecha que detonó la bomba.
Se organizaron partidas que salieron a examinar las excavaciones. En San Diego, como siempre, se hizo un alboroto con los consabidos encabezados exagerados en la prensa. Se inició un éxodo masivo de población hacia El Álamo, presentándose un auge comercial tanto en San Diego como en Ensenada para vender toda clase de bastimentos a los futuros mineros, actividad que revivió la economía de la región en ese momento.
Según reportes de esas fechas, se mencionan a fines de febrero y mediados de marzo del año 1889, caravanas diarias con más de 300 personas con destino a la minas, calculándose que llegaron a registrarse entre 1 500 a 2 000 hombres acampados en ese distrito minero. Ocho meses más tarde, al pasar el revuelo, el mineral de El Álamo era un pueblo casi abandonado a pesar de haber tenido un hotel, establo, almacenes y comercios, circunstancia que prevaleció años más tarde al reactivarse la explotación.
Un año de administración pública
La Compañía Mexicana de Terrenos y Colonización, de capital británico, estaba en tratos para comprar los derechos en Baja California a la Compañía Internacional, lo cual significaba nuevas inversiones para la región.
Algunas personas que provenían del mineral de El Álamo se quedaron a vivir en Ensenada, al percatarse de las perspectivas de bonanza que se veían venir para el puerto. El nuevo ayuntamiento, bajo el mando del presidente municipal Ricardo P. Eaton, aumentó el cuerpo policíaco para el control de la vigilancia y seguridad de los habitantes, realizando además algunas mejoras públicas. También inició la recuperación de las arcas municipales, que hasta ese momento habían permanecido en una crisis constante.
Según las perspectivas que se presentaban, todo parecía indicar que el señor Eaton resolvería de manera adecuada las demandas y preocupaciones de la nueva, pujante y naciente ciudad.
Muerte del capitán Eaton
A finales de 1889, una noticia desafortunada sacudió y conmovió a toda la población ensenadense. Falleció Ricardo P. Eaton, primer presidente municipal del Distrito Norte de Baja California.
Según el acta de fallecimiento expedida el 22 de noviembre de 1889, se hace constar que murió de neumonía, a los 52 años de edad, a las once menos cuarto del 16 de octubre, en la casa situada en la calle Gastélum esquina con la calle Tercera, frente al cuartel de esta población, asistido en su enfermedad por el doctor Francisco Rouquette y el doctor Fernando Silva.
Ricardo P. Eaton, quien llegó a establecerse de manera permanente entre nosotros desde 1876, dejó un vacío muy difícil de llenar. Adquirió la nacionalidad mexicana para quedarse definitivamente entre nosotros. Realizó las más diversas actividades, participando en el comercio, la agricultura, ganadería, industria y la política. Jamás volvió al mar, pero sus amigos y la gente seguían refiriéndose a él como el capitán Eaton.
Fue uno de los fundadores de Ensenada, participó en la vida económica, política, cívica y social de la comunidad. Su ausencia conmovió a toda la población. Sus descendientes se han multiplicado, nacidos en esta península y orgullosamente, son mexicanos.
Nos extraña saber que algunos de estos hombres no han sido debidamente retomados por la historia. Por lo tanto, debemos de hacerles justicia y darlos a conocer con su verdadero valor y dimensión real para que no se pierdan en la memoria del tiempo. No importa su origen o nacionalidad, para nosotros son ciudadanos universales que se convirtieron en los primeros bajacalifornianos. La historia no se improvisa.
La señora Josefa Cota
La señora Josefa Cota de Eaton participaba directa y activamente en la sociedad ya que en los círculos en los que se movía – de las esposas de las personalidades de Ensenada – era común pertenecer a alguna beneficencia o realizar algún trabajo voluntario para ayudar a las clases necesitadas. Algunas de las esposas se encontraban involucradas en la colecta para la construcción del templo católico próximo a construirse.
Después de enviudar la señora Cota, algunas de sus actividades quedaron registradas en algunos documentos de compra/venta. En octubre de 1890 vendió 22 hectáreas de terreno en Santo Tomás a favor del señor Manuel González. El 22 de julio de 1892 se otorgó la adjudicación de bienes de la sucesión de Ricardo P. Eaton, con respecto al rancho San Ramón, a favor de Ricardo Bernardino, Alfredo, Federico, Sara Josefa, Robertito (probablemente de apellido Eaton), Josefa (posiblemente la viuda) y Santos Ulises (posiblemente un sobrino).
En 1894, vendió una fracción –182 hectáreas– del terreno denominado Los Alisitos en Santo Tomás a favor de Walter Nordhoff.
La descendencia Eaton
Primera generación: el capitán Ricardo Eaton y la señora Josefa Severiana Cota tuvieron 5 hijos –los Eaton Cota– quienes nacieron entre 1878 y 1885 en Real del Castillo, Santo Tomás y Ensenada. Ellos fueron:
Ricardo Bernardino
Alfredo
Federico
Sara Josefa
Roberto
Segunda generación: el capitán Eaton tuvo veinte nietos.
Los Eaton Palacio. Ricardo Bernardino Eaton Cota, hijo mayor, se casó con Guadalupe Palacio Sosa, natural de Ensenada, y tuvieron trece hijos:
Esther
Ricardo Rodolfo
Antonio
Roberto Esteban
Josefina
Genoveva
Juan
Federico
Guadalupe
Modesto
Vicente
Manuela
Faraón
Ricardo Bernardino tuvo otro hijo:
Francisco Eaton Espinoza
Alfredo Eaton Cota, el segundo hijo, no dejó descendencia. A Federico, el tercer hijo, no se le conoce descendencia.
Josefa Eaton Cota, la única hija, se casó con Hernando Limón, de Tijuana, y tuvo tres hijos, los Limón Eaton.
Roberto (Chapo) Eaton Cota, el quinto y último hijo, quien sigue con la tradición de la herrería que se encontraba junto a la cantina Hussong, se casó con Marta Palacio –hermana de Guadalupe Palacio, esposa de su hermano Ricardo Bernardino– y tuvieron tres hijos, también Eaton Palacio:
María Cruz
Carlos
Manuel
Tercera generación: fueron 60 bisnietos del capitán Eaton.
Cuarta generación: 125 tataranietos del capitán Eaton.
Quinta generación: 6 choznos. El último Eaton nació el 31 de octubre del 2000: Bruno, hijo de Porfirio, a su vez hijo de Norberto, cuyo padre fue Antonio, cuyo progenitor fue Ricardo Bernardino, hijo del capitán Ricardo P. Eaton. Cinco generaciones.
Esta semilla Eaton Cota ha germinado con orgullo. Los descendientes han sobresalido en diversos oficios y actualmente, cuentan con profesionales como licenciados en administración de empresas; licenciados en educación; una maestría en educación; prestadores de servicios; biólogos y comerciantes. Los jóvenes y niños Eaton actualmente prosiguen sus estudios en diversas escuelas y universidades, preparándose para el futuro.
Los miembros de la familia han participado activamente, y con éxito, en la vida cultural, política y social de Ensenada. Sus ramas se han extendido en ambos lados de la frontera, ya que hay quienes radican tanto en los Estados Unidos como en México.
Para finalizar, deseo agradecer las atenciones recibidas por la familia Eaton y la oportunidad que me permitió conocer uno de los aspectos humanos de un personaje de nuestra historia, y creo que es justo decir muy claramente:
En tanto no olvidemos a nuestros seres queridos, éstos jamás morirán.
¡Capitán Eaton, su estancia en su querida Ensenada produjo los frutos que todo buen hombre desea en su vida! ¡Una gran familia!
de Historia
de Baja
California
EL CAPITÁN EATON: UN PERSONAJE EN
LA HISTORIA DE ENSENADA
AUTOR:Jorge Serrano González
Introducción
Como es una costumbre anual, el Seminario de Historia retoma este lugar y lo sacraliza, deteniendo el tiempo un instante para deleitarnos sobre la vida y obra de alguno de sus forjadores. Aprovechamos el entorno muy especial y personal que nos ofrece este histórico recinto para prepararnos a escuchar de nuevo una historia muy nuestra.
Señoras y señores, bienvenidos sean al Centro Cultural Hussong.
Los actores que han intervenido en la historia de la península provinieron de los más variados puntos del mundo; algunas veces de lugares cercanos y otras de sitios muy alejados. Es difícil imaginar que durante el siglo XIX se presentara una afluencia migratoria sin límites y que nuestro territorio fuera unos de los escenarios seleccionado para recibirla. Estos hombres que de alguna manera escogieron a la Baja California y en especial a Ensenada como su hogar, son los forjadores y pioneros que cimentaron las bases de un inicio que no fue fácil de realizar.
Recordando lo que alguna vez indicaba David Zárate, nuestro entrañable amigo, las personas que aparecen en nuestra historia son gente común y corriente, que no intervinieron en ninguna batalla, ni fueron grandes héroes, sino que morían de alguna enfermedad común como la gripe, de vejez o en algún infortunado accidente, como todos los mortales, pero que realizaron verdaderas hazañas que rayan en lo heroico. En ocasiones nos parecen seres irreales o ficticios, narrados en alguna novela de aventuras.
Dentro de este marco de referencia me permito presentar a ustedes la fascinante historia de un personaje de nuestro tiempo, que en un corto periodo jugó un papel muy importante en la comunidad. Me refiero al capitán Ricardo P. Eaton.
Su procedencia
El apellido Eaton tiene sus raíces en el Reino Unido. Según los últimos datos recabados de buena fuente y proporcionados por sus familiares, nuestro personaje nació en 1838 en el puerto de Southampton, localizado al sur de Inglaterra. Sus padres fueron Robert Eaton y Catharine H. Lane, y se sabe que tuvo dos hermanos, Frank Richard y Robert Eaton. Realizó sus estudios en ese puerto, graduándose como capitán de la Marina Mercante de Su Majestad y de ingeniero en instrumental mecánico.
Salió de Inglaterra en el buque mercante registrado, el S.S. Queen of Southaven con la bandera británica, y siguió la ruta del Atlántico tocando puertos de Canadá, Estados Unidos y América Latina. Posiblemente en alguno de estos viajes, su hermano Frank Richard desembarcó en el Mar de Plata para dirigirse a Uruguay.
En ese país recibió tierras y cabezas de ganado para instalarse en el Gran Chaco. Su descendencia, Eaton Miller, reside actualmente en Filadelfia, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos.
El buque daba la vuelta al continente americano por Tierra de Fuego y se dirigía nuevamente hacia el norte bordeando las costas del Pacífico y tocando puertos en los que se intercambiaban mercaderías diversas. Su destino final era el puerto de San Francisco, en California.
Es posible que haya decidido quedarse a radicar en los Estados Unidos, tomar la nacionalidad norteamericana y vivir en Wayne, Michigan. Los primeros datos que se tienen para 1873 proceden de San Diego, California. Poco tiempo después, lo vemos de lleno actuando en el espacio peninsular.
Entorno histórico
Antes de entrar de lleno en el desarrollo de la vida activa de nuestro homenajeado, debemos de hacer una referencia al entorno que se presentaba durante la década 1870-1880, que fue una de las más activas y turbulentas en la vida económica, política y social en la Frontera del Partido Norte.
Según los “Apuntes” escritos en 1870 por Manuel Clemente Rojo, subjefe político, el Partido Norte contaba con una población de 500 personas distribuidas en unas 25 localidades: Santo Tomás, con 23 familias, sumaba unas 89 personas quienes ocupaban ocho casas de adobe.
Ensenada para ese entonces estaba compuesta por dos casas de adobe y madera pertenecientes al rancho Gastélum. Sobrepasaban apenas una docena de personas. La casa principal se situaba en lo que actualmente es la esquina de la calle Tercera y avenida Gastélum. En este mismo lugar, durante la invasión filibustera de William Walker en 1853-1854, se instaló el fuerte McKibbin de triste recuerdo en nuestra historia. Actualmente, la comunidad académica y estudiosa de la historia de nuestra ciudad propugna por que sea reconocido como Sitio Histórico por excelencia. En ese predio fue construido el hermoso edificio de madera que albergó al Palacio Municipal de Ensenada, mismo que fue incendiado décadas después.
Para el Valle de San Rafael, Clemente Rojo reportó la existencia de unas cuarenta personas entre los que se contaba a don Ambrosio del Castillo, minero, quien encontró algunas pepitas de oro al norte del valle. Logró reunir una buena cantidad de este preciado material, de una excelente calidad y pureza, se trasladó a San Diego para venderlo y con eso se desató la noticia como reguero de pólvora sobre la existencia de grandes yacimientos auríferos en el Valle de San Rafael.
Con el inicio de la ‘fiebre de oro’ se propició un alud incontenible de migrantes, compuesto por aventureros, mineros, comerciantes y familias provenientes de diversas partes. Se empezó a conocer al Valle de San Rafael como Real del Castillo. Ya reunida una población que sobrepasaba el centenar de almas, solicitaron al presidente municipal de Santo Tomás, Antonio L. Sosa, terrenos de siembra y vivienda y, además, que se declarase el fundo legal de este Real para otorgar lotes a las familias de los migrantes.
Sosa hizo llegar esta solicitud al subprefecto Manuel Clemente Rojo, quien aprovechó la ocasión para reactivar la crisis económica que enfrentaba el Partido a su cargo, por lo que dio su aprobación de inmediato. En casa del señor Francisco Arenas, reunidas las principales autoridades civiles, se fundó Real del Castillo el 2 de octubre de 1870.
Durante los primeros años se produjo un auge económico y crecimiento poblacional acelerado con familias provenientes del sur de la península, de Santo Tomás, Sonora y la Alta California. La afluencia de inmigrantes extranjeros fue enorme, algunos de ellos llegaron con el objeto de introducir mercaderías necesarias para la nueva población aprovechando los beneficios de la minería. Hacia 1871, Real del Castillo empezó a funcionar como la nueva sede de la subprefectura del Partido Norte.
A través de las fuentes encontramos referencias de periodos prolongados de sequía. Uno de ellos abarcó desde 1864 hasta principios de 1872, año en que se reportaron las primeras lluvias. Desde esa época notamos en la península los efectos del fenómeno climatológico cíclico de “la niña”, con una duración de hasta diez años seguidos.
Dentro de este movimiento de personas, ajuares, mercaderías, maquinaria y animales, se hizo necesario buscar mejores alternativas por lo que Ensenada comenzó a despuntar en un nuevo marco. El comercio y movimiento de mercancías que debían de ser trasladadas por vía marítima desde San Diego hizo que se involucrara a Ensenada como punto clave en estas nuevas perspectivas.
Un comerciante de apellido Wentworth se asoció con Pedro Gastélum, propietario del rancho Gastélum de Ensenada, y construyó una bodega frente a la bahía. Trasladaba las mercancías desde San Diego en un buque de vapor para surtir las necesidades de la población de Real del Castillo y de los campos mineros aledaños.
Al mismo tiempo, desde tres años antes, Pedro Gastélum fungía como comisario de la policía y juez de campo de la jurisdicción de Ensenada, lo que nos habla de un importante movimiento de colonos por esta región. Cabe destacar que para esta época, ya se menciona la presencia de varios comerciantes en la zona, entre los que encontramos a: James A. Van der Voort, residente de San Francisco, quien realizaba sus compras de mercancías en San Diego para después venderlas en las minas del norte del Partido; Jacob Wagner, uno de los comerciantes más prósperos del Real del Castillo, trasladaba las mercancías en dos y tres carretas bien repletas y surtidas desde San Diego. Otros comerciantes para esta misma época eran John Powers, George Furlong y Louis Mendelson, quienes además eran inversionistas en las minas.
William Sargent puso en funcionamiento una línea de diligencias. Éstas iban tiradas por cuatro caballos y se hacía el viaje en tres días desde San Diego a Real del Castillo, con escalas en Guadalupe y en Ensenada, que se aprovechaban para descansar, cambiar caballos y reaprovisionarse.
Aparece en escena el capitán Eaton
Retomando de nuevo nuestra historia, después de esta pequeña y rápida visión del panorama histórico que se desarrollaba en la región –ya que sería muy largo enumerar y profundizar toda la serie de acontecimientos políticos, económicos y sociales– encontramos en esta región al capitán Eaton.
Según información recabada en datos dispersos, debemos pensar que aproximadamente a la edad de 35 a 37 años (entre 1873 y 1875), Eaton se instaló en California, posiblemente San Diego, que es donde empieza a aparecer como residente de ese puerto.
A partir de 1873, empezó a realizar algunos viajes a la región norte de Baja California, sobre todo a las minas que acaban de ser descubiertas y que se encontraban en producción. Realizaba sus actividades como comerciante, representando a Thomas McLeavy, dueño de la tienda Packet Ship de San Diego.
En nota fechada 30 de noviembre de 1873, el San Diego Union menciona que el capitán R.P. Eaton ha estado visitando las minas de Japá, localizadas 50 kilómetros al este de Real del Castillo en Baja California, por varias semanas, y hace algunas observaciones muy importantes sobre los campos mineros. Posteriormente, el San Diego Union vuelve a publicar una carta de Eaton, el 6 de febrero de 1874, procedente de las minas de Japá. En sus comentarios, el capitán Eaton menciona que la compañía de Rollins obtiene de $50 a $100 dólares por tonelada al día en sus minas del cañón Smoky Jack. Este cañón mide como cinco millas de largo y existen unos cien denuncios, y parece que a todos les ha ido muy bien. También hace mención de que Felipe Ochoa y Compañía obtienen $40.00 dólares al día por tonelada.
Existen discrepancias en cuanto a la inicial que aparece en el nombre de Eaton. En un principio su nombre aparecía como Ricardo B. P. Eaton: la ‘B’ es de Bernard y la ‘P’ de Patrick. Con el tiempo hubo un cambio, posiblemente al hacer la trascripción en los documentos fue desapareciendo la ‘B’ para quedar en la forma como le encontramos posteriormente. Lo mismo sucede con respecto a la nacionalidad, ya que algunas veces aparece como ciudadano estadounidense, otras como canadiense y al final, como ciudadano mexicano. Un dato adicional es que de manera inmediata, se castellanizaban los nombres propios de los extranjeros que se asentaban en la localidad, quizá con el ánimo de darles confianza y asimilarlos a la naciente sociedad.
Su estancia en Real del Castillo
Los primeros datos oficiales que se tienen y que pertenecen a su aparición en la vida social de esta localidad, se remontan al 4 de julio de 1877, día en que se casa con Josefa Severiana Cota Amador.
Josefa Cota nace el 22 de noviembre de 1858, pertenece a una de las familias más prominentes y antiguas de la península, procedente de Todos Santos, Baja California Sur, y vive en el Real del Castillo desde 1870.
Al estar revisando los documentos originales del Fondo Histórico Documental del Registro Civil de Ensenada, se encontraron las actas levantadas antes del enlace civil del señor Ricardo P. Eaton y la señorita Josefa Severiana Cota. Un requisito que contemplaba la ley en aquel tiempo era que, para poder contraer nupcias, se necesitaba solicitar el Acta de Presentación de los contrayentes ante el juez del Registro Civil y dos testigos de cada parte para que después de quince días poderse casar en caso de no existir ningún impedimento. Esto funcionaba como una especie de amonestación: se fijaba una copia de esta acta en algún lugar visible durante ese tiempo para hacerlo del conocimiento público.
El Acta de Presentación de Ricardo P. Eaton y Josefa Severiana Cota en Real del Castillo se celebró el 3 de julio de 1877 a las nueve de la noche en casa del señor Santos Cota. Fueron testigos por parte de Eaton los señores Jorge Furlong, comerciante de la región, y Francisco Arenas, personaje muy conocido, ya que fue en su casa donde se firmó el acta de Fundación de Real del Castillo en 1870. Por parte de la novia, los testigos fueron el señor Jesús Silva y la señora Pudenciana López de Moreno.
En el acta especial de ‘dispensa de publicata’, pide dispensa del término de quince días que marca la ley y en su texto dice que: ‘…al esperar dicho término le resultarían graves perjuicios en sus intereses supuesto que tiene que atender a ellos en el extranjero que es donde se habilita para sus compras mercantiles y demás créditos que tiene pendientes y que si se demora quince días más para ir a atender a ellas, le vendría en detrimento de su crédito…” Esta acta se levantó el mismo día 3 de julio de 1877, a las diez de la noche, en casa de los Cota.
El matrimonio de Ricardo P. Eaton y Josefa Cota se celebró en Real del Castillo, cabecera del Partido Norte de la Baja California, el 4 de julio de 1877, a las once de la noche en el mismo domicilio de la familia Cota. En el documento consta que Ricardo P. Eaton tiene 39 años de edad, de profesión es comerciante, originario del estado de Michigan, Estados Unidos, hijo legítimo de Roberto Eaton y Catarina H. Lane, domiciliado en Real del Castillo. Josefa Cota, por su parte, tiene 19 años, hija legítima de Santos Cota y de María Antonia Amador, naturales del Territorio, domiciliados en este lugar. El juez que intervino fue el señor Jesús Legaspy y como testigos firmaron Mauricio Willheim, Jesús Silva, Emilio Legaspy, Enrique León, Pudenciana López de Moreno, Refugio Arce de Silva, Palemón Villarino y Merced Cota.
Revisando los documentos posteriores, en ese mismo legajo notamos la participación del capitán Eaton en la vida social y económica de Real del Castillo, pues para el 27 de septiembre de 1877 aparece como testigo de la boda del señor Hugo Davidson y la señorita Leonor Cosío.
Los datos que aparecen en los documentos indican que Eaton radicó en Real del Castillo aproximadamente desde 1876 y permaneció en esa localidad por algunos años, dedicándose al comercio. El 20 de mayo de 1878 nació su primer hijo, Ricardo Bernardino Eaton Cota. En el acta de registro, se vuelve a constar su actividad como comerciante.
El 30 de octubre de 1881, fue testigo en el matrimonio del señor Güarello y la señorita Hilaria Acebedo. Tiene en ese momento 46 años y aparece como capitán de buque y vecino todavía del Real del Castillo.
En 1879 se le concede licencia para registrar “fierro de herrar ganado”, a nombre de Ricardo P. Eaton, firmada por el juez primero de Paz, Pedro Duarte de Santo Tomás. La expide el presidente del ayuntamiento del Partido Norte, Manuel Moreno. La forma del fierro era una “E” sencilla, sin marco de forma manuscrita mayúscula.
Su estancia efímera en Santo Tomás
Al iniciarse la decadencia y abandono de las minas y del poblado de Real del Castillo, comenzó la búsqueda de nuevas perspectivas por lo que encontramos a nuestro personaje viajando hacia otros sitios de la comarca, haciendo su aparición por muy corto tiempo en el valle de Santo Tomás. Aquí adquirió algunos terrenos, al parecer para dedicarse a la crianza de ganado y a las actividades agrícolas. Lo anterior lo inferimos debido a que en este lugar nació, el 15 de octubre de 1883, su hija Josefa Eaton Cota. Eaton aparece en el acta de nacimiento respectiva como natural de Estados Unidos y de profesión agricultor. También se tiene constancia de que su hija fue bautizada como Sara Josefa.
Ensenada, destino final
Para 1884 Eaton residía en el puerto de Ensenada de Todos Santos. En el año de 1886 se encuentran registrados a su nombre los lotes “C”, “D”, “E” y “F” de la manzana no. 15 de la nueva traza de la ciudad, en el Registro Público de la Propiedad, compra que le hizo a Pedro Gastélum. También adquirió, en esa misma fecha, el lote “B” de la manzana 26; posteriormente, obtendrá otras posesiones. Se sabe que estuvo viviendo en la calle Tercera y Gastélum, frente al cuartel, y que su taller de herrería y obrajes lo tenía en un local vecino a la cantina Hussong.
Siguió realizando algunas compras de terrenos para siembra en Santo Tomás. En octubre de 1885, compró el rancho Alisitos y el paredón Colorado, situados en la ex misión de Santo Tomás, con una superficie de 2,500 hectáreas. Esa compra la hizo al señor Maximiliano Bernstein, comisionado del gobierno. También fue propietario del rancho San Rafael en el valle del mismo nombre. Quizá tenía en vistas sembrar trigo para surtir el molino que instalaría poco después en el puerto.
Su último hijo, Roberto Eaton Cota –‘Chapo’– nació el 28 de agosto de 1884 en Ensenada. En el acta de nacimiento respectiva, aparece Eaton como originario de Canadá. No se menciona su profesión, aunque podemos pensar sin temor a equivocarnos que se haya dedicado nuevamente al comercio, o a iniciar el taller de herrería y herrajes o a instalar el molino de trigo que tenía en mente.
Un dato muy importante que debemos de tomar en cuenta es el cambio de la subprefectura al puerto de Ensenada, convirtiéndose este lugar en la nueva cabecera política del Partido Norte el 15 de mayo de 1882. Los motivos por los cuales se proponía a Ensenada como la cabecera política del Partido Norte era su incremento poblacional, su actividad económica, la facilidad marítima con La Paz, en ese momento capital de la península, y la presencia permanente de las fuerzas armadas. Todos estos elementos hacían de Ensenada el lugar propicio para este cambio.
No debemos olvidar la actuación de la Compañía Internacional, empresa colonizadora de capital estadounidense, que realizó la traza urbana de nuestro puerto y que influyó como el principal factor en el auge económico y político de la naciente población, cosa que ha de haber aprovechado el capitán Eaton al tomar la decisión de cambiar su residencia y posteriormente, su nacionalidad.
Por lo tanto, podemos inferir que su traslado y residencia final en nuestra localidad ocurrió por el año de 1884. Aquí en Ensenada, intervino directa y activamente en la vida pública, social y económica del puerto.
Prueba de ello es, por ejemplo, su aparición en los acontecimientos sociales del pueblo. En el periódico La Voz de la Frontera, en abril de 1887, se reseñó la crónica de un baile que organizó la Sociedad Filarmónica en casa del capitán Pedro Miramontes. El señor Manuel Clemente Rojo participó en la parte oratoria y se menciona, entre los asistentes al baile, a varias personalidades que incluían a Ricardo P. Eaton.
Un año antes, aparecía en el mismo periódico varios anunciantes de los más variados giros comerciales, hoteles, farmacias, ferreterías, panaderías, entre otros, y un molino de trigo, propiedad de Ricardo P. Eaton y ubicado dentro del poblado. Además, recordemos que poseía varias hectáreas de terrenos en Santo Tomás y el rancho San Rafael, donde sembraba trigo.
En el censo levantado en 1888, Ensenada tenía 1,280 habitantes. Entre ellos, venía anotada la familia Eaton:
Ricardo P. Eaton, de 50 años, mexicano, casado y de ejercicio molinero.
Josefa Cota, mexicana de 30 años, y sus hijos:
Ricardo Bernardino, de 9 años
Alfredo, de 7 años
Federico, de 6 años
Josefa, de 4 años
Roberto, de 2 años
Asimismo, es curioso observar en una nota que aparece en el Periódico Oficial del 22 de junio de 1888, el informe que rinde el tesorero de la Junta Patriótica de Ensenada, al hacer el corte de las cantidades recolectadas para las festividades del 5 de mayo de 1888. Aquí se menciona al señor Ricardo P. Eaton con una aportación de cuatro pesos hecha el 1° de mayo de 1888.
Durante estos años se presentó un crecimiento acelerado y un auge económico poco usual para la época y la región. Las empresas se multiplicaron y para 1887 Carlos Bennett manejaba dos molinos de harina que, juntos con el de Ryerson y el de Eaton, sumaban cuatro molinos que procesaban el trigo de la región.
No olvidemos que Ricardo Eaton tenía conocimientos en instrumental mecánico, por su preparación como ingeniero, habilidad que siempre se le reconoció, ya que al no tener las refacciones de la maquinaria existente, las elaboraba forjándolas en la herrería. Este dato se ha venido trasmitiendo de generación en generación, ya que sus actuales familiares han hecho referencia de que era reconocido como muy ingenioso e inventor de herramientas, implementos de labranza y herrajes, que nunca se le dificultaba nada. Sus conocimientos le sirvieron para montar la maquinaria y el molino de harina dando servicio, mantenimiento y asesoría a otros molineros, además de efectuar personalmente las reparaciones.
En cuanto a la organización política y administrativa, Ensenada –que funcionaba como cabecera del Partido Norte– estaba en sus inicios y se encontraba en una etapa de gestación política, desarrollando incipientes movimientos para emanciparse de la sujeción administrativa y política de La Paz. Había un subprefecto que dependía del jefe político de La Paz; un cabildo compuesto por el presidente municipal y seis regidores; una aduana marítima; un capitán de puerto; un juez de primera instancia; un juez de registro civil; una oficina de telégrafos y de correos; una escuela pública; un comité de salud que trabajaba en coordinación con la capitanía de puerto para el control sanitario de las embarcaciones que fondeaban en la bahía, bajo las órdenes de un médico; y la presencia de la compañía fija en el cuartel militar.
Su actividad política y social en Ensenada
Debido a los acontecimientos políticos que se habían presentado en la región, el 14 de diciembre de 1887 se expide el decreto que cambia el Partido Norte a Distrito Norte de Baja California, con dependencia directa del gobierno federal. Ensenada en esta ocasión se convirtió en la capital del Distrito Norte.
Ricardo Eaton, junto con otras personalidades de la sociedad porteña, formó parte de la junta patriótica del general Torres, organismo que inició una serie de actividades tanto sociales como cívicas y posteriormente, políticas. Entre los personajes que formaban parte de esta junta estaban el licenciado Pedro Rendón, capitán de puerto Juan B. Verde, don Eulogio Romero, próspero comerciante, doctor Fernando Silva, don Miguel Ormart, importante empresario, don Manuel Riveroll, el señor Luis Mendelson, síndico municipal, don Maximiliano Bernstein, agente de la Compañía Internacional, el capitán Girón, don Carlos Bennett y muchos más.
Esto ayudó para que se le conociera y tomara en cuenta, en su nueva relación con los personajes que en ese momento actuaban dentro de los círculos de la administración pública y política de Ensenada. Su vida tomó un nuevo sesgo al competir en las primeras elecciones municipales de 1888.
Las elecciones políticas se realizaron el 2 de diciembre de 1888. Los resultados dados a conocer el 16 de diciembre mencionaban como regidores electos a Miguel Santos, Carlos Guijosa, Juan E. Montenegro, C.R.F. Cota, Fernando Silva, Manuel Riveroll y como presidente municipal, Ricardo P. Eaton. Este nuevo cabildo tomó posesión el 1° de enero de 1889.
Nuevo boom minero en El Álamo
En este año se presentó un acontecimiento que vino a sacudir de nuevo la vida porteña. En el distrito de El Álamo se hizo un hallazgo de mineral de oro. En esos momentos se pasaba por una crisis económica con gente sin trabajo en ambos lados de la frontera. Esto fue la mecha que detonó la bomba.
Se organizaron partidas que salieron a examinar las excavaciones. En San Diego, como siempre, se hizo un alboroto con los consabidos encabezados exagerados en la prensa. Se inició un éxodo masivo de población hacia El Álamo, presentándose un auge comercial tanto en San Diego como en Ensenada para vender toda clase de bastimentos a los futuros mineros, actividad que revivió la economía de la región en ese momento.
Según reportes de esas fechas, se mencionan a fines de febrero y mediados de marzo del año 1889, caravanas diarias con más de 300 personas con destino a la minas, calculándose que llegaron a registrarse entre 1 500 a 2 000 hombres acampados en ese distrito minero. Ocho meses más tarde, al pasar el revuelo, el mineral de El Álamo era un pueblo casi abandonado a pesar de haber tenido un hotel, establo, almacenes y comercios, circunstancia que prevaleció años más tarde al reactivarse la explotación.
Un año de administración pública
La Compañía Mexicana de Terrenos y Colonización, de capital británico, estaba en tratos para comprar los derechos en Baja California a la Compañía Internacional, lo cual significaba nuevas inversiones para la región.
Algunas personas que provenían del mineral de El Álamo se quedaron a vivir en Ensenada, al percatarse de las perspectivas de bonanza que se veían venir para el puerto. El nuevo ayuntamiento, bajo el mando del presidente municipal Ricardo P. Eaton, aumentó el cuerpo policíaco para el control de la vigilancia y seguridad de los habitantes, realizando además algunas mejoras públicas. También inició la recuperación de las arcas municipales, que hasta ese momento habían permanecido en una crisis constante.
Según las perspectivas que se presentaban, todo parecía indicar que el señor Eaton resolvería de manera adecuada las demandas y preocupaciones de la nueva, pujante y naciente ciudad.
Muerte del capitán Eaton
A finales de 1889, una noticia desafortunada sacudió y conmovió a toda la población ensenadense. Falleció Ricardo P. Eaton, primer presidente municipal del Distrito Norte de Baja California.
Según el acta de fallecimiento expedida el 22 de noviembre de 1889, se hace constar que murió de neumonía, a los 52 años de edad, a las once menos cuarto del 16 de octubre, en la casa situada en la calle Gastélum esquina con la calle Tercera, frente al cuartel de esta población, asistido en su enfermedad por el doctor Francisco Rouquette y el doctor Fernando Silva.
Ricardo P. Eaton, quien llegó a establecerse de manera permanente entre nosotros desde 1876, dejó un vacío muy difícil de llenar. Adquirió la nacionalidad mexicana para quedarse definitivamente entre nosotros. Realizó las más diversas actividades, participando en el comercio, la agricultura, ganadería, industria y la política. Jamás volvió al mar, pero sus amigos y la gente seguían refiriéndose a él como el capitán Eaton.
Fue uno de los fundadores de Ensenada, participó en la vida económica, política, cívica y social de la comunidad. Su ausencia conmovió a toda la población. Sus descendientes se han multiplicado, nacidos en esta península y orgullosamente, son mexicanos.
Nos extraña saber que algunos de estos hombres no han sido debidamente retomados por la historia. Por lo tanto, debemos de hacerles justicia y darlos a conocer con su verdadero valor y dimensión real para que no se pierdan en la memoria del tiempo. No importa su origen o nacionalidad, para nosotros son ciudadanos universales que se convirtieron en los primeros bajacalifornianos. La historia no se improvisa.
La señora Josefa Cota
La señora Josefa Cota de Eaton participaba directa y activamente en la sociedad ya que en los círculos en los que se movía – de las esposas de las personalidades de Ensenada – era común pertenecer a alguna beneficencia o realizar algún trabajo voluntario para ayudar a las clases necesitadas. Algunas de las esposas se encontraban involucradas en la colecta para la construcción del templo católico próximo a construirse.
Después de enviudar la señora Cota, algunas de sus actividades quedaron registradas en algunos documentos de compra/venta. En octubre de 1890 vendió 22 hectáreas de terreno en Santo Tomás a favor del señor Manuel González. El 22 de julio de 1892 se otorgó la adjudicación de bienes de la sucesión de Ricardo P. Eaton, con respecto al rancho San Ramón, a favor de Ricardo Bernardino, Alfredo, Federico, Sara Josefa, Robertito (probablemente de apellido Eaton), Josefa (posiblemente la viuda) y Santos Ulises (posiblemente un sobrino).
En 1894, vendió una fracción –182 hectáreas– del terreno denominado Los Alisitos en Santo Tomás a favor de Walter Nordhoff.
La descendencia Eaton
Primera generación: el capitán Ricardo Eaton y la señora Josefa Severiana Cota tuvieron 5 hijos –los Eaton Cota– quienes nacieron entre 1878 y 1885 en Real del Castillo, Santo Tomás y Ensenada. Ellos fueron:
Ricardo Bernardino
Alfredo
Federico
Sara Josefa
Roberto
Segunda generación: el capitán Eaton tuvo veinte nietos.
Los Eaton Palacio. Ricardo Bernardino Eaton Cota, hijo mayor, se casó con Guadalupe Palacio Sosa, natural de Ensenada, y tuvieron trece hijos:
Esther
Ricardo Rodolfo
Antonio
Roberto Esteban
Josefina
Genoveva
Juan
Federico
Guadalupe
Modesto
Vicente
Manuela
Faraón
Ricardo Bernardino tuvo otro hijo:
Francisco Eaton Espinoza
Alfredo Eaton Cota, el segundo hijo, no dejó descendencia. A Federico, el tercer hijo, no se le conoce descendencia.
Josefa Eaton Cota, la única hija, se casó con Hernando Limón, de Tijuana, y tuvo tres hijos, los Limón Eaton.
Roberto (Chapo) Eaton Cota, el quinto y último hijo, quien sigue con la tradición de la herrería que se encontraba junto a la cantina Hussong, se casó con Marta Palacio –hermana de Guadalupe Palacio, esposa de su hermano Ricardo Bernardino– y tuvieron tres hijos, también Eaton Palacio:
María Cruz
Carlos
Manuel
Tercera generación: fueron 60 bisnietos del capitán Eaton.
Cuarta generación: 125 tataranietos del capitán Eaton.
Quinta generación: 6 choznos. El último Eaton nació el 31 de octubre del 2000: Bruno, hijo de Porfirio, a su vez hijo de Norberto, cuyo padre fue Antonio, cuyo progenitor fue Ricardo Bernardino, hijo del capitán Ricardo P. Eaton. Cinco generaciones.
Esta semilla Eaton Cota ha germinado con orgullo. Los descendientes han sobresalido en diversos oficios y actualmente, cuentan con profesionales como licenciados en administración de empresas; licenciados en educación; una maestría en educación; prestadores de servicios; biólogos y comerciantes. Los jóvenes y niños Eaton actualmente prosiguen sus estudios en diversas escuelas y universidades, preparándose para el futuro.
Los miembros de la familia han participado activamente, y con éxito, en la vida cultural, política y social de Ensenada. Sus ramas se han extendido en ambos lados de la frontera, ya que hay quienes radican tanto en los Estados Unidos como en México.
Para finalizar, deseo agradecer las atenciones recibidas por la familia Eaton y la oportunidad que me permitió conocer uno de los aspectos humanos de un personaje de nuestra historia, y creo que es justo decir muy claramente:
En tanto no olvidemos a nuestros seres queridos, éstos jamás morirán.
¡Capitán Eaton, su estancia en su querida Ensenada produjo los frutos que todo buen hombre desea en su vida! ¡Una gran familia!
CAPITAN FELIX IÑIGUEZ ULLOA
CRONISTA DE ENSENADA
Heberto J. Peterson Legrand
CAPITAN FELIX IÑIGUEZ ULLOA
MARINO MERCANTE Y CIUDADANO EJEMPLAR Trabajo del Dr. Fernando Araujo Cota,
( FORJADOR DE BAJA CALIFORNIA 209 )
Me permito publicar el trabajo presentado por el Dr. Fernando Araujo Cota, Presidente del Seminario de Historia de Baja California, ante la Fundación Acevedo, A.C. en el Centro Histórico y Cultural Calafia de Playas de Rosarito, B.C. el pasado 28 de septiembre en el Evento “Forjadores de Baja California 2009” del cual hable en mi artículo del día primero del presente.
Honra a Ensenada este reconocimiento de tan distinguido personaje y justo es darlo a conocer a la comunidad porteña.
Escribe el Dr. Araujo:
Nuestro biografiado Félix Iñiguez Ulloa, nació el 29 de octubre de 1909, en la ciudad y puerto de Mazatlán, Sinaloa. Su padre el Sr. Félix Iñiguez Casilla originario del estado de Jalisco, Y su madre la Sra. María de Jesús Ulloa García De la Cadena, originaria del Estado de Nayarit. Quienes procrearon 5 hijos, cuatro varones, todos ellos marinos de profesión cuyos nombres son: José, Félix, Octavio, Ernesto el más chico y Elisa que era la mayor.
Sus estudios elementales fueron cursados en el puerto de Mazatlán, en donde posteriormente ingreso a la Escuela Náutica localizada en el mismo puerto, en la cual siempre se distinguió por ser un alumno inquieto y visionario, de elevadas calificaciones en sus materias, manifiesta vocación al mar, e incansable en el cumplimiento de sus deberes, Por lo que después de haber cumplido los 4 años de estudios náuticos, el Gobierno de México a través de la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas ( SCOP ), en virtud de reunir los conocimientos y demás requisitos, el día primero de noviembre de 1935, le extiende el titulo de Capitán de la Marina Mercante nacional.
Siendo aún muy joven, el bisoño Capitán Iñiguez, ya andaba navegando primeramente en barcos de cabotaje, en puertos del Pacifico Mexicano cercanos a Mazatlán, para posteriormente al comprobarse su destreza y responsabilidad, pasar a conducir barcos de mayor tonelaje, como el “SONORA”, cuya ruta era: Mazatlán, Ensenada, San Diego, San Francisco y retornar tocando los mismos puertos. En 1936, se le envió a Alemania a que trajera a México un barco de altura, cumpliendo satisfactoriamente con el encargo.
En 1937 en el puerto de Guaymas Sonora. Contrajo matrimonio con la Srita. María Dolores Del Refugio Pimienta y Trejo, ya casado acostumbraba a navegar con ella, hasta que resulto embarazada, y tuvo que escoger el lugar en donde instalar su residencia. Y conocedor de todos los puertos del Pacifico mexicano, selecciono la ciudad de Ensenada, pues su ubicación geográfica, clima, y sobre todo la hospitalidad de sus gentes, y además con el puesto de Practico del Puerto, resultaba el lugar idóneo. Fue pues en 1937, cuando el Capitán Iñiguez llega a radicar a Ensenada, en donde sin ningún problema por su carácter optimista y emprendedor, se incorpora de inmediato dentro de su sociedad, ingresando a la Sociedad Mutualista Progreso y posteriormente al Club Rotario. En la construcción de la carretera de Ensenada a Ojos Negros, el contribuyo significativamente como Topógrafo.
Los hijos del Capitán y Doña Lolita como cariñosamente se le conoce son: Félix, casado con Ana Luisa Garín, Luis, casado con Ena Ruiz Morales, Lupita, casada con Guillermo Pérez, Dolores, María de Jesús, finada, Rosa María, casada con Carlos Fernández Ruiz y Miguel.
Gracias al Capitán Iñiguez, Ensenada y la región lograron romper el aislamiento casi insular en que se encontraba, principalmente en tiempo de la Segunda Guerra Mundial. Pues sin rutas aéreas ni ferroviarias, solo se contaba con la carretera a Tijuana la cual no siempre se encontraba en condiciones transitables. De tal manera que el servicio marítimo de cabotaje, venía no solo con mercancías y pasajeros, sino también con alimentos y frutas tropicales, como mangos, cocos, dátiles, piñas, etc. De otras regiones. Así como el servicio de correo del interior de la república y Centro América, recibiendo y enviando correspondencia. Todos estos servicios no se interrumpieron, ni siquiera en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, a pesar del peligro que representaban los submarinos japoneses.
A partir de que los Estados Unidos y Japón entraron en guerra, el Gobierno de México rompió relaciones diplomáticas y consulares con Japón. Y fue después de los hundimientos de los buques tanques mexicanos “Potrero del Llano” el 14 de mayo de 1942, Y el “Faja de Oro” torpedeado el 20 de mayo del mismo año por submarinos alemanes, que el Gobierno de México declaro, el primero de junio de 1942, el estado de guerra a Japón, Alemania e Italia.
Por lo tanto el peligro que corrían las naves marítimas mexicanas eras real, tanto en el Golfo como en el Océano Pacifico. Pero la nave de nuestro biografiado, continúo rompiendo el aislamiento, aún a costa de su propia seguridad y del peligro que representaba.
Otro aspecto ligado a Ensenada y la Segunda Guerra Mundial, en el cual estuvo involucrado el Capitán Iñiguez se dio en virtud de la importante presencia de familias de origen japonés en el puerto. Se reconoce que antes de 1941, hubo hasta 300 inmigrantes japoneses dedicados a trabajos relacionados con el mar. Los cuales eran en general bien vistos por la población local, pues impulsaron el fortalecimiento de Ensenada como puerto pesquero, tanto por el trabajo realizado por estos hombres, como por la enseñanza de nuevas técnicas para la pesca y para el procesamiento de atún, sardina, abulón y langosta,
Luego de que Japón bombardeara Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, el hecho de que México se uniera a los países aliados y después declarara la guerra a los países del Eje, represento para las familias japonesas radicadas en Ensenada, un cambio obligado de residencia y la congelación de sus cuentas bancarias y propiedades.
El 11 de diciembre de 1941, el gobierno mexicano ordeno la concentración de japoneses en el Distrito Federal, y los estados centrales y occidentales como Jalisco, Morelos, Guanajuato y Puebla. Por lo que a Ensenada llegaron órdenes militares, para que los japoneses fueran trasladados por vía terrestre hacia los estados del centro, lo cual implicaba atravesar el desierto de Sonora, en donde el camino estaba constituido por brechas entre arenales, en donde la temperatura extremosa al máximo de dicho desierto, podía acabar con todas o con gran parte de las personas enviadas.
Ante tan apremiante situación, el representante de la comuna japonesa acude con justificada desesperación con el Lic. Fernando Araujo Rovira, conocido abogado de la localidad, quien al percatarse de la situación se aboca de inmediato al problema, saliendo en busca de su amigo el Capitán Iñiguez, poniéndolo al tanto de la grave situación y solicitándole transportara por vía marítima a las familias ensenada japonesas, y después de conseguir los permisos militares correspondientes, la nave comandada por nuestro biografiado, zarpa del puerto de Ensenada rumbo a Manzanillo, salvando seguramente de las inclemencias del desierto a muchas vidas de origen japonés.
Don Félix Iñiguez aparte de ser un magnifico marino, también algo tenía de buen empresario. Pues al término de la guerra, tuvo la oportunidad de comprar a buenos precios “barcos sobrantes de guerra” de los que utilizaban para desembarco de equipo pesado como tanques, camiones, etc., que los acondicionaba y transformaba en mercantes, los cuales posteriormente eran rebautizados, con los nombres de: el María Dolores, el Anita, el Corso, el Monterrey, etc. Posteriormente se dio a la tarea de comprar barcos más grandes, como de 500 toneladas de modelo AKL, estos fueron: el Tritón, el Mazatlán, el Aries, el Colima. Luego compró uno de vapor que lo bautizaron con el nombre de “Culiacán” de 800 toneladas, vino después el “Caribe”, y posteriormente el orgullo de la flota que era el “Sinaloa” de 3000 toneladas.
Con esta flota el Capitán Iñiguez contribuyo conjuntamente con su socio el Capitán Oscar Schitler, a que el 11 de junio de 1955, se constituyera la empresa naviera “Servicios Marítimos del Pacifico”. Dicha empresa llego a cubrir todo el Pacifico Mexicano, siendo la empresa pionera de cabotaje en México. Cubriendo sus rutas desde Ensenada hasta Salina Cruz y Centro América. Proporcionando servicio de transporte de carga y pasajeros así como la correspondencia postal, con oficinas en todos los puertos del Pacifico Mexicano.
El 18 de septiembre de 1958 “Servicios Marítimos del Pacifico, S.A.”(TMM). En 1960 inicia sus servicios hacia el Atlántico de Estados Unidos y puertos del Golfo de México. En 1961 se inicia el servicio hacia Sudamérica. En 1963, hacia el norte de Europa. En 1968, primer servicio regular hacia el lejano Oriente y Mediterráneo, En 1974, se inicia el servicio regular a Brasil. En 1980, TMM cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores.
Por otra parte el Sr. Félix Iñiguez Ulloa, es ejemplo de buen esposo y padre de familia. Honrado, trabajador, carismático, de agradable conversación, servicial, estimado y respetado por todas las personas que tuvieron el gusto de conocerlo.
Falleció el 16 de julio de 1980 en San Diego, California. Siendo traído su cuerpo para ser depositados sus restos mortales, en su querida Ensenada.
Heberto J. Peterson Legrand
CAPITAN FELIX IÑIGUEZ ULLOA
MARINO MERCANTE Y CIUDADANO EJEMPLAR Trabajo del Dr. Fernando Araujo Cota,
( FORJADOR DE BAJA CALIFORNIA 209 )
Me permito publicar el trabajo presentado por el Dr. Fernando Araujo Cota, Presidente del Seminario de Historia de Baja California, ante la Fundación Acevedo, A.C. en el Centro Histórico y Cultural Calafia de Playas de Rosarito, B.C. el pasado 28 de septiembre en el Evento “Forjadores de Baja California 2009” del cual hable en mi artículo del día primero del presente.
Honra a Ensenada este reconocimiento de tan distinguido personaje y justo es darlo a conocer a la comunidad porteña.
Escribe el Dr. Araujo:
Nuestro biografiado Félix Iñiguez Ulloa, nació el 29 de octubre de 1909, en la ciudad y puerto de Mazatlán, Sinaloa. Su padre el Sr. Félix Iñiguez Casilla originario del estado de Jalisco, Y su madre la Sra. María de Jesús Ulloa García De la Cadena, originaria del Estado de Nayarit. Quienes procrearon 5 hijos, cuatro varones, todos ellos marinos de profesión cuyos nombres son: José, Félix, Octavio, Ernesto el más chico y Elisa que era la mayor.
Sus estudios elementales fueron cursados en el puerto de Mazatlán, en donde posteriormente ingreso a la Escuela Náutica localizada en el mismo puerto, en la cual siempre se distinguió por ser un alumno inquieto y visionario, de elevadas calificaciones en sus materias, manifiesta vocación al mar, e incansable en el cumplimiento de sus deberes, Por lo que después de haber cumplido los 4 años de estudios náuticos, el Gobierno de México a través de la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas ( SCOP ), en virtud de reunir los conocimientos y demás requisitos, el día primero de noviembre de 1935, le extiende el titulo de Capitán de la Marina Mercante nacional.
Siendo aún muy joven, el bisoño Capitán Iñiguez, ya andaba navegando primeramente en barcos de cabotaje, en puertos del Pacifico Mexicano cercanos a Mazatlán, para posteriormente al comprobarse su destreza y responsabilidad, pasar a conducir barcos de mayor tonelaje, como el “SONORA”, cuya ruta era: Mazatlán, Ensenada, San Diego, San Francisco y retornar tocando los mismos puertos. En 1936, se le envió a Alemania a que trajera a México un barco de altura, cumpliendo satisfactoriamente con el encargo.
En 1937 en el puerto de Guaymas Sonora. Contrajo matrimonio con la Srita. María Dolores Del Refugio Pimienta y Trejo, ya casado acostumbraba a navegar con ella, hasta que resulto embarazada, y tuvo que escoger el lugar en donde instalar su residencia. Y conocedor de todos los puertos del Pacifico mexicano, selecciono la ciudad de Ensenada, pues su ubicación geográfica, clima, y sobre todo la hospitalidad de sus gentes, y además con el puesto de Practico del Puerto, resultaba el lugar idóneo. Fue pues en 1937, cuando el Capitán Iñiguez llega a radicar a Ensenada, en donde sin ningún problema por su carácter optimista y emprendedor, se incorpora de inmediato dentro de su sociedad, ingresando a la Sociedad Mutualista Progreso y posteriormente al Club Rotario. En la construcción de la carretera de Ensenada a Ojos Negros, el contribuyo significativamente como Topógrafo.
Los hijos del Capitán y Doña Lolita como cariñosamente se le conoce son: Félix, casado con Ana Luisa Garín, Luis, casado con Ena Ruiz Morales, Lupita, casada con Guillermo Pérez, Dolores, María de Jesús, finada, Rosa María, casada con Carlos Fernández Ruiz y Miguel.
Gracias al Capitán Iñiguez, Ensenada y la región lograron romper el aislamiento casi insular en que se encontraba, principalmente en tiempo de la Segunda Guerra Mundial. Pues sin rutas aéreas ni ferroviarias, solo se contaba con la carretera a Tijuana la cual no siempre se encontraba en condiciones transitables. De tal manera que el servicio marítimo de cabotaje, venía no solo con mercancías y pasajeros, sino también con alimentos y frutas tropicales, como mangos, cocos, dátiles, piñas, etc. De otras regiones. Así como el servicio de correo del interior de la república y Centro América, recibiendo y enviando correspondencia. Todos estos servicios no se interrumpieron, ni siquiera en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, a pesar del peligro que representaban los submarinos japoneses.
A partir de que los Estados Unidos y Japón entraron en guerra, el Gobierno de México rompió relaciones diplomáticas y consulares con Japón. Y fue después de los hundimientos de los buques tanques mexicanos “Potrero del Llano” el 14 de mayo de 1942, Y el “Faja de Oro” torpedeado el 20 de mayo del mismo año por submarinos alemanes, que el Gobierno de México declaro, el primero de junio de 1942, el estado de guerra a Japón, Alemania e Italia.
Por lo tanto el peligro que corrían las naves marítimas mexicanas eras real, tanto en el Golfo como en el Océano Pacifico. Pero la nave de nuestro biografiado, continúo rompiendo el aislamiento, aún a costa de su propia seguridad y del peligro que representaba.
Otro aspecto ligado a Ensenada y la Segunda Guerra Mundial, en el cual estuvo involucrado el Capitán Iñiguez se dio en virtud de la importante presencia de familias de origen japonés en el puerto. Se reconoce que antes de 1941, hubo hasta 300 inmigrantes japoneses dedicados a trabajos relacionados con el mar. Los cuales eran en general bien vistos por la población local, pues impulsaron el fortalecimiento de Ensenada como puerto pesquero, tanto por el trabajo realizado por estos hombres, como por la enseñanza de nuevas técnicas para la pesca y para el procesamiento de atún, sardina, abulón y langosta,
Luego de que Japón bombardeara Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, el hecho de que México se uniera a los países aliados y después declarara la guerra a los países del Eje, represento para las familias japonesas radicadas en Ensenada, un cambio obligado de residencia y la congelación de sus cuentas bancarias y propiedades.
El 11 de diciembre de 1941, el gobierno mexicano ordeno la concentración de japoneses en el Distrito Federal, y los estados centrales y occidentales como Jalisco, Morelos, Guanajuato y Puebla. Por lo que a Ensenada llegaron órdenes militares, para que los japoneses fueran trasladados por vía terrestre hacia los estados del centro, lo cual implicaba atravesar el desierto de Sonora, en donde el camino estaba constituido por brechas entre arenales, en donde la temperatura extremosa al máximo de dicho desierto, podía acabar con todas o con gran parte de las personas enviadas.
Ante tan apremiante situación, el representante de la comuna japonesa acude con justificada desesperación con el Lic. Fernando Araujo Rovira, conocido abogado de la localidad, quien al percatarse de la situación se aboca de inmediato al problema, saliendo en busca de su amigo el Capitán Iñiguez, poniéndolo al tanto de la grave situación y solicitándole transportara por vía marítima a las familias ensenada japonesas, y después de conseguir los permisos militares correspondientes, la nave comandada por nuestro biografiado, zarpa del puerto de Ensenada rumbo a Manzanillo, salvando seguramente de las inclemencias del desierto a muchas vidas de origen japonés.
Don Félix Iñiguez aparte de ser un magnifico marino, también algo tenía de buen empresario. Pues al término de la guerra, tuvo la oportunidad de comprar a buenos precios “barcos sobrantes de guerra” de los que utilizaban para desembarco de equipo pesado como tanques, camiones, etc., que los acondicionaba y transformaba en mercantes, los cuales posteriormente eran rebautizados, con los nombres de: el María Dolores, el Anita, el Corso, el Monterrey, etc. Posteriormente se dio a la tarea de comprar barcos más grandes, como de 500 toneladas de modelo AKL, estos fueron: el Tritón, el Mazatlán, el Aries, el Colima. Luego compró uno de vapor que lo bautizaron con el nombre de “Culiacán” de 800 toneladas, vino después el “Caribe”, y posteriormente el orgullo de la flota que era el “Sinaloa” de 3000 toneladas.
Con esta flota el Capitán Iñiguez contribuyo conjuntamente con su socio el Capitán Oscar Schitler, a que el 11 de junio de 1955, se constituyera la empresa naviera “Servicios Marítimos del Pacifico”. Dicha empresa llego a cubrir todo el Pacifico Mexicano, siendo la empresa pionera de cabotaje en México. Cubriendo sus rutas desde Ensenada hasta Salina Cruz y Centro América. Proporcionando servicio de transporte de carga y pasajeros así como la correspondencia postal, con oficinas en todos los puertos del Pacifico Mexicano.
El 18 de septiembre de 1958 “Servicios Marítimos del Pacifico, S.A.”(TMM). En 1960 inicia sus servicios hacia el Atlántico de Estados Unidos y puertos del Golfo de México. En 1961 se inicia el servicio hacia Sudamérica. En 1963, hacia el norte de Europa. En 1968, primer servicio regular hacia el lejano Oriente y Mediterráneo, En 1974, se inicia el servicio regular a Brasil. En 1980, TMM cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores.
Por otra parte el Sr. Félix Iñiguez Ulloa, es ejemplo de buen esposo y padre de familia. Honrado, trabajador, carismático, de agradable conversación, servicial, estimado y respetado por todas las personas que tuvieron el gusto de conocerlo.
Falleció el 16 de julio de 1980 en San Diego, California. Siendo traído su cuerpo para ser depositados sus restos mortales, en su querida Ensenada.
ING. WILLIAM JAMES COCHRAN FLORES
CRONISTA DE ENSENADA
Heberto J. Peterson Legrand
ING. WILLIAM JAMES COCHRAN FLORES:
UN EXPLORADOR APASIONADO
FORJADOR DE BAJA CALIFORNIA 2009
Me permito publicar el trabajo que la Sra. Beatriz Alvarez Castro, miembro del Seminario de Historia de Baja California, presentó en el evento de reconocimiento a los Forjadores de Baja California ante la Fundación Acevedo, A,C. en el Centro Histórico y Cultural Calafia el pasado día 28 de septiembre en Playas de Rosarito,
Es el Ing. Cochran un Ensenadense que con su fecunda trayectoria logro trascender y dejar a su familia un ejemplo de Vida:
Beatriz Álvarez Castro
Seminario de Historia de Baja California
Cuando recopilamos los datos sobre la vida de los personajes que actuaron en la historia de nuestra tierra, nos damos cuenta de la dimensión que toman conforme nos adentramos y tratamos de comprender los motivos que impulsaron a estos hombres del pasado, sus penurias y dolorosos sufrimientos para cimentarse en nuestra memoria.
Este es el caso de un gran amigo y conocedor de nuestra geografía bajacaliforniana que aportó un sinnúmero de conocimientos sobre la minería peninsular.
Nos referimos en esta ocasión y con toda nuestra admiración y respeto al Ingeniero en Minas, Don William James Cochran Flores.
Por supuesto contamos con la recreación del pasado con la ayuda de una voz viva que nos cuenta las vivencias, anécdotas y experiencias propias o ajenas en torno de este personaje su propia hija Doña Elena Esther Cochran García a quien agradezco sobremanera su anuencia para presentar brevemente la biografía de este hombre excepcional.
Nuestro biografiado nace en el puerto de Ensenada de Todos Santos, en ese entonces cabecera del Distrito Norte de Baja California, el 21 de octubre de 1891 en pleno porfiriato.
Sus padres fueron Don William James Cochran oriundo de Baltimore, Maryland del vecino país del norte y de Doña Librada Flores Fernández originaria de Loreto, Baja California Sur, fueron de las cuarenta personas que llegaron al puerto cuando el señor Pedro Gastélum vendió el rancho de Ensenada de Todos Santos a la Compañía Desarrollo de Baja California
Al terminó de su instrucción primaria oficial en el puerto de Ensenada continuó sus estudios de educación superior en Fresno, California donde vivió con su abuela paterna.
Durante sus vacaciones regresaba siempre al lado de sus familiares en su querida Ensenada en donde acostumbraba ayudarle a su padre que se encontraba trabajando en la construcción del ferrocarril de San Quintín y en las minas de oro La Amargosa y Agua Dulce.
Durante su juventud y en plena revolución, junto con un gran amigo suyo el señor Percy Hussong, se dedicaron a vender caballos salvajes y mostrencos que se encontraban en la sierra, en grandes manadas, en la mayoría de las ocasiones no se les pagaba el importe de la venta de estos animales ya que el deudor era nada menos que Pancho Villa, por lo que no podían hacer ningún reclamo.
El 28 de octubre de 1926 y con 36 años de edad se casa con la señorita Natividad García Marrón de 17 años en El Mármol, pasando su luna de miel en Los Ángeles, California.
Procrean nueve hijos: Guillermo, Elena Esther, Olga, Eduardo, Guillermo Santiago, Olivia Alicia, Jorge, Juan y Carlos.
Ya en su carácter de Ingeniero en Minas, realizaba constantes salidas al campo acompañado casi siempre de Aristeo Poblano que era su trabajador y acompañante y que se convirtió en su sombra, ambos eran magníficos para caminar.
Partían en un jeep hasta donde les era posible llegar y una vez que el camino o brecha terminaba principiaban sus caminatas a pie o a lomo de bestia subiendo y bajando cerros y tal parece que nunca se cansaban.
Casi siempre encontraba algo para trabajar, analizaba la tierra con un equipo de ensaye que tenia y ya con resultados en la mano hablaba con las familias del lugar para buscar la forma en que se pusieran a trabajar.
De esta forma detectó zonas geográficas con gran riqueza minera que contenían tungsteno, manganeso, turquesa, mármol, barita, granate y tantos minerales más.
Con las muestras obtenidas de mineral acostumbraba llevarlas a San Diego y siempre les decía: “aquí traigo esta tierra, que creo contiene tal o cual mineral en estas proporciones”, rara vez erraba cuando los calculaba, dada la gran experiencia que había adquirido en tantos años de hacerlo él mismo.
En el negocio de las minas no siempre salía bien librado, a veces iba bien en otras regular y a veces apenas si daba para los sueldos de los trabajadores.
Su mayor gozo era llegar a lugares apartados cargado de comida y dulces para los niños, es por eso que las familias acostumbraban llamarle “Santa Claus”, porque todo lo regalaba.
Realizaba sus recorridos en dos camiones que tenia, a uno le decían el seis ruedas, apodo puesto por la gente de los ranchos porque en aquel tiempo como la brecha era muy angosta a los camiones les quitaban dos ruedas traseras para seguir mejor la rodada del camino, pero en su caso nunca les quitó las ruedas a ese camión.
En aquellos tiempos se llegaba a los ranchos y hasta El Rosario encontraba uno donde comer, de allí en adelante se llegaba a cualquier casa y ofrecían lo que tenían, a veces miel de abeja, dátiles, queso, huesos y carne seca de venado para hacer caldo, algunas veces tenían codorniz, conejo y si se encontraban cercanas a la costa, ofrecían langosta, almejas, abulón, pescado y sobre todo acompañado con las tortillas de harina que no podían faltar y el famoso café de calcetín.
Cronología de sus trabajos:
1920.- Cerca del puerto de Santa Catarina, participó con una compañía americana principió a barrenar un pozo petrolero pero fracasó al trozarse la barrena y el gobierno mexicano les suspendió el permiso.
1927.- Por la costa del Golfo de California trabaja en la mina “La Tinaja de las Mulas” donde sufren una inundación repentina y torrencial y como consecuencia de las lluvias se perdió todo el oro que habían colectado.
1924-1930.- Trabajó en El Mármol con un amigo llamado Kent Brown embarcando el mineral al puerto de Santa Catarina en el buque Gryme.
1930-1931.- Draga los canales de “La Hechicera” en Mexicali. Trabaja dos o tres minas a la vez incluyendo una de oro y plata llamada “La Luciana”.
1932-1934.- Trabajó las minas de “El Desengaño”, “El León Grande”, “La Colombia” , “El Oasis” y la de “Miraflores” por el rumbo de Punta Prieta y Bahía de los Ángeles.
1932.- El señor Hiram Hurton que tenia una compañía que explotaba una mina en Valle Perdido le pide que se haga cargo del funcionamiento de una planta pero no lo acepta para no dejar sin trabajo a la gente de Punta Prieta.
1934.- Parte a San Antonio donde puso un poco de gente a trabajar haciendo lo mismo en El Triunfo.
1935.- Vuelve nuevamente el Sr. Hurton y llegan a un acuerdo. Una vez iniciados los trabajos de minería en Valle Escondido se incorpora el Sr. Speerd además un ingeniero joven recién recibido Roger Stein que inmediatamente se da cuenta de su gran experiencia y le pide que le auxilie en su trabajo.
1939.- Se incorpora en la “Mina de Rosa de Castilla”. Con el tiempo empezaron a surgir muchas dificultades en la mina instigados por personas que no pertenecían a los trabajadores, por lo que decide desintegrar la compañía y que cada quien regresara a su lugar de origen ya que en ese tiempo mucha gente de El Mármol se había ido a trabajar con él. Muchos trabajadores lamentaron este cierre porque siempre habían trabajado bien a su lado, pero fueron tales las dificultades que no hubo de otra.
Construyó una escuela en esta zona minera de Rosa de Castilla, para que los niños de los alrededores acudieran a recibir instrucción primaria, la construcción era de madera. Fue atendida por el profesor Don Rafael Tapia, quien recibía un sueldo muy raquítico pero por parte de la compañía recibía un estimulo remunerativo con poco más de dinero.
Cuando termina todo el edificio lo reubican en la colonia Cachanía en Ensenada. No se sabe si aun exista.
1944.- Construye el muelle de la Industrial de Ensenada, de los Salazar y que fue destruido posteriormente al iniciarse las obras del rompeolas.
1950.- Instaló unas chimeneas en el Ejido Chapultepec propiedad de la compañía Baloyan, era una secadora de chile, también estaban haciendo una empacadora para procesar chile jalapeño y otros productos pero al llegar las Industrias Pando asociadas con Clemente Jacques no quisieron competencia y se paró todo.
1954.- Trabajó la barita, un mineral usado en tiempo de guerra.
1956.- Trabajó la mina “El Azufre” en San Felipe y el material obtenido se entregaba en Calexico, California.
1957.- Construye los muelles de Isla de Cedros, de Bahía Tortugas y el de Cabo San Lucas. Además el varadero de Astilleros Rodríguez.
Trabajó también minas de asbesto, calcita y granate. En San Bernardino trabajo las minas propiedad del señor Roy.
Después de una vida azarosa y llena de percances y emociones, rodeado de sus seres queridos fallece un 22 de junio de 1974.
Como dice su hija Esther: “Solo una parte de él se nos fue, la parte física y por ello en los medios mineros cundió el luto, pero en el corazón de todos será recordado siempre por su humanismo, su buen trato hacia la gente que trabajó bajo su dirección, por su bondad y comprensión y sobre todo por la herencia espiritual que deja a sus hijos, este fue mi padre y mi mejor amigo”
Bibliografía:
Gómez Hijar Leonor “William James Cochran Flores” en: VIVIR EN ENSENADA, s/f, Ensenada
“Archivo personal de la familia Cochran”, Colección privada del acervo fotográfico y de documentos familiares, Ensenada.
Heberto J. Peterson Legrand
ING. WILLIAM JAMES COCHRAN FLORES:
UN EXPLORADOR APASIONADO
FORJADOR DE BAJA CALIFORNIA 2009
Me permito publicar el trabajo que la Sra. Beatriz Alvarez Castro, miembro del Seminario de Historia de Baja California, presentó en el evento de reconocimiento a los Forjadores de Baja California ante la Fundación Acevedo, A,C. en el Centro Histórico y Cultural Calafia el pasado día 28 de septiembre en Playas de Rosarito,
Es el Ing. Cochran un Ensenadense que con su fecunda trayectoria logro trascender y dejar a su familia un ejemplo de Vida:
Beatriz Álvarez Castro
Seminario de Historia de Baja California
Cuando recopilamos los datos sobre la vida de los personajes que actuaron en la historia de nuestra tierra, nos damos cuenta de la dimensión que toman conforme nos adentramos y tratamos de comprender los motivos que impulsaron a estos hombres del pasado, sus penurias y dolorosos sufrimientos para cimentarse en nuestra memoria.
Este es el caso de un gran amigo y conocedor de nuestra geografía bajacaliforniana que aportó un sinnúmero de conocimientos sobre la minería peninsular.
Nos referimos en esta ocasión y con toda nuestra admiración y respeto al Ingeniero en Minas, Don William James Cochran Flores.
Por supuesto contamos con la recreación del pasado con la ayuda de una voz viva que nos cuenta las vivencias, anécdotas y experiencias propias o ajenas en torno de este personaje su propia hija Doña Elena Esther Cochran García a quien agradezco sobremanera su anuencia para presentar brevemente la biografía de este hombre excepcional.
Nuestro biografiado nace en el puerto de Ensenada de Todos Santos, en ese entonces cabecera del Distrito Norte de Baja California, el 21 de octubre de 1891 en pleno porfiriato.
Sus padres fueron Don William James Cochran oriundo de Baltimore, Maryland del vecino país del norte y de Doña Librada Flores Fernández originaria de Loreto, Baja California Sur, fueron de las cuarenta personas que llegaron al puerto cuando el señor Pedro Gastélum vendió el rancho de Ensenada de Todos Santos a la Compañía Desarrollo de Baja California
Al terminó de su instrucción primaria oficial en el puerto de Ensenada continuó sus estudios de educación superior en Fresno, California donde vivió con su abuela paterna.
Durante sus vacaciones regresaba siempre al lado de sus familiares en su querida Ensenada en donde acostumbraba ayudarle a su padre que se encontraba trabajando en la construcción del ferrocarril de San Quintín y en las minas de oro La Amargosa y Agua Dulce.
Durante su juventud y en plena revolución, junto con un gran amigo suyo el señor Percy Hussong, se dedicaron a vender caballos salvajes y mostrencos que se encontraban en la sierra, en grandes manadas, en la mayoría de las ocasiones no se les pagaba el importe de la venta de estos animales ya que el deudor era nada menos que Pancho Villa, por lo que no podían hacer ningún reclamo.
El 28 de octubre de 1926 y con 36 años de edad se casa con la señorita Natividad García Marrón de 17 años en El Mármol, pasando su luna de miel en Los Ángeles, California.
Procrean nueve hijos: Guillermo, Elena Esther, Olga, Eduardo, Guillermo Santiago, Olivia Alicia, Jorge, Juan y Carlos.
Ya en su carácter de Ingeniero en Minas, realizaba constantes salidas al campo acompañado casi siempre de Aristeo Poblano que era su trabajador y acompañante y que se convirtió en su sombra, ambos eran magníficos para caminar.
Partían en un jeep hasta donde les era posible llegar y una vez que el camino o brecha terminaba principiaban sus caminatas a pie o a lomo de bestia subiendo y bajando cerros y tal parece que nunca se cansaban.
Casi siempre encontraba algo para trabajar, analizaba la tierra con un equipo de ensaye que tenia y ya con resultados en la mano hablaba con las familias del lugar para buscar la forma en que se pusieran a trabajar.
De esta forma detectó zonas geográficas con gran riqueza minera que contenían tungsteno, manganeso, turquesa, mármol, barita, granate y tantos minerales más.
Con las muestras obtenidas de mineral acostumbraba llevarlas a San Diego y siempre les decía: “aquí traigo esta tierra, que creo contiene tal o cual mineral en estas proporciones”, rara vez erraba cuando los calculaba, dada la gran experiencia que había adquirido en tantos años de hacerlo él mismo.
En el negocio de las minas no siempre salía bien librado, a veces iba bien en otras regular y a veces apenas si daba para los sueldos de los trabajadores.
Su mayor gozo era llegar a lugares apartados cargado de comida y dulces para los niños, es por eso que las familias acostumbraban llamarle “Santa Claus”, porque todo lo regalaba.
Realizaba sus recorridos en dos camiones que tenia, a uno le decían el seis ruedas, apodo puesto por la gente de los ranchos porque en aquel tiempo como la brecha era muy angosta a los camiones les quitaban dos ruedas traseras para seguir mejor la rodada del camino, pero en su caso nunca les quitó las ruedas a ese camión.
En aquellos tiempos se llegaba a los ranchos y hasta El Rosario encontraba uno donde comer, de allí en adelante se llegaba a cualquier casa y ofrecían lo que tenían, a veces miel de abeja, dátiles, queso, huesos y carne seca de venado para hacer caldo, algunas veces tenían codorniz, conejo y si se encontraban cercanas a la costa, ofrecían langosta, almejas, abulón, pescado y sobre todo acompañado con las tortillas de harina que no podían faltar y el famoso café de calcetín.
Cronología de sus trabajos:
1920.- Cerca del puerto de Santa Catarina, participó con una compañía americana principió a barrenar un pozo petrolero pero fracasó al trozarse la barrena y el gobierno mexicano les suspendió el permiso.
1927.- Por la costa del Golfo de California trabaja en la mina “La Tinaja de las Mulas” donde sufren una inundación repentina y torrencial y como consecuencia de las lluvias se perdió todo el oro que habían colectado.
1924-1930.- Trabajó en El Mármol con un amigo llamado Kent Brown embarcando el mineral al puerto de Santa Catarina en el buque Gryme.
1930-1931.- Draga los canales de “La Hechicera” en Mexicali. Trabaja dos o tres minas a la vez incluyendo una de oro y plata llamada “La Luciana”.
1932-1934.- Trabajó las minas de “El Desengaño”, “El León Grande”, “La Colombia” , “El Oasis” y la de “Miraflores” por el rumbo de Punta Prieta y Bahía de los Ángeles.
1932.- El señor Hiram Hurton que tenia una compañía que explotaba una mina en Valle Perdido le pide que se haga cargo del funcionamiento de una planta pero no lo acepta para no dejar sin trabajo a la gente de Punta Prieta.
1934.- Parte a San Antonio donde puso un poco de gente a trabajar haciendo lo mismo en El Triunfo.
1935.- Vuelve nuevamente el Sr. Hurton y llegan a un acuerdo. Una vez iniciados los trabajos de minería en Valle Escondido se incorpora el Sr. Speerd además un ingeniero joven recién recibido Roger Stein que inmediatamente se da cuenta de su gran experiencia y le pide que le auxilie en su trabajo.
1939.- Se incorpora en la “Mina de Rosa de Castilla”. Con el tiempo empezaron a surgir muchas dificultades en la mina instigados por personas que no pertenecían a los trabajadores, por lo que decide desintegrar la compañía y que cada quien regresara a su lugar de origen ya que en ese tiempo mucha gente de El Mármol se había ido a trabajar con él. Muchos trabajadores lamentaron este cierre porque siempre habían trabajado bien a su lado, pero fueron tales las dificultades que no hubo de otra.
Construyó una escuela en esta zona minera de Rosa de Castilla, para que los niños de los alrededores acudieran a recibir instrucción primaria, la construcción era de madera. Fue atendida por el profesor Don Rafael Tapia, quien recibía un sueldo muy raquítico pero por parte de la compañía recibía un estimulo remunerativo con poco más de dinero.
Cuando termina todo el edificio lo reubican en la colonia Cachanía en Ensenada. No se sabe si aun exista.
1944.- Construye el muelle de la Industrial de Ensenada, de los Salazar y que fue destruido posteriormente al iniciarse las obras del rompeolas.
1950.- Instaló unas chimeneas en el Ejido Chapultepec propiedad de la compañía Baloyan, era una secadora de chile, también estaban haciendo una empacadora para procesar chile jalapeño y otros productos pero al llegar las Industrias Pando asociadas con Clemente Jacques no quisieron competencia y se paró todo.
1954.- Trabajó la barita, un mineral usado en tiempo de guerra.
1956.- Trabajó la mina “El Azufre” en San Felipe y el material obtenido se entregaba en Calexico, California.
1957.- Construye los muelles de Isla de Cedros, de Bahía Tortugas y el de Cabo San Lucas. Además el varadero de Astilleros Rodríguez.
Trabajó también minas de asbesto, calcita y granate. En San Bernardino trabajo las minas propiedad del señor Roy.
Después de una vida azarosa y llena de percances y emociones, rodeado de sus seres queridos fallece un 22 de junio de 1974.
Como dice su hija Esther: “Solo una parte de él se nos fue, la parte física y por ello en los medios mineros cundió el luto, pero en el corazón de todos será recordado siempre por su humanismo, su buen trato hacia la gente que trabajó bajo su dirección, por su bondad y comprensión y sobre todo por la herencia espiritual que deja a sus hijos, este fue mi padre y mi mejor amigo”
Bibliografía:
Gómez Hijar Leonor “William James Cochran Flores” en: VIVIR EN ENSENADA, s/f, Ensenada
“Archivo personal de la familia Cochran”, Colección privada del acervo fotográfico y de documentos familiares, Ensenada.
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